Tras diez años sin exponer en un museo argentino, Marie Orensanz, la artista plástica argentina radicada desde 1972 en Francia y una de las representantes más destacadas del arte conceptual internacional, regresa con Marie Orensanz, el fluir del pensamiento, muestra curada por Diana Wechsler, en el MUNTREF, Centro de Arte Contemporáneo, sede Hotel de Inmigrantes.
La exposición que inaugura el 1 de abril a las 12:30 del mediodía refleja su trabajo generador de poéticas públicas y a la vez íntimas. En ella se ponen en diálogo su producción actual con una serie de trabajos que realizó entre los años 1960 y 1970. Los papeles y objetos conviven y se enfrentan con sus videos y hacen que las distintas materialidades se pongan en juego para presentar a esta artista plural, reflexiva, potente.
Entre las obras que recrean su trabajo generador de poéticas públicas y a la vez íntimas, en un delicado juego entre lo micro y lo macropolítico, se encuentran, Fragmentismo, de1982, fotoperformance, de 230 x 110 cm; Pensar es un hecho revolucionario, de 2012, acero inoxidable, de 110 x 60 cm, y Sin título, de la serie Flores venenosas, de 1977, dibujo sobre papel, de 50 x 70 cm.
La artista que se define asimismo como nómada y que fuera alumna de Emilio Pettoruti y Antonio Seguí, tiene una larga relación con MUNTREF y BIENALSUR. Basta recordar que su escultura Más allá del tiempo, obra que integró la primera edición de BIENALSUR, fue donada por la artista y la Universidad Nacional de Tres de Febrero UNTREF a la Ciudad de Buenos Aires en el marco de Semana del Arte 2019. Hoy puede verse enclavada en la Plaza Intendente Seeber, contigua al Ecoparque y a la Embajada de los Estados Unidos.
Personalidad destacada de la Cultura, Orensanz, radicada en Europa, construyó una carrera en la que recorrió desde el utopismo esperanzado de las segundas vanguardias del siglo XX hasta el desencanto posmoderno. Formada en la escuela dura del dibujo y protagonista juvenil de la explosión creativa en el Instituto Di Tella y el CAYC, su universo conceptual explora a profundidad cuestiones relacionadas con el sentido de las cosas, del lenguaje, de lo infinito.
Dice Diana Wechsler en sus Palabras curatoriales a Marie Orensanz, el fluir del pensamiento:
Marie piensa, escribe, ensaya formas, materializa sus ideas. Las pone en el espacio, las comparte. Lo cotidiano integra la intimidad de su trabajo, de su pensamiento, el lugar del tiempo de reflexión, la conexión del pensamiento y la acción.
En una superficie blanca una serie de puntos, líneas delgadas, trazos simples, algún dibujo pequeño, a veces una palabra, números, otras una frase, describen un espacio silencioso. La suma de estas presencias gráficas en hojas impecables orientan la intuición hacia la lectura de una escritura indiciaria. Sus gestos, sutiles aunque persistentes, laten en su sencillez. Estos mapas de ideas pueblan las carpetas que almacena en su casa-taller.
Papeles dibujados, plegados, hierros calados, aceros, vidrios, maderas, objetos encontrados intervenidos, mármoles blancos –dibujados, también, con pinceladas coloridas–, telas impresas, pinturas, palabras recortadas, constituyen una lista posible que describe la condición física, tangible, de la obra de Orensanz.
Pero esa enumeración no alcanza para acercarnos a su trabajo. Hay en él un común denominador que lo orienta a través del tiempo: el fluir del pensamiento. Está allí el material privilegiado de su obra, a él se subordinan los demás.
Textos y más textos recorren las páginas de sus libretas y se convierten en parte indispensable de sus trabajos. Cada uno de los soportes elegidos está ligado a lo que desea comunicar, a las maneras con las que busca situarse ante las miradas y disparar ideas: porque su trabajo se completa con/en el otro, es un fluir compartido.
La muestra se podrá ver desde el 1 de abril hasta el 25 de junio en MUNTREF - Centro de Arte Contemporáneo, sede Hotel de Inmigrantes, Av. Antártida Argentina 1335, de martes a domingo de 11 a 18 horas, con entrada gratuita.
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