Infobae Cultura publica un fragmento del libro Conocer es Comparar: estudiando a las redes sociales a través de las naciones, los medios y las plataformas, que próximamente será publicado por MIT Press.
Su presentación será el martes 4 de abril a las 19 en la Universidad de San Andrés (Riobamba 1276, CABA) con los autores, Brenda Focás y Tomás Balmaceda. Se puede participar en forma presencial o virtual, con inscripción previa en este link.
Capítulo 6: Lenguajes
Aquí se habla español
El 30 de octubre de 2020, Bad Bunny y Jhay Cortez lanzan DÁKITI, una canción de reggaetón sobre la tensión sexual de una relación llevada a cabo en secreto. Con un título que hace homenaje a una playa de Puerto Rico, DÁKITI rompe récords de audiencia en tiempo récord. En menos de un mes desde su lanzamiento, se convierte en la primera canción en la historia en alcanzar la cima de la lista Hot Latin Songs y el Top Ten de Billboard Hot 100 al mismo tiempo. El videoclip tiene más de mil millones de visitas en YouTube.
En TikTok, la canción es popular en desafíos de baile y doblajes o lip syncs. En uno de los videos, con más de un millón de reproducciones, el usuario @ralphlarenzo traduce DÁKITI. La biografía de la cuenta dice: “I sing Spanish songs in English/Yo canto canciones en español al inglés!”; acompaña el mensaje con el emoji de la bandera de Puerto Rico. Muchos comentarios sobre el video giran en torno a las ventajas de escuchar la canción en español versus en inglés. Un usuario dice: “¡Diablos, no, el español suena mejor!”. Otro escribe: “Me alegro de que esté en español jajaja”. En respuesta, alguien publica: “Es puertorriqueño, [emoji de calavera], ni siquiera es español, es latino”.
Esa traducción popular de DÁKITI en TikTok y el diálogo que le sigue expresan la tensión que existe entre el éxito mundial de Benito Antonio Martínez Ocasio, alias Bad Bunny, y su decisión de componer y cantar todas sus canciones en español, con la excepción de su sencillo Yonaguni, estrenado en 2021 con una coda en japonés. En sus propias palabras: “Yo escribo mis canciones, son mis ideas, mi producción, y no voy a tener ideas y letras que me vengan en inglés. Lo he dicho desde el principio” (Cobo 2020). Ya sea intencional o no, la posición del artista frente al idioma inglés puede leerse como un acto de resistencia poscolonial. Al menos hasta hace poco, se esperaba que los artistas latinos y latinoamericanos del mainstream de la industria musical global lanzaran versiones de sus canciones tanto en español como en inglés. Bad Bunny señala que esa práctica lingüística fue tal vez necesaria y que esos artistas “abrieron puertas a este boom latino, pero ese momento para mí acabó. Me enorgullece mucho llegar al nivel en el que estamos hablando en español, y no solo en español, sino en el español que hablamos en Puerto Rico. Sin cambiar el acento” (Mars, 2021).
El acto de resistencia y reivindicación de la identidad, expresado con intensidad en su referencia a la cuestión del acento, también es evidente en la actividad del artista en sus redes sociales. Mientras que muchas celebridades y personas influyentes se expresan en inglés en sus cuentas de redes para aumentar su atractivo frente a una audiencia global, Bad Bunny, que [al momento de escribir este libro] tiene más de 45 millones de suscriptores en YouTube, una cantidad similar de seguidores en Instagram y 4,9 millones de seguidores en Twitter, escribe todas sus publicaciones en español. Sin embargo, cuando se trata de cómo las empresas de redes sociales abordan su contenido, suelen traducirlo al inglés. En un video producido por la empresa Twitter y subido al canal oficial de YouTube, se graba a Martínez Ocasio diciendo: “Hola gente, soy Bad Bunny y estas son las historias de algunos de mis tuits”. Tanto las palabras de Bad Bunny como los tuits que analiza en el video están escritos en español. Sin embargo, Twitter agrega, en el video, subtítulos en inglés, posicionándose así como una plataforma de habla inglesa. ¿Qué comunidades lingüísticas imagina una plataforma como Twitter para que sus usuarios asuman que se requiere traducir un video que no está en inglés y que dicha traducción debe ser al inglés, cuando el video fue realizado por un artista que elige expresarse en español a través de sus cuentas de redes sociales?
En una entrevista de febrero de 2020 con la revista Billboard, realizada en inglés, se le pregunta a Bad Bunny sobre el nombre de su álbum YHLQMDLG. El mismo terminaría convirtiéndose en el primer álbum de larga duración en español en la historia en encabezar la lista de todos los géneros de Billboard. El diálogo que se produce es el siguiente, originalmente en inglés:
Entrevistadora: ¿Tienes un título [para el nuevo álbum]?
Bad Bunny: Sí, Yo Hago Lo Que Me Da La Gana.
Entrevistador: OK.
Bad Bunny: ¿OK? Ni siquiera sabes lo que dije [risas].
Entrevistadora: [riendo] Lo sé, no puedo repetir eso, por eso te pedí que lo dijeras por mí, para que yo no tuviera que hacerlo.
En el contexto de este capítulo, el diálogo se destaca por las dinámicas de poder asociadas con el papel del lenguaje, las tensiones entre el inglés y el español, y el tema de las traducciones. ¿Quién traduce a quién en un mundo en el que el inglés suele presentarse como la lingua franca de la cultura digital? ¿Cuándo y por qué ocurren o no esas traducciones? ¿Cómo se disputan? ¿Cómo contrasta la presunción del inglés como lingua franca de la cultura digital con la multiplicidad de experiencias lingüísticas de los miles de millones de usuarios de las redes sociales para quienes el inglés no es su lengua materna o para quienes no hablan el idioma? ¿Qué significa, por ejemplo, que Twitter ejerza el poder de traducir algunos, pero no todos, los tuits de algunos idiomas a algunos otros? Parafraseando el artículo seminal de Langdon Winner, ¿las traducciones de las redes sociales son políticas?
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