Ken Loach dijo que su nueva película, The Old Oak, probablemente sea la última y que la perspectiva de realizar un nuevo film luego de este estreno sería como ver “un caballo viejo y desnutrido compitiendo en el Grand National”.
“Simplemente no estoy seguro de poder moverme por la cancha nuevamente –dijo Loach, de 86 años, en un artículo publicado en Hollywood Reporter–. Es como un caballo viejo en el Grand National. Piensas: ‘¡Dios mío, me caeré en la primera cerca!’”. “Las películas toman un par de años y tendré casi 90. Las capacidades van declinando. Tu memoria a corto plazo se va y mi vista es bastante mala ahora, así que es bastante complicado”, agregó el director de Tierra y libertad.
The Old Oak se estrenará en el Festival de cine de Cannes en mayo. Protagonizada por Dave Turner y Ebla Mari, y escrita por Paul Laverty, colaborador habitual de Loach, está ambientada en el noreste de Inglaterra y gira en torno a un pub de una antigua comunidad minera.
Loach ha tenido un éxito particular en Cannes: ganó la Palma de Oro dos veces, en 2006 por El viento que agita la cebada y en 2016 por Yo, Daniel Blake, y una serie de otros premios, incluido el premio del jurado en 1993 por Lluvia de piedras y en 2012 por The Angels’ Share, y el premio Fipresci en tres ocasiones (por Black Jack en 1979, Riff-Raff en 1991 y Tierra y Libertad en 1995).
En 2013, Loach parecía estar por retirarse después de que su productora Rebecca O’Brien sugiriera que Jimmy’s Hall, la biopic sobre el comunista irlandés James Gralton, sería su último largometraje. Loach, sin embargo, no bajó los brazos y pasó a completar Yo, Daniel Blake, que se convirtió en un inesperado éxito comercial y fue premiada en festivales, y luego el drama sobre la economía del trabajo Sorry We Missed You.
The Hollywood Reporter sugiere que es posible que Loach ya no tenga la “energía emocional nerviosa” para liderar el rodaje de un largometraje, pero Laverty dice que Loach puede estar abierto a hacer un documental: “Eso no sería tan absolutamente abrumador. Me sorprendería mucho si él no hiciera algo. Creo que realmente lo lleva en la sangre. Y todavía tiene mucho que decir”.
Fuente: The Guardian
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