Con más de 20 mil rondas de negocios entre productores argentinos, 45 visitantes y compradores nacionales e internacionales, charlas con especialistas, shows musicales y muestras de arte y diseño, concluyó la séptima edición del Mercado de Industrias Culturales Argentinas (MICA), que también permitió reforzar y relanzar el Mercosur cultural.
Según anunció el Ministerio de Cultura, el número de rondas de negocios fue récord este año porque se celebraron 20.000 que convocaron a 100 compradores internacionales de 27 países y a 450 compradores nacionales de quince provincias. De esta forma, el promedio de rondas de negocios por comprador fue 31. De los vendedores, 2000 fueron argentinos, pero hubo 45 brasileños y 2 uruguayos, un esquema que reforzó la intención de los organizadores de que el MICA o sirva también para apuntalar el Mercosur cultural.
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Luego de que hace tres años se decidiera ampliar el ciclo de 6 a 15 sectores, esta edición permitió la definitiva consolidación de ese esquema con un programa pensado para todos los sectores: audiovisual, artes visuales, circo, danza, diseño, editorial, folclore, gastronomía, hip hop, infancias, música, música académica, tango, teatro y videojuegos. El Ministerio de Cultura decidió operar un cambio en la estructura que, adelantan, mejoró mucho la sinergia. “Este año abrimos la interseccionalidad. Antes, los vendedores de videojuegos le vendían a compradores de videojuegos y los vendedores de música le vendían a compradores de música. Este año decidimos abrir el juego para que todos pudieran comprarles a todos”, cuenta para esta nota Leandro Vovchuk, coordinador de sectores del MICA.
“Eso generó resultados buenísimos, que parecen obvios pero que antes no tenían marco para que se dieran como que un músico venda una banda sonora para una película o que un diseñador le venda afiches a un teatro”, explica Vovchuk, y cuenta que la consolidación del Mercosur cultural se vio en lo más concreto de los números: “La nueva dinámica entre compradores y vendedores es clara. Hubo una cantidad de compradores de Brasil impresionante, un tercio de los compradores internacionales. Pero también hubo una participación importante de compradores de Uruguay y de Chile, todo eso genera lazos que van más allá de la transacción”.
Desde las 10 de la mañana y hasta las 20, durante cuatro jornadas, la fiesta de la producción de bienes y servicios culturales propuso una programación ecléctica de charlas, presentaciones, paneles, clases magistrales, capacitaciones, talleres, degustaciones y proyecciones. Los showcases, más de 150 en los 15 puntos MICA de la ciudad y 30 en la Sala Argentina dedicados a los festivales musicales argentinos más grandes del país, permitieron que cada sector pudiera exhibir sus productos.
También hubo tiempo y espacio para pensar estrategias de internacionalización para las galerías de arte, una capacitación de seguridad aérea en circo, un debate sobre inteligencia artificial aplicada al diseño y los videojuegos, pero también estrategias de producción y distribución para contenidos audiovisuales y conciertos, en formato de showcase, de ritmos tan variados como hip hop, pop y folklore.
Luis Castro es responsable de U-topicas, una librería mexicana especializada en género, feminismo y movimientos sociales, y llegó al MICA para ponerse en contacto con sellos independientes para poder importar libros desde su país. “Me gusta mucho venir a la Argentina porque el mercado editorial es realmente diverso y mucho sobre la temática que le interesa a U-topicas. Sucede que desde México es difícil conocerlas y conseguir sus libros. Programas como el MICA son ideales para poner en contacto a compradores como nosotros con editoriales de aquí”, sostiene Castro y asegura que la experiencia fue “muy buena” durante los tres días que participó de las rondas de negocios y que tuvo contacto por primera vez con varios sellos que no conocía. “Desde el MICA hicieron un buen trabajo para potenciar editoriales pequeñas e independientes en un mundo como el editorial donde pesan tanto los grandes grupos que son, de alguna forma, `su propio MICA´ porque su estructura transnacional les facilita la dinámica para vender aún cuando erosionan la bibliodiversidad”, asegura.
