Adrián Iaies: “Quiero estar a la altura de mi admiración y mi amor por Spinetta”

El pianista es director musical del concierto tributo al disco “Artaud” que se realizará este lunes en el Teatro Colón. “Hay artistas que se inventan un universo propio y Spinetta fue uno de ellos”, afirma

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Adrián Iaies, director musical del concierto tributo al disco "Artaud" de Pescado Rabioso (Foto: Arnaldo Colombaroli / Teatro Colón)
Adrián Iaies, director musical del concierto tributo al disco "Artaud" de Pescado Rabioso (Foto: Arnaldo Colombaroli / Teatro Colón)

“Aunque me fuercen, yo nunca voy a decir que todo tiempo por pasado fue mejor. Mañana es mejor”, decía un Luis Alberto Spinetta de 23 años y un enorme futuro, en el inspirado verso de su canción “Cantata de puentes amarillos”, parte esencial de Artaud; el álbum con la tapa de forma irregulare que los años por venir convertirían en un clásico inoxidable.

Por entonces, ansioso por atesorar la novedad, un Adrián Iaies de 13 años repetía una y otra vez su visita a la disquería del barrio. La revista Pelo había anticipado la edición, pero la llegada a las bateas tenía tiempos que no coincidían con las urgentes pasiones juveniles.

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“Aún hoy recuerdo el día en que finalmente lo tuve”, dice hoy. “Era re pendejo. Y así como recuerdo cuando compré Confesiones de invierno de Sui Generis; también me acuerdo cuando tuve Artaud. Yo vivía en Haedo, en el oeste bonaerense, y había una sola disquería. Así que el recuerdo se potencia. Porque incluye todo. La nota en Pelo, la disquería, la espera para que lo traigan y cuando finalmente lo recibí. Todo, absolutamente todo, aún sigue ahí”.

A 50 años de aquel lanzamiento, finalmente el círculo se completa. Aquel disco único que Spinetta imaginó y compuso, inspirado en la lectura de Antonin Artaud (el poeta maldito de los surrealistas franceses) cobra ahora nueva vigencia, para llegar en un formato nunca antes imaginado a la sala principal del Teatro Colón de Buenos Aires. Y quiso el destino que aquel adolescente ansioso, hoy figura central del nuevo jazz argentino, tenga a su cargo los arreglos y la dirección musical de un concierto homenaje, que se concretará en dos funciones, este lunes a las 20 y 22.30 hs.

Pescado Rabioso, "Artaud" (1973)
Pescado Rabioso, "Artaud" (1973)

Y así, durante dos funciones este lunes en el Teatro mayor de Buenos Aires, la música de Artaud, el álbum de poemas y guitarras de Spinetta, regresará vigente en las nuevas lecturas que proponen un cuarteto de cuerdas, otro de maderas y una base rítmica venida del país del jazz. “Hay artistas que se inventan un universo propio y Spinetta fue indudablemente uno de ellos”, enfatiza Iaies, en diálogo con Infobae Cultura, horas antes del estreno.

—¿Cómo nace la idea de festejar los 50 años de Artaud en el Teatro Colon?

—El proyecto me lo ofrece el Teatro Colón a través de Alejandro Gómez, alguien con quien yo trabajé mucho. Me llamó y me preguntó, medio en serio y medio en broma, si conocía Artaud y si me gustaba. Yo le conté que lo tengo desde chico y que era de esos discos que escuché un millón de veces. Entonces me contó su idea: un homenaje por los 50 años de su edición. Lo primero que pensé fue en los homenajes tradicionales que hay cada tanto, donde se hacen los temas de un disco puntual, como si fuese un karaoke, con los arreglos originales y una sucesión de cantantes para las diferentes canciones. Está claro que yo no era la persona indicada para eso. Pero Alejandro quería algo diferente. ‘A nosotros nos interesó tu mirada sobre el disco’, me dijo. Además, es el Teatro Colón, que es una marca muy potente y para mí tiene un valor simbólico muy especial porque es un lugar donde yo he ido mucho y sigo yendo a escuchar conciertos. Quise estar a la altura de todo, la propuesta, el lugar y, sobre todo, mi admiración y mi amor por Spinetta.

—Ese camino diferente que se te propuso, imagino, fue el que disparó tu entusiasmo y tu aceptación.

—La idea me gustó desde ese mismo momento. Le dije de inmediato que sí. Que estaba dispuesto. Y me puse a trabajar enseguida. Esto que te digo fue en octubre del año pasado y desde ese momento ha sido mi obsesión principal.

—¿Cuánto hace que venís trabajando en esto?

