Falleció esta mañana el escritor Abel Posse, novelista y ensayista. Abogado de profesión por la Universidad de Buenos Aires, donde se desempeñó como docente en la cátedra de Derecho Político del doctor Carlos Fayt, a la que renunció en 1966, tras el golpe de Estado del general Onganía. También se doctoró en Ciencia Política por la Universidad de la Sorbona.
Desarrolló una carrera diplomática entre 1966 y 2004 lo que lo llevó a representar a la Argentina en Israel como ministro plenipotenciario, y como embajador en Checoslovaquia, Perú, Dinamarca y España, además de cónsul general en Venecia, donde recibió la visita de Jorge Luis Borges y María Kodama en 1974. Y fue director de la Casa Argentina en París. Allí conocería a quien sería su esposa, Sabine Langenheim.
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Ella le abriría las puertas del conocimiento de la literatura y la filosofía alemanas, y juntos traducirían El sendero del campo, del filósofo alemán Martin Heidegger. Con él sostendría correspondencia. El primer texto con su firma, el poema “En la tumba de Georg Trakl”, recibió el premio René Bastianini de poesía de la SADE en Buenos Aires.
En 1969 publicó su primera novela, Los bogavantes, en 1969; a la que le seguirían La boca del tigre y una docena más. En 1978, inauguró la Tetralogía de la Conquista con Daimón –protagonizada por el explorador español Lope de Aguirre– , que continuó con Los perros del paraíso (por la que recibió el prestigioso premio Rómulo Gallegos en 1987) y con El largo atardecer del caminante, de 1992, que recibió el Premio Internacional Extremadura-América 92 de la Comisión Española del V Centenario. La reina del Plata, de 1998, es su declaración de amor a la ciudad de Buenos Aires, y Los heraldos negros nunca se publicó.
Considerado por muchos como “un maestro de la novela histórica” en América Latina, Posse recibió el reconocimiento de autotres y críticos, como Camilo José Cela, Carlos Fuentes, Alfredo Bryce Echenique, Oscar Hermes Villordo, Severo Sarduy, María Rosa Lojo, Antonio Requeni, Ceferino Reato y Seymour Menton. Esto lo llevó a ser galardonado en Francia, España, Estados Unidos, Perú y Brasil, y a ser escogido como jurado de premios nacionales e internacionales.
Colaboró escribiendo cuentos, crónicas y artículos en diferentes medios, como Perfil, La Nación y La Gaceta de Tucumán, a nivel nacional, como en varios internacionales. Algunos de sus ensayos para la prensa aparecieron en Argentina, El eclipse argentino. De la enfermedad colectiva al renacimiento (2003), En letra grande (2005) y La santa locura de los argentinos (2006).
Entre las ficciones históricas, género en el que se destacó, en 1994 se publicó La pasión según Eva, sobre la figura de Eva Perón, situada entre fines de 1940 y principios de 1950. También se dedicó a novelar el nazismo fuera de Alemania, por medio de Los demonios ocultos, de 1987, y de El viajero de Agartha, de 1989, por la cual recibió el Premio Diana-Novedades.
Sobre el Che Guevara escribió la ficción Los cuadernos de Praga, de 1998; pero tal vez una de sus novelas más jugadas sea Noche de lobos, de 2011, en la que retrata la historia de una guerrillera que es seducida por su torturador durante la década del 70. Por El inquietante día de la vida (2001) obtuvo el premio literario que otorga la Academia Argentina de Letras.
Entre sus obras más se encuentran Vivir Venecia, de 2006, en la que revisita sus años allí siendo cónsul. Y tal vez su obra más descarnada sea la que relata en forma de crónica el suicidio de su hijo Iván en París a los quince años, Cuando muere el hijo (2010), en 1983. Sobre esto, en una entrevista que le hicieron para La Gaceta, expresó: “En Occidente, la muerte sorprende porque se vive de espaldas a ella, como si no fuera algo que puede ocurrir en cualquier momento. Adelantarse a la despedida implica aceptar que la muerte es un hecho natural, que ocurrirá inexorablemente y que debemos prever”.
En la página web personal en la que se presenta así: “Yo soy escritor, usted lector. Tenemos una interesante unidad subversiva, juntos creamos una pacífica y silenciosa conspiración. Yo anoto algunas señales que usted completa con su imaginación creativa”, se puede acceder a fragmentos de su obra, que ha sido reeditada y traducida a más de quince idiomas.
Al recibir el premio Rómulo Gallegos en agosto de 1987, Posse declaró sobre la tarea de escribir: “Son muchos los años de soledad, de lucha frente a la página en blanco, de búsqueda ansiosa de ese lenguaje que se transforme en puente entre la palabra de todos y nuestra autenticidad. Y pocos ‑y por lo tanto bienvenidos e intensos‑ los momentos de ese reconocimiento que renueva el impulso necesario para la continuación de la tarea”.
Simpatizó con Eduardo Duhalde, pero nunca escondió su postura crítica del kirchnerismo. Fue ministro de Educación de la ciudad de Buenos Aires en la gestión de Mauricio Macri, en 2009 por un corto período de tiempo.
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