Hace unos meses, el novelista británico Roald Dahl se convirtió en noticia tras conocerse que su obra original iba a sufrir modificaciones para adecuar su obra a los tiempos que corren. Obras clásicas infantiles como Charlie y la fábrica de chocolate, Las brujas y Matilda ya no habrá adjetivos como “feo”, “gordo” o “negro”, incluso cuando refieren a objetos o animales en las ediciones en inglés. Lejos de ser un acto celebrado, reconocidos autores y miembros de la comunidad literaria internacional condenaron esta acción y muchas editoriales se negaron a llevarla a cabo.
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Después, la nueva víctima de la cancelación fueron las historias de Disney, consideran que cuentos infantiles como Blancanieves y La Cenicienta podrían impactar en los niños con mensajes clasistas y heteronormativos. Consideran que tienen elementos problemáticos, como el amor a primera vista o el privilegio de la belleza física por sobre los rasgos de la personalidad.
Esta semana se dio a conocer que el compositor de La Sirenita, Alan Menken, quién creó las canciones de la película original junto con Howard Ashman, cambió la letra de dos canciones de la película de animación original para una nueva adaptación, de acción real, porque quería que no fueran tan ofensivas.
“Hay algunos cambios en la letra de ‘Besala’ (Kiss the Girl) porque la gente se ha vuelto muy sensible a la idea de que el príncipe Eric pudiera, de alguna manera, forzar a Ariel al querer besarla sin que ella pudiera dar su consentimiento”, contó Menken a la revista Vanity Fair. Eso será así, si bien en la canción de la película animada solo se ve a los personajes insistiendo al príncipe que bese a Ariel, ya que él dudaba (ella no le podía dar su consentimiento porque no tenía voz).
Además, el compositor contó que la otra canción que decidieron cambiar es “Pobres almas en desgracia” (Poor Unfortunate Souls). Para quienes no la recuerdan es la que canta la malvada Úrsula, en esta nueva versión está interpretada por la actriz Melissa McCarthy, cuando le propone a Ariel perder su voz a cambio de tener piernas. En la misma, se le dice a la protagonista que no necesita hablar, que a los hombres no les interesa lo que tiene para decir. Utiliza frases como “Verás qué no logras nada conversando, a menos que los pienses ahuyentar”.
El autor de la canción contó que no quiere que las niñas que vean el film interpreten que deben aplacar su voz o pensamientos, si quieren en un futuro encontrar una pareja. En la misma línea, la nueva versión buscará cambiar el sentido de la original. La protagonista no aceptará el hechizo de cambiar su voz por piernas humanas para seguir a al príncipe en la tierra, sino que lo hará para “abrir su propio camino diferente al que le impone su propia familia”
Como ocurrió con los ejemplos de la literatura, esta idea de actualizar los denominados “clásicos” tiene personas que apoyan la idea y sus detractores. Los primeros buscan cada vez más atenuar los discursos antiguos de amor romántico o que escondan discursos violentos o machistas, en especial en aquellos contenidos que van dirigidos a las infancias. En la otra esquina, se configura una postura diferente, que lejos de estar en contra de las representaciones feministas o los discursos sobre género, defiende el hecho de conservar y proteger las obras originales. Desde esta postura, se argumenta que los cambios son “absurdos” y que en última instancia, tiene que ser el público quien decida si esas historias tienen vigencia o quedaron antiguas.
La Sirenita llegará a los cines el 26 de mayo y Disney está terminando los últimos detalles para que los fanáticos puedan volver a sumergirse en el mar en el remake en acción real de su emblemático clásico de 1989. Si bien conserva el mismo estilo de musical, la nueva versión busca crear un equilibrio entre el homenaje a la original y la introducción de nuevos elementos que actualizan el cuento para las nuevas generaciones. Hay que recordar que la primera polémica que despertó esta película, que dirige Rob Marshall, fue que la actriz afroamericana Halle Bailey fue elegida como Ariel para salir del estereotipo de la princesa blanca.
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