Desde el año 2015, el sector cultural discute sobre la omisión explícita de la cultura en la enumeración de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Algunos creemos que si bien una definición concreta puede ser útil para asegurar una posición relevante en la definición de las políticas públicas, esta individualización reduciría la relevancia de la dimensión cultural como eje vertebrador de todos los otros objetivos.
El paisaje-ambiente-territorio es en sí un hecho cultural y, por lo tanto, no es un objeto distinto del hombre, sino la esencia de nuestro habitar. Desde su dimensión cultural, se convierte en el depositario de nuestra identidad, y al ser el bien común por antonomasia, refleja las dinámicas de aprovechamiento, gestión y transformación de la comunidad que lo habita, y, por lo tanto, de los distintos modos de vivir.
Las políticas públicas encaradas por las administraciones públicas suelen reducir la definición de cultura a las expresiones artísticas, dejando de lado las múltiples manifestaciones culturales que caracterizan un territorio y que se ven reflejadas en todas las dimensiones del hábitat. Entender que la acción cultural excede el marco de las disciplinas artísticas, permite reconocer nuevos/otros sujetos culturales, y su pleno derecho a participar de la actividad cultural no solo como espectadores, sino como creadores y participantes activos de las políticas públicas. Vale recordar que los derechos culturales son parte de la Carta Internacional de los Derechos Humanos, y se detallan en la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires y la Ley 2176/06 también de la Ciudad.
Hace 4 años, el Ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, Enrique Avogadro, nos propuso - junto a Melina Berman - desarrollar un proyecto para poner en valor el “Barrio del Abasto”, partiendo del reconocimiento de su enorme ecosistema cultural, caracterizado por la presencia de más de 70 espacios culturales independientes, su rico patrimonio cultural material e inmaterial, y las tradiciones multiculturales e interculturales que aporta la nueva población migrante.
Se diseñó un modelo de gestión multidisciplinario que - además de involucrar a distintas áreas de gobierno - desarrolló estrategias colaborativas junto a diversos actores culturales del barrio. El proyecto de Abasto Barrio Cultural se construye por y para los habitantes del Abasto (vecinos, instituciones y actores culturales) realizando acciones que fortalezcan la construcción colectiva y participativa de la identidad cultural del “barrio”, fomentando la actividad cultural en todas sus disciplinas para continuar sosteniendo el trabajo de artistas, creadores y gestores, y también para asegurar la satisfacción de los Derechos Culturales de todos los vecinos de la Ciudad.
Luego de más de 2 años de proyecto colaborativo, se definieron dos líneas principales: un proyecto de transformación del espacio público y un plan de gestión cultural colaborativo.
Te puede interesar: Cinco murales diseñados por artistas mujeres plasman la identidad del Abasto
El primero se definió luego de varias instancias de reconocimiento, encuestas, mapeos colectivos, talleres de ideación y diseño, con vecinos, instituciones y actores culturales, que se tradujo en la realización del Corredor Biocultural Agüero. Este corredor de más de 900 metros pretende conectar la zona norte y sur del barrio gracias a la incorporación de nuevo paisajismo, iluminación ornamental y de destaque del patrimonio, y la incorporación de un programa de arte público multidisciplinario. Con este último se puso en evidencia el valor cultural de la vida y las tradiciones de los habitantes del abasto, gracias a procesos de creación colaborativos en donde un grupo de artistas mujeres consagradas y disidencias trabajaron junto a la población local.
Por otro lado, el Plan de Gestión Cultural Colaborativo se realizó junto a más de 45 espacios culturales independientes bajo tres premisas principales: que la cultura transforme el espacio público, que sea el motor para fortalecer los lazos comunitarios, y que se promueva la actividad independiente generando nuevos públicos.
Estas premisas derivaron en más de 8 líneas de trabajo en donde la administración pública se pone al servicio de los actores culturales para transformar a todo el territorio en escenario y platea de la cultura independiente y de las múltiples manifestaciones culturales que lo habitan. Entre estas iniciativas destacan algunas acciones en donde la acción cultural transforma el espacio público y reinterpreta las identidades locales. Las Fiestas Abasto ocupan distintos espacios públicos de relevancia del barrio para darle un alcance metropolitano a la producción independiente; o Abasto In Situ, un proyecto en el que dramaturgos consagrados y emergentes trabajan con el patrimonio cultural del barrio para generar obras de arte escénico en la calle o en espacio no convencionales.
Para concluir este proceso de gestión colaborativa, en donde los ciudadanos son los protagonistas del diseño de nuevas políticas culturales, se encuentra en desarrollo un Laboratorio de Innovación Ciudadana, realizado junto a la División de Innovación Pública y Ciudadana, de la Secretaría General Iberoamericana. Dos convocatorias públicas invitaron a los vecinos de la Ciudad a participar en un laboratorio de ideación para hacer el prototipado de 6 proyectos en donde la cultura sea el motor de transformación del territorio. Los proyectos tocan temas de accesibilidad al patrimonio cultural para personas invidentes (Fileteado 3D), la creación cultural desde las neurodiversidades (Tour arrabalero inclusivo), el reconocimiento y puesta en valor de la actividad comercial barrial (Tintas barriales), tecnologías para la educación artística (Repositorio digital de recursos educativos aplicados a las artes), equipamiento cultural para el espacio público (Jardín de bolsillo) y sustentabilidad en la producción audiovisual (Filmar verde). Durante diez días, 25 vecinos, trabajaron en el prototipado de los proyectos en el parque de la estación, que culminará con una presentación pública del resultado del trabajo. Dentro del proyecto Abasto Barrio Cultural, este laboratorio permite incorporar nuevos actores y nuevas miradas al ya consolidado ecosistema cultural barrial, ampliar el acceso a los derechos culturales y dejar sentadas las bases para nuevas políticas públicas diseñadas por y para la ciudadanía.
El modelo de gestión de Abasto Barrio Cultural goza de un enorme reconocimiento por parte del ecosistema cultural independiente y de los vecinos. Supone un ejemplo de innovación en políticas culturales en el ámbito local e internacional. Por este motivo, el proyecto obtuvo el International Award UCLG - Mexico City - Culture 21 reconociendo el esfuerzo y la dedicación para garantizar los derechos culturales en tiempos de crisis, y destacar la labor en la relación entre cultura, desarrollo sostenible y las sociedades que tienen los cuidados en el centro. También fue seleccionado para presentarse a principios de julio en el Congreso Internacional de Arquitectura de Copenhague como modelo de construcción ciudadana.
Seguir leyendo