Las matrices de cobre con que el genio universal del grabado Francisco de Goya (España, 1746-1828), dio forma a Los caprichos, sátira en 80 grabados de la sociedad española de fines del siglo XVIII, sobre todo de la nobleza y el clero, considerada una cumbre de la Historia del Arte, fue restaurada en su totalidad por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid.
“Estamos ante Goya a cobre descubierto y podemos ver su batalla con el material”, dijo el director de la Calcografía Nacional, Juan Bordes, sobre el intenso trabajo que significó la recuperación de buena parte de las planchas de los grabados de Francisco de Goya y Lucientes por parte de la institución integrada en la centenaria Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, que fueron bañadas con distintos metales para poder seguir imprimiéndolas, lo cual ya dejará de hacerse.
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Los trabajos, iniciados a principios de este año, se enfocaron en detener las lesiones sufridas por esas planchas en los últimos años, resultado de la corrosión provocada por la formación del “efecto pila” entre el cobre de la matriz y las capas metálicas superpuestas, una consecuencia natural favorecida por la humedad ambiental, informó la agencia de noticias Europa Press.
Por años esas planchas siguieron estampándose en talleres académicos que, para prolongar su vida útil, las fueron bañando con acero, cromo o níquel, el proceso que generó el pernicioso “efecto pila”, semejante al sulfatado y que acabó degradando las matrices de cobre.
El 2 de enero pasado se iniciaron los procesos de restauración sobre los cromos que presentaban mayores daños según un estudio de fluorescencia realizado por especialistas del Museo del Prado que permitió documentar los depósitos de las superficies mediante microscopio digital y generar documentación gráfica sobre los depósitos de tintas, barnices, capas de protección y focos de alteración de los metales en la plancha y los diferentes recubrimientos que se usaron para grabar.
El objetivo de estos análisis es controlar y conocer el proceso químico que explique cómo se produce la eliminación de las protecciones de las matrices, señaló por su parte la agencia alemana de noticias DPA.
Dentro de las matrices de la colección conservada por la Calcografía, que reconstruye la historia del grabado español, destacan las 228 planchas grabadas por Goya incorporadas en etapas: las primeras fueron compradas directamente al autor en la última década del siglo XVIII –trece láminas de las Pinturas de Velázquez, El Agarrotado y San Francisco de Paula–; en 1803 ingresaron por Real Orden los ochenta cobres de Los caprichos, cedidos por Goya al monarca a cambio de una pensión a favor de su hijo; y en 1862 adquirió ochenta láminas de Los Desastres de la guerra –cuatro grabadas en anverso y reverso– y dieciocho de Los Disparates.
La serie Los Desastres se completó con la donación de Paul Lefort en 1870; luego la Academia incorporó 33 láminas de la serie Tauromaquia, siete también grabadas en anverso y reverso, y los cobres fueron adquiridos en 1920 por el Círculo de Bellas Artes que los depositó en la Calcografía Nacional en 1936, comprados definitivamente por la Academia en 1979.
Fuente: Télam S. E.
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