¿Quién fue Mariquita Sánchez de Thompson? No es una casualidad que muchos se hagan esa pregunta, ya que la gran mayoría de las mujeres que formaron parte de la historia argentina fueron silenciadas. Ella es aquella mujer pintada en el centro del óleo de Pedro Subercasseaux (1909) que homenajea el Centenario de la Patria y se dice que habría interpretado por primera vez el Himno Nacional. Sin embargo, pocos saben que luchó por sus ideales y llevó adelante un juicio que sentó jurisprudencia para lograr casarse con el amor de su vida.
La directora Sabrina Farji en su documental Mariquita, mujer revolución, pone su mirada en el mito de esta mujer que escribió memorias del virreinato, dejó obra escrita relevante y es parte del salón de las mujeres de la historia. Para ello, la obra audiovisual recurre al testimonio de voces autorizadas como Dora Barrancos, Florencia Canale, Graciela Batticuore, Andrea Bonelli, Patricio López Méndez, Adriana Tursi, María Sáenza Quesada, Cecilia Cross y Gabriel di Meglio. Además, lo combina con partes ficcionadas donde la cantante Zoe Gotusso y la bailarina Mayra Bonard interpretarán a Mariquita en momentos distintos de su vida y le darán a la película un vuelo diferente y único.
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En diálogo con Infobae Cultura, la directora Sabrina Farji brindó detalles sobre su película, las particularidades del personaje, la elección de las protagonistas y los momentos de ficción histórica que incluye el relato, en combinación con los testimonios.
—¿Cómo llegás al personaje de Mariquita Sánchez de Thompson?
—Hace algunos años, leí el libro Mariquita Sánchez: vida política y sentimental, de María Sáenz Quesada y me impactó muchísimo la historia de esta mujer, que vivió los finales del siglo XVIII y durante el siglo XIX, realizó una cantidad de cosas increíbles para la época y tenía una manera de pensar muy visionaria. Me pregunté cómo sabía tan poco de ella, o sea, cómo no había estudiado sobre su historia en el colegio. Por ejemplo, sólo sabía la anécdota de que prestó la casa para cantar el himno nacional. Me llamaba mucho la atención todo el bagaje de historia que había y, sin embargo, muy poca circulaba.
Me pareció que era un personaje que tenía mucha actualidad en las cosas que había escrito: sobre los vínculos de pareja, la maternidad, la amistad entre mujeres o la educación. Un montón de cosas que me hacían imaginarla como una mujer de este siglo y me impactó mucho saber que había estado en el siglo XVIII y participó de la transición de ser colonia española a constituirnos como nación. Pero pareciera que el rol de las mujeres en esa época, tan importante para nuestro país, se centraba en hacer el catering, coser banderas, o ser “la esposa de”. Me gustó mucho saber que el rol de las mujeres había sido otro. Me dio otro contexto sobre la historia social y política, antes parecía que las luchas de las mujeres empiezan con las trabajadoras o las anarquistas de principio del siglo XX.
—¿Cómo fue tu trabajo de investigación?
—Era un personaje que tenía muy estudiada. A pesar de que al principio no sabía nada de ella, cuando empecé a investigar me di cuenta de que había mucho material, lo que no hay es archivo fotográfico, solo un daguerrotipo de ella cuando ya era más anciana. Algo muy particular con los cuadros en donde ella aparece es que todos pintaron a una mujer diferente, por ende es difícil imaginar cómo fue realmente. En el caso de Mariquita, ella dejó mucho material escrito, es algo que no sucedió a lo largo de la historia con todas las mujeres, ya que muchas de ellas no sabían escribir. Dejó documentación sobre su punto de vista y su mirada. Eso la hace un personaje para encontrar material de manera más sencilla.
—¿Por qué decidiste hacer tu película en formato documental?
—Hay tanto material y tantas maneras posibles de abordarla. Al principio, pensé en hacer una película de ficción o una miniserie. Creo que es un personaje apasionante y que tiene mucho para contar. Me resultó muy difícil, tirando a imposible, hacer esos proyectos, pero sentía algo que me ardía por dentro, tanto que en algún momento lo tenía que hacer y contar. Había hecho tanta investigación, así que decidí transformarlo en un documental. Ahí volví a escribir y repensé cómo hacerlo, ya que cada formato te propone un nuevo tipo de narración.
—¿Qué recorte de la vida de ella decidiste hacer en el documental?
—Trato de tener una línea fuerza y fue que ella era la primera feminista del Río de la Plata, no porque existiera el feminismo como concepto en esa época porque no existía. Pero si uno mira toda su trayectoria, lo que ella escribe, hace, su pensamiento político, es de una feminista. A partir de esa línea, todo se fue ordenando como en una columna vertebral y dándole importancia a esos aspectos y descartando otros. Sin embargo, decidí sumar como línea secundaria la parte donde aparezco y cuento las dificultades que tuve para realizar el proyecto, ya que organizaba el documental y porque me parecía importante que se supiera de esa dificultad que existe para conseguir los fondos económicos. No me parece que sea casual que no existiera otra película sobre un personaje de este estilo. Sólo conocemos a Camila, de María Luisa Bemberg, por ejemplo, que es una gran película, pero de personajes masculinos hay decenas de films y la presencia de las mujeres nunca es protagónica y para mí, eso es parte de lo que cuenta Mariquita en su vida.
—A pesar de ser un documental, decidiste ponerle fragmentos de ficción
—Me pareció que era muy importante que el espectador pudiera identificarse con Mariquita, que pudiera pensarla como una mujer contemporánea y la única manera era representarla, que hubiera actrices que pudieran hacer de ella. Ahí surgió la idea de que fueran dos que representen momentos diferentes. Además, no quería quedarme solamente con la palabra de los entrevistados, sino que quería que Mariquita pudiera también opinar sobre lo que decían sobre ella, para darle un rol más activo. A veces, los entrevistados no están todos de acuerdo con lo que dicen, o tienen contradicciones y me gustaba la idea de que ella estuviera escuchando, opinando y recreando también por momentos fragmentos de su historia.
—¿Cómo fue la selección de Zoe Gotusso y Mayra Bonard para interpretar a Mariquita?
—La idea de que se cantará el himno siempre estuvo así que pensé en alguien que pudiera cantarlo y reversionarlo con una mirada contemporánea y actual. Creo que Zoe es una artista muy completa, no es solamente una cantante. Cuando hablé con ella, se entusiasmó enseguida y además me confesó que quería cantar el himno, era un desafío que quería hacer. Cuando surgió esta idea de interpretarla, era como que se le unian estos dos deseos porque también había estudiado actuación. Se viene preparando y está muy interesada en todo lo que es lo audiovisual. Estuvo muy atenta al rodaje y como lo llevábamos adelante.
Fue muy lindo trabajar con ella las escenas de duelo con Thompson: si iba a poder llorar y si realmente se iba a poder meter en el personaje. Fue impresionante verla cómo atravesaba la cámara, fue muy magnética. Tenía expectativas, pero las superó con creces. Con respecto a Mayra, ella es una bailarina, pero también es una artista completa y pudo interpretar a Mariquita con esa energía desenfadada de una mujer adulta y con una pregnancia en su cuerpo sensual, con un erotismo que va más allá de todo. Me encanta ella como artista. Siempre que tengo un proyecto, pienso que es una posibilidad de invitar artistas con los que me gusta involucrarme y poder jugar.
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