Art Basel, entre la Inteligencia Artificial, África y las ventas millonarias

A pesar del los temores a una caída del mercado, la feria de arte contemporáneo más importate del mundo finaliza con ventas superlativas

Un visitante pasa junto a "Topa", una instalación de neón de 2005 del artista estadounidense Jason Rhoades, exhibida en la sección Unlimited de la feria Art Basel (FABRICE COFFRINI / AFP)

El cambio climático, las migraciones, la inteligencia artificial, las perspectivas sobre África y la lucha contra los nacionalismos protagonizan este año Art Basel, la feria de arte contemporáneo más importante del mundo.

El gigantesco evento anual de la ciudad fronteriza suiza de Basilea, que pretende reflejar las tendencias actuales del mundo contemporáneo.

En la sección de obras monumentales, un vídeo del artista franco-argelino Adel Abdessemed muestra un barco en llamas que se aproxima, como alegoría de la tragedia que espera a muchos inmigrantes que intentan cruzar el Mediterráneo.

Obra de Serge Attukwei (IG / afrogallonism)

Muy cerca, el artista ghanés Serge Attukwei Clottey ilustra la crisis de escasez de agua mediante una enorme instalación titulada “El mar nunca se seca”. El gigantesco tapiz está formado por fragmentos de los contenedores amarillos de aceite de cocina que se encuentran por toda Ghana, y que luego se reutilizan para recoger agua.

“Los artistas son el termómetro de lo que ocurre en el mundo”, declaró Giovanni Carmine, uno de los comisarios de Art Basel. Las obras monumentales ofrecen “un espejo sobre los intereses de los artistas y del mercado del arte”, añadió.

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Ambiente “apocalíptico

La feria aborda temas de actualidad como el rápido crecimiento de la inteligencia artificial. Una obra efímera del artista croata Tomo Savic-Gecan utiliza un algoritmo que analiza artículos relacionados con el informe sobre el mercado del arte de Art Basel. Lo utiliza para influir en la ubicación, duración e intensidad de las luces seleccionadas.

"Jam Proximus Ardet, el último video", 2021 del artista contemporáneo argelino-francés Adel Abdessemed (Fabrice COFFRINI / AFP)

El artista estadounidense Adam Pendleton cuestiona el racismo en Estados Unidos con un vídeo centrado en la estatua del general confederado Robert E. Lee en Richmond, la capital de Virginia, que quedó en el punto de mira a raíz del movimiento Black Lives Matter.

El artista, natural de Richmond, documenta las transformaciones que sufrió la estatua -cubierta de grafitis, rociada con pintura y finalmente derribada para ser trasladada al Museo de Historia Negra de la ciudad-, símbolo de los cambios en la sociedad estadounidense.

Unas 76 obras monumentales llenan la sección dedicada a piezas destinadas a ser adquiridas por museos o grandes colecciones de arte. Carmine reconoció que “el ambiente es un poco apocalíptico”, pero con “un toque de esperanza”, añadió.

"Dining in Chaos" 2023 del pintor y escultor keniano Kaloki Nyamai (Foto de FABRICE COFFRINI / AFP)

Los artistas africanos, infrarrepresentados durante mucho tiempo, desempeñan un papel cada vez más importante. Hay un tríptico del keniano Kaloki Nyamai, y la instalación “La biblioteca africana”, del artista nigeriano-británico Yinka Shonibare.

Esta obra está llena de libros cubiertos de telas con los nombres de africanos que contribuyeron a forjar la identidad del continente.

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Idea estúpida

La feria ocupa la ciudad durante toda una semana. Obras de artistas de renombre salpican Basilea, entre ellas una del británico Martin Creed, ganador del prestigioso Premio Turner de arte contemporáneo del país en 2001.

Bandera "Air", del británico Martin Creed (IG / martin_creed)

Creed ha plantado un mástil frente al histórico ayuntamiento con una bandera en la que se lee simplemente “aire”. “Una bandera que dice ‘aire’, para mí, es una idea un poco estúpida. Así que pensé en intentarlo”, declaró.

“Poner una bandera en la tierra para decir que te pertenece es una forma de nacionalismo. Es una estupidez. Creo que el nacionalismo es estúpido. Creo que las banderas son estúpidas. Nadie es dueño de nada. Es completamente delirante”. Le divierten los que utilizan su asta de bandera simplemente como algo a lo que atar sus bicicletas.

