Con mayoría de población musulmana, la bella y majestuosa Estambul es la ciudad más grande de Turquía. Es una de las polis más antiguas del mundo, tan deslumbrante que parece ficción. En este contexto, la feria de arte Contemporary Istanbul Bloom está en Europa y Asia al mismo tiempo. Sí, así es. Es posible, tal como lo hacen los turcos, entrar y salir de un continente a otro sin moverse de esta ciudad cuya importancia geopolítica aún es clave.
El arte y la arquitectura en Estambul están signados por la mezcla de estilos y culturas, que reflejan la influencia de los imperios que gobernaron este sitio durante siglos, cuando fue uno de los centros más importantes del poder político y económico del mundo.
Aquí, en el sitio denominado Bizancio en el año 330 y luego, en 1453, Constantinopla, este fin de semana se realiza CI Bloom, organizado por Contemporary Istanbul (la feria más importante de Turquía), que celebra su segunda edición en el ICEC Rumeli Hall hasta este domingo.
Te puede interesar: Sotheby’s adquirió el histórico edificio del Museo Whitney de Nueva York
CI Bloom integra una selección de 25 espacios de las principales galerías e iniciativas artísticas de Turquía, seleccionadas entre un centenar de propuestas. La feria –que en septiembre presentará su edición con sello internacional— incluye 420 obras de arte de 266 artistas. El programa de charlas de este año se centra en la arquitectura, el arte contemporáneo y el arte digital.
En diálogo con Infobae Cultura, Ali Güreli, presidente de esta feria integrada exclusivamente por galerías turcas, señaló que este año se invitaron a 40 coleccionistas de Europa del Este, Nueva York y Turquía. “El precio es manejable y barato. Un buen momento para invertir en los artistas que se presentan”, dice. El rango de precios de obras va de 5 mil a 150 mil dólares.
Con un 80 por ciento de artistas locales, la feria, que presenta esculturas y pinturas imperdibles, y un sector especial dedicado a la fotografía, permite comprar a precios más bajos que en otras ferias de la región obras delicatesen de artistas de Oriente y Occidente.
Entre las perlas de la feria, se encuentran las esculturas de Gerard Mas, Samuel Salcedo y Efraïm Rodríguez, en la galería Soda. La artista turca Lal Batman creó un infierno perturbador con capas densas de pintura. En Art on Istanbul, Tansu Kirci hace esculturas en mármol de restos arquitectónicos emblemáticos, y Ömer Emre Yavuz crea ladrillos y vigas como los que se usan en la construcción, pero los retuerce hasta volverlos inservibles para cualquier desafío en nuestra civilización: una mirada apocalíptica que interpela. En el espacio de la galería Martch hay obras de la destacada artista feminista turca Merve Morkoç.
A la hora de definir el arte turco, Ali Güreli afirma: “A veces es europeo y a veces de alguna manera es asiático. Es un hecho histórico: la república turca era y sigue siendo un país cosmopolita. No sólo se refleja en el arte, sino también en la gastronomía de todas las regiones. En diferentes disciplinas podemos ver el arte contemporáneo: está en todas partes. Estamos en una posición única: no se puede comparar con ninguna parte del mundo”.
En esta edición de la feria, señala el especialista, “las realidades y los acontecimientos sociales se reflejan en el arte”. Cuando se le consulta qué le recomienda a alguien que quiere involucrarse en el arte turco y comprar obras, responde: “Se trata de una cuestión de mejor comunicación: ser testigo de lo que ocurre aquí, conocer gente, galerías y luego descubrir que hay un valor. Y el precio de ese valor es muy manejable para que puedas conseguirlo, si eres coleccionista”.
La feria viene consolidándose con fuerza. “Hace 40 años había artistas importantes, pero faltaba la escena para los artistas contemporáneos: eso supuso un gran cambio”, afirma Güreli.
Algunas tristes coincidencias ligan la economía de Turquía con la de nuestro país. La inflación interanual subió a su nivel más alto en 24 años en 2022: 79,6% en julio, luego de registrar 78,6% en junio. La debilidad de la lira y los costos mundiales de la energía y las materias primas impulsaron el alza de los precios. La espiral inflacionaria aún se mantiene.
A principio de febrero, un brutal terremoto golpeó al país en medio de su campaña electoral más decisiva. La ciudad de Gaziantep, en el sur, fue el epicentro del terremoto que dejó un trágico saldo.
Güreli señala un hecho estructural que evidencia el rol del arte en estas latitudes: “Aunque se están viviendo tiempos difíciles en la región, democráticamente hablando, el arte turco ha sido un guardián de sus derechos para conseguir la libertad de expresión, y el derecho a la emancipación de la mujer: la contribución del arte en esos temas sigue siendo más fuerte de lo que podría ser en otro país occidental”.
Seguir leyendo