Victoria Ocampo fue una de las protagonistas fundamentales de la cultura argentina del siglo XX. Escritora, editora y mecenas, de espíritu libre y disruptivo, amplió los horizontes artísticos y culturales de la época inaugurando nuevos espacios para el intercambio y la circulación del arte. Siempre a la vanguardia, su residencia, construida en los años 20 y ubicada en Barrio Parque, fue la primera casa racionalista de América Latina. A pesar de las críticas, ella nunca se detuvo en la producción de sus ideas, y ese es su gran legado. Hoy, la residencia, declarada Patrimonio Histórico Nacional, funciona como la Casa de la Cultura del Fondo Nacional de las Artes, y recibe propuestas expositivas que se atreven a intervenir los espacios para dar lugar a nuevos sentidos. Es el caso de Cabinet Óseo, el colectivo conformado por las artistas Celina Saubidet y Marina Molinelli Wells, que propusieron un diálogo con el arte y el diseño contemporáneo, desde una mirada colaborativa.
La propuesta titulada Memorias del futuro, que evoca un imposible, que se presenta como un oxímoron, una figura retórica que presenta términos contradictorios entre sí, aborda tres ejes fundamentales: tierra, cuerpo y casa, y reflexiona sobre el estado actual de la Tierra en relación a la crisis climática, la fugacidad del tiempo, la extinción de las especies y el modelo individualista que rige la vida moderna. Presenta un problema, el del futuro. Y presenta una solución, la del pasado. Habla desde un presente activo, colectivo y colaborativo. “Fuimos convocadas por el Fondo Nacional de la Artes para intervenir la casa. Queríamos tomarla, habitarla, volver a la época en que Victoria Ocampo hacía del espacio un lugar de encuentro”, cuenta Celina Saubidet a Infobae Cultura.
“Nosotras queremos hacer un llamado a la conciencia de los humanos, de dejar de sentirnos por fuera de la naturaleza y hablar de ella como si fuera algo que sucede por fuera nuestro. Esta muestra está atravesada por el concepto de la colaboración porque justamente en la naturaleza nada existe de forma individual. Todo es colaborativo. Todas las obras fueron realizadas con otras personas”, afirma Marina Molinelli Wells.
También, se pregunta por el rol de la naturaleza, poniendo de manifiesto que la humanidad no tiene un rol pasivo en sus cambios y consecuencias, sino que es deber inmediato el despertar conciencia y actuar para revertir el futuro. “¿Los humanos habitamos este planeta? ¿Tenemos un cuerpo? ¿Ocupamos una casa? No, no miramos desde afuera. Somos parte. Una parte ínfima e inmensa, única e irrepetible de una red perfecta que queremos honrar”, se cuestionan las artistas.
Las obras fueron realizadas de forma colectiva, y en algunos casos, a partir de materiales reciclados y recuperados. Es el caso de obras conformadas por 4000 latas de cerveza y cubiertos de los años 80, que luego fueron intervenidos. “Los líquenes y los cochayuyos fueron hechos junto a madres jóvenes adolescentes de una fundación después de que recolectamos 4000 latas. Así que fue un trabajo sumamente interesante para ellas y nosotras. Además, realizamos el diseño de una alfombra con la gente de El Espartano y trabajamos con cubiertos de Volf de la última producción hecha en Argentina en los años 80″, afirmó Marina Molinelli Wells.
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Por su parte, la muestra cuenta con una sala de “Tejidos inoxidables”, con obras realizadas en distintos metales como acero inoxidable, bronce o alpaca, que fueron combinadas con una iluminación a cargo del arquitecto Arturo Peruzzotti, que se destaca por su originalidad y puesta en escena. También, se exhibe un corazón de resina verde luminoso en un cuarto oscuro, Huellas fósiles, una instalación de impresiones de objetos naturales hechas sobre arcilla cerámica en conjunto con 10 adolescentes, y distintos objetos de decoración, diseño y joyería contemporánea.
En tiempos de descarte, utilizar la sustentabilidad como herramienta para abordar la contemporaneidad desde una perspectiva funcional y al mismo tiempo estética, parece ser el gran desafío. “Los seres humanos somos responsables, no espectadores de lo que está sucediendo y si no nos hacemos cargo, nos vamos a extinguir”, reflexiona Saubidet.
Para ello, resulta fundamental poner en diálogo distintos lenguajes, resignificar el patrimonio y recuperar el espíritu de vanguardia que caracterizó a Victoria Ocampo para afrontar problemáticas actuales. “Esta casa fue la génesis de la vanguardia en la Argentina, acá se formó la revista Sur y en esta casa, Victoria solía convocar gente de muchos rubros, a ella le interesaba la cultura en todas sus expresiones. Y nosotras queremos también realizar un homenaje a ese espíritu en el que cuanto más se mezclen las disciplinas, más se van a enriquecer”, concluye Marina Molinelli Wells.
*La exhibición podrá visitarse hasta el 28 de mayo en la Casa de la Cultura del Fondo Nacional de las Artes (Rufino de Elizalde 2831), de jueves a domingos de 14 a 19 hs, con entrada gratuita. Durante todos los domingos de mayo a partir de las 16 hs, se llevarán a cabo performances en el living comedor de la casa.
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