Libros retenidos: la Secretaría de Comercio y las distribuidoras dialogan para una solución

Miles de ejemplares están en el puerto de Buenos Aires, a la espera de una autorización para ser ingresados. Desde el organismo estatal lo atribuyeron a inconsistencias en declaraciones juradas de algunas empresas. La situación se destrabará antes de la Feria del Libro, aseguran

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La Secretaría de Comercio y
La Secretaría de Comercio y las distribuidoras inician diálogo para destrabar la imposibilidad de ingresar libros a la Argentina (Foto: Luciano González / Archivo Feria del Libro 2022)

Provenientes de España, de Estados Unidos, ya en suelo argentino, precisamente en la Aduana, miles de libros esperan ser desembalados e incorporados a la cadena de distribución. Muchos irán a librerías, otros directamente a la Feria del Libro, todos a manos de lectores. Pero, ¿por qué siguen ahí, apilados, guardados, algunos hace más de dos meses? Un problema burocrático que tiene varias explicaciones y que, según pudo averiguar Infobae Cultura, está en camino de solucionarse. La Secretaría de Comercio y las distribuidoras nucleadas en la Cámara Argentina del Libro están en diálogo para destrabar el conflicto.

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Para importar más de 500 ejemplares por título hay que hacer un trámite especial: un laboratorio debe analizar muestras para determinar que no haya plomo en la tinta. Pero para importar menos de 500 ejemplares por título eso no es necesario; basta con la “Declaración Jurada de Excepción al Régimen de Seguridad de Tintas y Papel”, que en la jerga se llama control de tintas. Lo que hoy está fallando es ese trámite. Las distribuidoras cargan esa declaración jurada pero el sistema les dice que hay un error. Entonces los embarques —miles y miles de libros— que llegan al puerto quedan retenidos en la Aduana.

La normativa, que fue emitida por la Dirección Nacional de Reglamentos Técnicos, dependiente de la Secretaria de Comercio, demoró su funcionamiento en los meses de enero y febrero. Según fuentes de esta secretaría, hay dos explicaciones. Por un lado, un cambio en la firma de quien lleva adelante este control, lo que hizo que el proceso se alenteciera. Y por otro lado, en el último tiempo detectaron empresas, incluso alguna con una causa penal, que tenían datos falsos en la declaración jurada. El control de tintas no sólo es para el sector editorial, también para el textil. Esto hizo que se ponga la lupa con mayor nivel de detalle.

En estos momentos, la Secretaría de Comercio y las distribuidoras —la gran mayoría representadas por la Cámara Argentina del Libro— están iniciando un diálogo para que no se demore más este proceso. Así le confirmaron a Infobae Cultura las autoridades de la CAL. Pronto tendrán una reunión para ver los detalles. Uno de los puntos a discutir es el dinero que las distribuidoras deberían pagar por tener la mercadería en la aduana, el depósito fiscal, valuado en dólares. Desde la secretaría aseguran tenerlo presente. Y también tienen en cuenta la proximidad del inicio de la Feria del Libro. “Se van a poner esfuerzos para resolverlo”, aseguró una fuente del organismo para esta nota.

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