En diciembre de 2020 fue sancionada la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo en la Argentina, permitiendo a las mujeres y cuerpos gestantes poder decidir de manera legal y segura si querían continuar o no con un embarazo. Sin embargo, esta no es la realidad de algunos países de América latina. Para contar la realidad chilena, la directora Alexandra Hyland filmó Las demás, su primer largometraje de ficción que participa de la Competencia Internacional de la 24° edición del Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires (BAFICI).
El film, que tuvo su premiere internacional en el festival de Rotterdam, retrata en tono de comedia, el difícil camino que deben transitar aquellas jóvenes en Chile que reflexionan sobre la decisión de interrumpir un embarazo. “El tema del aborto era un tema que nos toca a muchas mujeres de formas distintas, investigué mucho y hablé con muchas mujeres que lo habían atravesado en mi país. El uso de la comedia tiene un poco que ver como soy yo. Me gusta reírme y soy buena para tirar chistes sobre cosas tristes. Quería buscar una forma nueva de abordar el tema. He visto muchas películas y en general son sobre la decisión o sobre el dramatismo que hay detrás de un aborto”, cuenta Alexandra Hyland.
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Allí conoceremos a Rafaela y Gabriela, que son mejores amigas, y el inesperado embarazo de una de ellas amenaza el rosado y extravagante oasis de adolescencia eterna en el que viven. El aborto en Chile es ilegal, pero no imposible, entonces juntas deberán enfrentar la hostilidad del sistema, para realizarse el procedimiento sin perjudicar su preciosa relación. Sobre el tema de la amistad, la realizadora asegura: “Quería mostrar cómo la amistad entre mujeres es fuertísima. Siento que muchas veces el sistema nos enseña que debemos competir entre nosotras o nos presentan como conflictivas, pero eso es solo una mirada muy machista. Me encantan las películas que tocan esta temática como Tangerine, de Sean Baker, o Las margaritas, de Věra Chytilová, donde están estas dos mujeres que hacen desastres”.
Acá la pregunta no es sobre hacerse o no el aborto. Más bien, es cómo hacerle frente a esta violencia que se mete inevitablemente en sus vidas. De todos modos, estas amigas no perderán la alegría y el magnetismo que las caracteriza. Enfrentaran a este problema con mucha música pop y llenándolo de glitter. Entre escenas absurdas y muy graciosas, se denuncia la violencia institucional que deben afrontar las mujeres que quieren interrumpir un embarazo y cómo sólo pueden acceder a un trato seguro, aquellas que cuentan con un sustento económico.
La película contó con un equipo de mujeres y una producción de bajo presupuesto que cuestiona las maneras de producir cine, buscando realizar historias que puedan comunicar mensajes políticos tanto delante como detrás de cámaras. Reforzando su principal tesis: las potentes relaciones entre mujeres son las que salvan el día. “La brecha de género sigue siendo absurda, sobre todo en la dirección y se pierde esa oportunidad de tener otras miradas, no solo los materiales que podamos crear, sino también otra experiencia en el set. Es muy importante en cada oportunidad que tengamos poder hablar de las brechas de género que existen, para seguir luchando en ese sentido.
Un claro ejemplo, en el festival, en la Competencia Internacional de las 26 películas, sólo cinco son dirigidas por mujeres. En mi película tuvimos un equipo de grabación casi en su totalidad de mujeres. Nos apoyamos mucho en la agrupación Nosotras Audiovisuales, que promociona el cine de chicas y ahí buscamos profesionales para poder conformar ese equipo. Fue increíble poder dirigir así porque me sentí muy acompañada y respaldada, sentí que todo se trabajaba hacia la resolución y es fundamental visibilizar porque hay compañeras muy talentosas trabajando en todas las áreas”, afirma la realizadora.
Esa sinergia de las protagonistas traspasa la pantalla y es sorprendente que sea la primera vez que trabajaban juntas. Alexandra Hyland descrube cómo fue el proceso para seleccionarlas: “Primero llegó Alicia Luz Rodríguez, que es una reconocidísima actriz en Chile, fue muy emocionante contar con ella; y luego conocí a Nicole Sazo y la conexión fue instantánea. Tenía nervios porque no se conocían y para mí era importante que se notara que se llevaban bien, pero efectivamente en la película se hicieron muy amigas y armaron una relación preciosa”.
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