—Siete meses de un trabajo metódico. De escribir arreglos siete u ocho horas por día. Escribir, probar, borrar, volver a escribir. Pero antes de eso, elegí un orgánico. Una formación que me generaba expectativa, pero para la cual no había escrito nunca. Un gatillo que me llevara a un sitio diferente. Distinto a lo que haría naturalmente. Algo como clausurarme los atajos. Por eso pensé en un cuarteto de cuerdas y otro de maderas, es decir flauta, oboe, clarinete y fagot con sus combinaciones. Y además una sección rítmica sin piano y con guitarra.

El concierto contará con una orquesta de cámara y cantantes invitados para interpretar la canciones de "Artaud" (Foto: Arnaldo Colombaroli / Teatro Colón)
El concierto contará con una orquesta de cámara y cantantes invitados para interpretar la canciones de "Artaud" (Foto: Arnaldo Colombaroli / Teatro Colón)

—¿Sin piano? ¿Vos no vas a tocar entonces?

—No voy a tocar cuando esta formación haga los temas del disco, pero si estaré en algunos interludios que preparé. Son separadores que van a aparecer entre los distintos temas. Pero no voy a estar en ninguna de las nueve canciones de Artaud.

—¿Esos separadores son también temas de Spinetta?

—Sí. No quiero dar nombres, pero van a ser fragmentos de temas de Spinetta que no están en “Artaud”, pero que para mí participan de la misma atmósfera. No es que necesariamente sean cercanos en el tiempo, pero sí en el mood.

—¿Con cuáles otros discos de Spinetta crees que dialoga Artaud?

—Pienso que hay una cierta relación con Almendra, no en cuanto a la poètica, desde ya. Pero hay algo, en parte, por una cuestión cronológica. Por otra parte tampoco olvidemos que comparten la misma sección rítmica en los temas que tienen bajo y bateria: Rodolfo García y Emilio Del Guercio. También creo que hay una relación con Invisible. Mirá, por ejemplo, en Artaud hay un tema: “Las habladurías del mundo” que, por sonido, por arreglos y por cómo está compuesto, podría haber estado perfectamente en el primer disco de Invisible. El de la tapa del dibujo de Escher. Insisto en esto. Hay ciertas composiciones de Spinetta que perfectamente podrían dialogar con Artaud. No son lo mismo ni mucho menos. Pero dialogan. Y hay como un puente que yo encuentro entre Artaud y A 18′ del sol.

—Más allá de eso, vos decís también que Artaud es el Big Bang del Universo Spinetta. ¿Por qué lo sentís así?

—Porque en esa explosión iniciática estaba buena parte de los elementos que luego conformarían la estética Spinetta. Y eso lo acompañó durante el resto de su trayectoria musical. Él se creó las herramientas necesarias para decir lo que quería decir. Por ejemplo: la forma de las canciones. Aquí la relación de la estrofa con el estribillo no está tan marcada, tan tajante como en otros compositores de canciones. La secuencia de acordes que utiliza allí responde a un tipo de armonización que lo va a acompañar siempre. En música clásica eso se llama armonización no funcional. Donde cada acorde tiene un valor en sí mismo y no como parte de una cadena, una cierta forma de encadenar los acordes “a la Joni Mitchell”, la combinaciòn de compases irregulares, etc.

“Hay artistas que se inventan un universo propio y Spinetta fue indudablemente uno de ellos”, define Adrián Iaies (Foto: Arnaldo Colombaroli / Teatro Colón)
“Hay artistas que se inventan un universo propio y Spinetta fue indudablemente uno de ellos”, define Adrián Iaies (Foto: Arnaldo Colombaroli / Teatro Colón)

—¿Pero de dónde le venía todo eso que enumerás? Porque Spinetta no tenía una formación académica.

—Yo siento que hay gente que nace sabiendo. Gente que se inventa un universo. Se inventa su propia caja de herramientas para decir lo que quiere decir. Gente con un nivel de originalidad que hace que no le funcionen las herramientas que todo el mundo usa. Billy Strayhorn compuso “Lush Life” cuando era menor de edad. Música y letra. No tenía edad para haber aprendido todo eso. Y lo mismo Spinetta. En estos siete meses pude conocer profundamente un disco que ya tenía súper escuchado como melómano y como músico. Y ahora estoy seguro de que la creativa irregularidad que tenía la tapa del disco no es ni más ni menos irregular que la música que guarda adentro. Hay allí un diálogo, que recién pude apreciar en su justa dimensión cuando transcribí cada uno de los temas.

—Hablabas recién de respetar la esencia del disco. ¿Por eso no incluiste el piano en ninguno de sus temas?