Germán Lang y María Boggiano oficiaron de coordinadores del sector diseño de MICA y decidieron desarrollar todas las actividades en el segundo piso del Centro Cultural Kirchner para que en un mismo espacio convivieran las rondas de negocios con las actividades de tres subsectores del diseño: diseño para el vestir, diseño para el habitat y diseño para la comunicación. “Más allá de las rondas, que fueron superpositivas, creo que hubo actividades que sorprendieron mucho, como el primer encuentro federal de tiendas que convocó a más de 25 espacios de todo el país para que pudieran pensarse como espacios culturales y también una charla sobre Inteligencia Artificial para debatir sobre el impacto ético y la posibilidad de un mundo con menos puestos de trabajo”, contó Lang para esta nota sobre un sector que cerró su participación con un showcase de exhibición de productos en Palermo, Anís tienda de autores, que convocó a diseñadores de mobiliario y artistas del dibujo, la ilustración, el cómic y la historieta.
La plaza seca del Centro Cultural Kirchner, dedicado a la gastronomía, fue durante las cuatro jornadas uno de los espacios obligados de la visita. Entre clases de cocina y conversaciones sobre cultura, origen e identidad y degustaciones de productos típicos de las cocinas regionales mercosureñas, se organizó un mercado que ofreció treinta productos de todas las regiones del país. Entonces, las conservas de jabalí, las aceitunas de San Juan y la miel de Chaco convivieron con las propuestas de música, arte y diseño.
“Apuntamos a mostrar la biodiversidad dentro del territorio y mostrar los diferentes productos porque quisimos hacer hincapié en todo el reservorio de tradiciones y saberes que implica la producción que hay detrás de cada producto. Detrás de cada producto, hay una manera de hacer, hay una receta, y eso constituye parte de la identidad cultural”, sostuvo la coordinadora del sector gastronomía, Geraldine Camjalli.
El sector de videojuegos fue uno de los más pujantes y que más se movilizó durante las jornadas. Se presentó un programa de incentivos, Potenciar Videojuegos, con líneas de financiamientos la producción nacional de desarrollos de entretenimiento digital e interactivo. Hasta el momento, Brasil y México son los grandes productores de videojuegos de la región, y Argentina aspira a posicionarse en un tercer lugar. La importancia de apuntalar a esta industria radica en que más allá de intervenir en nuevas formas culturales, articula y genera puestos de trabajo que, actualmente, ya involucra a más de 2000 profesionales.
En el tercer piso del Centro Cultural Kirchner, los niños y niñas que llegaban junto con sus padres podían visitar la Ludoteca Federal MICA, un espacio pensado transversalmente entre el sector del diseño, la música y la literatura para abrir una instancia de juego. Con un rato de lectura y descanso en unos almohadones inmensos, armando dinosaurios gigantes de madera o jugando al memotest, las infancias también estuvieron representadas. “La Ludoteca, que estuvo abierta los tres días, fue una iniciativa para acompañar a la Unión de Jugueteros y Jugueteras independientes que se asociaron para potenciarse y generar sinergia con sus productos. Son 150 pequeños empresarios de todo el país, con una escala distinta a los de la Cámara, y que por eso también tienen necesidades distintas”, contó Sofía Villagra, a cargo del enlace federal del MICA. “Más de 60 jugueteros de todo el país están representados y fue un esfuerzo de logística grande recibir a tiempo los juegos”, explicó y además adelantó que, más allá de las rondas de las que participó el sector, acordaron en asesorarlos sobre formas más eficientes para tramitar los certificados de calidad necesarios que tramita el INTI. Aquella fue una de las veinte capacitaciones que se hicieron durante las cuatro jornadas junto con EMPRETEC, el INTI y el Banco Nación.
El cierre estuvo a cargo de los artistas brasileños Lenine y Luedji Luna y de la cantautora argentina Zoe Gustoso y el rapero Acru, un intercambio artístico reflejó lo ecléctico y rico de las industrias culturales que se articularon en estas cuatro jornadas.
Fuente: Télam S. E.
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