Más de 4.000 artistas de 36 países están representados en 284 galerías, a menudo por sus obras más caras. Si los temores a la recesión están enfriando el mercado del arte, las galerías de Basilea aún consiguen sellar grandes ventas.

"Fox with Bird" 2016-2023 del artista estadounidense Jeff Koons, exhibida en la galería Pace (Fabrice COFFRINI / AFP)

La Pace Gallery, una de las muchas galerías que presentan y venden obras en la feria, ha dado a conocer una nueva serie de esculturas del artista estadounidense Jeff Koons, que representa un zorro de acero inoxidable inspirado en la porcelana europea del siglo XVIII.

“La gente está muy entusiasmada con el zorro”, dijo Marc Glimcher, director ejecutivo de la Pace Gallery, que ya ha vendido dos versiones por 3 millones de dólares cada una, incluida una que está terminada pero aún no se ha pintado.

Sobre las ventas

La feria desafía los pronósticos de una ralentización del mercado y sigue registrando ventas de siete y ocho cifras, con adinerados coleccionistas luchando por conseguir las mejores piezas. El martes, la galería suiza Hauser & Wirth vendió una araña de la escultora francoestadounidense Louise Bourgeois por 22,5 millones de dólares durante una jornada reservada a los clientes VIP.

La galería suiza Hauser & Wirth vendió una araña de la escultora francoestadounidense Louise Bourgeois por USD 22,5 millones

Mientras las turbulencias bursátiles y el incremento de los tipos de interés hacen temer un enfriamiento del mercado del arte, esta galería cerró una decena de ventas por más de un millón de dólares durante los dos primeros días de la feria. Un óleo sobre lienzo del pintor estadounidense Philippe Guston se vendió por 9,5 millones de dólares.

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“La semana sirve de barómetro del sector”, declaró Noah Horowitz, el nuevo director general de la feria. “La gente no paga precios irracionalmente altos, pero no nos piden tampoco vender a precios irracionalmente bajos. El mercado me parece bastante sano”, sumó Glimcher.

La galería estadounidense Lehmann Maupin, que ha vendido un cuadro del artista chino Liu Wei por entre 600.000 y 700.000 dólares, también registró “ventas sólidas” desde el principio, confía Isabelle Icoz, directora de la filial londinense de la galería. “Hemos tenido una buena combinación de clientes fieles y de nuevos compradores”, celebró.

Un visitante observa "Esfera Amarilla" 1984, metal pintado e hilo de nylon del difunto artista venezolano Jesús Rafael Soto (FABRICE COFFRINI / AFP)

Tras un fuerte repunte en 2021, el valor del mercado del arte se incrementó un 3% en 2022 hasta los 67.800 millones de dólares, según una estimación de Clare McAndrew, una especialista del mercado que publica cada año un informe para la feria.

Las previsiones muy optimistas de comienzos de 2022 se fueron conteniendo a lo largo del año ante la inestabilidad económica y política, la guerra en Ucrania y los temores de recesión, indicó este informe, que apuntó señales de ralentización en el último trimestre.

La feria abrió pues con “cierta aprensión”, reconocía Robert Read, director del mercado de arte en la compañía de seguros británica Hiscox. Y finalmente “se desarrolló mucho mejor de lo esperado”, decía el viernes después de cuatro días en Basilea. “La gente compra, no veo estas dudas que muchos temían”, afirmó.

Los visitantes pasan frente a las fotografías del estadounidense Richard Avedon en el stand de "Diez impresiones de la exposición del oeste americano, fotografiadas entre 1979 y 1984" (FABRICE COFFRINI / AFP)

De todos modos, la feria es “una pequeña muestra” y “no podemos extraer conclusiones para el resto del año”, advirtió.

Hans Laenen, especialista del mercado de arte para Europa y Asia Pacífico en la aseguradora AXA XL, señala que Basilea es una feria “icónica” a la que los coleccionistas asisten incluso en momentos de vacas flacas.

Pero “no tengo la sensación de que la gente duda de invertir en arte”, dice. “Todo el mundo esperó un poco eso a causa de la situación económica y política. Pero hasta ahora, esto no es lo que vemos”, agrega.

Representante del artista transgénero Sin Wai Kin, la galería londinense Soft Opening participa por primera vez en esta feria, que considera un trampolín para jóvenes talentos. “Las ventas han sido brillantes”, exclama Antonia Marsh, su fundadora, impresionada por el torrente de clientes que se acercan a su parada.

Con información de AFP

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