—Porque para mí es un disco de guitarras. En varios tramos hay sobregrabaciones de guitarra. Varias guitarras tocando a la vez. Y todo lo que tocó Spinetta allí es muy guitarrístico. Fijate que yo versioné varios de los temas del flaco en mi discografía. Pero ninguno de Artaud. Porque siempre me pareció que no era un disco propicio para el piano.

—¿De haberlo querido, podrías haber hecho un arreglo para incluir el piano, forzar de alguna manera esa inclusión?

—Sí, podría haberlo hecho. Pero no quería. Siempre que vos buscás una lectura alternativa de una canción, hay un procedimiento a través del cual estás forzando algo. Eso sucede siempre, porque estás buscando otro camino. Pero eso solo es deseable en la medida que te permita encontrar otras variantes que suenen tan naturales y lógicas como el original. Aquí, incluir el piano me parecía meter algo a la fuerza innecesariamente. A mí no me gusta tirar de las costuras. Y además me gustaba la idea de la guitarra como instrumento armónico.

"Hay gente que nace sabiendo. Gente que se inventa un universo. Se inventa su propia caja de herramientas para decir lo que quiere decir", afirma Iaies sobre Luis Alberto Spinetta (Foto: Miguel Grinberg_Gentileza familia Spinetta)
"Hay gente que nace sabiendo. Gente que se inventa un universo. Se inventa su propia caja de herramientas para decir lo que quiere decir", afirma Iaies sobre Luis Alberto Spinetta (Foto: Miguel Grinberg_Gentileza familia Spinetta)

—¿Es el primer trabajo que hacés con este concepto?

—Sí, el primero. Arreglé hace muchos años algunas cosas para cuarteto de cuerdas. Pero lo que nunca había hecho era trabajar con esta combinación. Sí orquesté para grandes formaciones. El año pasado, por ejemplo, hicimos los conciertos del Colegiales Trío con la Sinfónica Nacional en el CCK. Pero no con este orgánico que te decía.

—¿Y cómo lo pensaste? ¿Los dos cuartetos y la sección rítmica se asocian, conviven en algún momento o tienen espacios separados?

—Casi todo el tiempo están conviviendo. Hay si un par de temas en los que solamente están las maderas o solo están las cuerdas. Pero en general hay una convivencia. Y eso me gusta. Era el sonido que yo quería. Y adrede, además, no incluí metales. Era una tentación, sobre todo por el flugelhorn, que es un instrumento que empasta perfectamente con las maderas. Pero no quise hacerlo.

—¿Cuál fue el desafío mayor en este trabajo?

—Siempre que te sentás a orquestar el desafío es que algo que sólo tenés en tu cabeza, luego suene tocado por muchos músicos. Ese es el principal desafío. Y luego hay otro adicional para mí. No soy alguien que vive haciendo arreglos. Que se la pasa orquestando música. Hay gente que lo hace muy bien y lo hace por encargo. En ese sentido, lo que sí me ayudó fue que, luego de muchos años de estudiar solo, volví a tener un maestro de orquestación. Algo más formal. Con todo lo reverencial que para mí significa un maestro. Eso me ayudó mucho en esta instancia.

"Ahora estoy seguro de que la creativa irregularidad que tenía la tapa del disco no es ni más ni menos irregular que la música que guarda adentro", dice Iaies  (Foto: Arnaldo Colombaroli / Teatro Colón)
"Ahora estoy seguro de que la creativa irregularidad que tenía la tapa del disco no es ni más ni menos irregular que la música que guarda adentro", dice Iaies (Foto: Arnaldo Colombaroli / Teatro Colón)

Cómo será el concierto homenaje a Spinetta

Invitados especiales: Emilio del Guercio (guitarra y voz), Santiago Arias (bandoneón), Deborah Dixon, Sol Liebeskind (voz).

Los músicos de la orquesta serán Juampi Di Leone (flauta), Lis Rigoni (oboe y corno inglés), Emiliano Alvarez (clarinete en Si bemol y clarinete bajo), Julieta Di Fede (fagot), Guillermo Rubino (primer violín), Natalia Cabello (segundo violín), Elizabeth Ridolfi (viola), Paula Pomeraniec (violonchelo), Rodrigo Agudelo (guitarra y guitarra eléctrica), Santiago Lamisovski (contrabajo y bajo eléctrico), Carto Brandán (batería y percusión). Además, contarán con Ezequiel Fautario en la dirección orquestal, Facundo di Stéfano en la coordinación escénica, Ariel Conde en la iluminación y Nicolás Di Chiazza en sonido.

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