Lo rural se instala en el espacio expositivo de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) hasta mayo con la muestra Nota al pie, un registro de Michele Migliori, una apuesta que rescata lo documental fotográfico del investigador italiano como memoria viva en las imágenes de sinagogas y cementerios expuestas, en un diálogo novedoso, entre la tradición europea traída por los colonos judíos y su lugar en el nuevo mundo.
La propuesta es un recorrido documental sobre sinagogas y cementerios rurales, construcciones y espacios que adoptaron particularidades argentinas, en algunos casos, en un diálogo novedoso entre la tradición europea de los colonos que se establecieron en el país, entre finales del siglo XIX y principios del XX. Nota al pie, un registro de Michele Migliori es una muestra documental pero también artística.
Migliori nació en Florencia, Italia, y desarolla desde mediados del año pasado el trabajo de campo para su doctorado en el Departamento de Arte Judío de la Universidad de Bar-Ilán en Israel. “Después de haber trabajado dos años en Israel con archivos vine para hacer este trabajo de documentación para ver en persona los lugares que estudié”, cuenta.
“Mi trabajo es sobre la documentación del arte y la arquitectura de las sinagogas en el interior de Argentina, en las que fueron las colonias de la Jewish Colonization Association (JCA) en pequeños asentamientos y en otras colonias agrícolas que tuvieron una historia distinta a la gran iniciativa del Barón de Hirsh en traer judíos de Europa oriental a la Argentina”, explica Migliori.
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Entre las colonias independientes -ejemplifica- está la de Médanos, “un pueblo de alrededor de 4.000 habitantes en la provincia de Buenos Aires cerca de Bahía Blanca fundada por judíos que salieron de las colonias del Barón de Hirsh”. “En este contexto la muestra nace como recorrido de mis primeros viajes de documentación en Argentina”, dice.
Cuatro son las provincias reflejadas en la muestra: Entre Ríos, Santa Fe, Buenos Aires y La Pampa. Corresponden a las primeras expediciones de documentación que después integrarán con otros viajes, a Santiago del Estero, Chaco y lo que me falta en Entre Ríos y Santa Fe, y Río Negro. El investigador busca elementos arquitectónicos y artísticos europeos y otros que son más locales. “Se pueden encontrar varios tipos de edificios de sinagogas muy interesantes, algunos hacen referencia directa a sinagogas europeas como producto de la inmigración judía de Europa oriental a la Argentina”, cuenta.
En el caso de Médanos encuentra elementos en la decoración y la arquitectura que hacen referencia a sinagogas europeas, pero más allá de eso, lo interesante son “las historias que se cuentan en el pueblo”, donde se dice que se la construyó como una de Bielorrusia, igual a la del pueblo de uno de los migrantes. Y aclara que, si bien esto no puede ser confirmado, es interesante escuchar la historia local que se cuenta como tradición oral.
Este saber nutre las imágenes y las ancla en las anotaciones al pie, “historias que se pueden contar por cada uno de los lugares visitados”, porque “la historia no es solamente la que vemos, estudiamos sino también lo que encontramos en los lugares”, que pueden ser “comparadas con las vivencias de las personas”.
¿Se encuentran elementos no europeos? “Si, sobre todo en sinagogas en Entre Ríos, de carácter rural como en Avigdor -creada por la JCA en 1936 para recibir a refugiados del nazismo-, que fue construida en chapa y se aleja de las sinagogas europeas que si no podían construirse de ladrillo se utilizaba madera”, por lo cual “muchas desaparecieron en la Segunda Guerra Mundial, pero existe documentación”, explica.
En cambio, además de la chapa utilizada “hay detalles interesantes como las cenefas, un elemento clásico de la arquitectura del interior que se encuentran también en estaciones ferroviarias, edificios públicos”, señala. E indica que la construcción depende de los materiales disponibles y “los recursos de la comunidad”, y fundamentalmente “al principio cuando estás construyendo tu vida tan lejos del país de donde vienes”.
¿Por qué tomar lo rural? “Cuando escogí el tema de mi estudio quería investigar algo no trabajado en términos académicos. Y el estudio comparativo entre Europa y Argentina me dio un caso interesante de parangonar, de poner en relación la sinagoga en sí y el shtelt europeo, la pequeña aldea judía de Europa central y oriental, con las pequeñas aldeas judías de Argentina que tuvieron la misma estructura en algunos casos”.
“Argentina tiene mucho que contar de la historia judía y el patrimonio cultural que es muy rico. Algo en el exterior todavía no se aprecia como se debería, porque la gente siempre pone atención en Europa como si solo allí tuvieran casos interesantes”, reflexiona. “La primera vez que visité un cementerio judío en este país encontré muchísimas imágenes de personas cuando la tradición, las leyes religiosas lo prohíben. En Europa es difícil encontrar fotos en las lápidas mientras que en Argentina el 90%, en el interior, tiene su foto”, sostiene.
“Quizás esto también es algo que ponga en relación esto de argentinizar tradiciones, en el interior sobre todo, donde en las primeras décadas se unieron las costumbres locales, como en Moisés Ville donde la gente todavía hoy, con una minoría judía, cierra las tiendas por Iom Kipur en respeto a la tradición de los primeros pobladores”, advierte.
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Entre los registros, Basavilbaso tiene el de sus dos sinagogas, la de 1912 que aún funciona, la Tefila L. Moises y la “obrera” de 1917 acompañada por una foto de archivo: una multitud con banderas frente a la edificación de ladrillos sin el revoque posterior; y como dato valioso la mención de la sede de la primera cooperativa agrícola de sudamérica, Sociedad Agrícola Lucienville de 1900.
Una línea casi continua de 69 fotografías se ordenan a la altura de los ojos del visitante con anotaciones prolijamente escritas a mano sobre hojas de cuaderno a rayas o pequeñas notas de colores con frases propositivas como “esto debería ser reparado”. Pero en estás cuidadas anotaciones a modo de inventario y de anclaje histórico también se señala cuando algo fue restaurado o vandalizado, sus características y curiosidades.
El director del departamento de Arte y Producción de AMIA, Elio Kapszuk, comenta que Migliore se acercó al Centro de investigación del judaísmo argentino Marc Turkow buscando material para su trabajo, y surgió como idea “achicar la diferencia entre los estudios académicos y la posibilidad de compartirlos”, indica.
“Si bien Migliore nunca había hecho una muestra porque no es fotógrafo profesional, para nosotros había una tensión vinculada al hecho de que muchos de los materiales del Centro son consumidos por investigadores que generan obras, que son consumidas y consultadas por otros investigadores”, dice Kapszuk, el curador.
* “Nota al pie, un registro de Michele Migliori” podrá visitarse en el Espacio de Arte AMIA, en el entrepiso del edificio de Pasteur 633, CABA, de lunes a jueves de 10 a 19, y viernes de 10 a 16, con entrada gratuita y presentación de DNI, hasta el 5 de mayo.
Fuente: Télam S. E.
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