El escritor japonés Haruki Murakami dice que cada vez se construyen más muros que dividen a personas y países después de que la invasión rusa de Ucrania y la pandemia del COVID-19 alimentaron el miedo y el escepticismo.
“Con sentimientos de sospecha que sustituyen a la confianza mutua, continuamente se levantan muros a nuestro alrededor”, dijo Murakami a finales de abril en el Wellesley College. Ese discurso, “Escribir ficción en tiempos de pandemia y guerra”, se publicó este miércoles en la revista literaria The Shincho Monthly, editada por Shinchosha Co.
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“Todo el mundo parece enfrentarse a una disyuntiva: esconderse tras los muros, preservando la seguridad y el statu quo o, conociendo los riesgos, emerger más allá de los muros en busca de un sistema de valores más libre”, afirmó.
Como el protagonista de su nueva novela
La ciudad y sus muros inciertos salió a la venta en abril en Japón y se espera una traducción al inglés para 2024. El protagonista, como describió Murakami, se enfrenta a una dura elección entre dos mundos: una ciudad amurallada aislada, de tranquilidad, sin deseos ni sufrimiento, y el mundo real más allá de los muros, lleno de dolor, deseos y contradicciones.
La novela se basa en un relato que escribió para una revista poco después de convertirse en novelista, pero que nunca llegó a publicar en forma de libro. Dijo que sabía que tenía ideas importantes y lo dejó de lado porque quería reescribirlo.
Unos 40 años después, descubrió que “este cuento encaja perfectamente con la época en que vivimos ahora”.
Murakami empezó a reescribir el libro en marzo de 2020, poco después de que el COVID-19 empezara a extenderse por todo el mundo, y lo terminó dos años después, cuando la guerra en Ucrania superaba el primer aniversario.
“Los dos grandes acontecimientos se combinaron y cambiaron el mundo de forma dramática”, dijo.
La sensación de seguridad que acompañaba a la creencia común en el globalismo y la mutua dependencia económica y cultural “se desmoronó con la repentina invasión rusa de Ucrania”, afirmó Murakami, sembrando el temor a invasiones similares en otros lugares. Muchos países, entre ellos Japón, su país de origen, han reforzado desde entonces su preparación militar y sus presupuestos.
A medida que la guerra continúa sin un final a la vista, también lo hacen los altos muros que se construyen alrededor de la gente, entre países e individuos, dijo Murakami. “Me parece que la condición psíquica -si alguien no es tu aliado, es tu enemigo- sigue extendiéndose”.
“¿Podrá la confianza mutua superar nuestras sospechas? ¿Puede la sabiduría vencer al miedo? Las respuestas a estas preguntas están en nuestras manos. Y en lugar de una respuesta instantánea, se nos exige una investigación profunda que llevará tiempo”, dice Murakami.
Y afirma que, aunque no hay mucho que un novelista pueda hacer, “espero sinceramente que las novelas y las historias puedan prestar su poder a esa investigación. Es algo que los novelistas deseamos fervientemente”.
Murakami ha realizado otros esfuerzos para animar a la gente a pensar, combatir el miedo o derribar muros. Presentó el programa de radio Música para acabar con la guerra un mes después de que Rusia invadió Ucrania. Su traducción al japonés de La última flor, una parábola de 1939 sobre la guerra y la paz escrita por el humorista estadounidense y antiguo dibujante del New Yorker James Thurber, saldrá a la venta en Estados Unidos a fines de junio.
¿Se quedó el protagonista dentro de los muros? “Por favor, intenten leer el libro ustedes mismos”, dijo Murakami.
Fuente: AP.
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