La muñeca Barbie es uno de los juguetes más populares del planeta. Ahora, mostró una faceta desconocida. Se hizo boliviana y se vistió, en su 64 aniversario, con las prendas más vistosas de las culturas indígenas y danzas folklóricas de Bolivia. Fue parte de una exposición de alrededor 3.000 unidades de muñecas con representaciones de otras figuras mundiales.
La exhibición se realizó en un hotel en el centro de La Paz, en donde el comité de organización inauguró el evento con un solemne corte de cinta. La inauguración se había demorado tres años debido a la pandemia.
La muestra, que reunió a una decena de las coleccionistas más importantes de la ciudad, casi llena su capacidad de público por la gran asistencia de mujeres de distintas generaciones, adolescentes y niñas que no dejaban de observar las decenas de dioramas o maquetas temáticas. El ambiente fue efusivo ya que muchos de los asistentes no dejaban de tomar fotografías ni de señalar con los dedos una y otra vez las particularidades de las muñecas más antiguas hasta las más innovadoras.
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En esta ocasión “estamos ‘bolivianizando’ a Barbie”. La empresa Mattel “hasta hoy no ha hecho una muñeca boliviana” y por eso “queremos mostrar nuestra cultura”, dijo Yesenia Pérez, una coleccionista que tiene más de 1.000 muñecas.
Folclore y cholitas
Las maquetas que se destacaron de las demás fueron las dedicadas a la cultura boliviana y un cuadrilátero con Barbies que representaban a las “cholitas luchadoras”, mujeres aimaras dedicadas a la práctica de la lucha libre. Además estaba la maqueta de un pequeño restaurante donde algunas Barbies y también el muñeco Ken servían platillos de la gastronomía boliviana.
Entre las representaciones culturales se colocaron varias parejas de Barbie y Ken con las vestimentas multicolores de danzas como la morenada, diablada, kullawada o waca waca, entre otras, así como vestimentas de los andes, valles y amazónica del país. En tanto que en otro diorama, dos Barbies vestidas de cholitas y con dos trenzas largas en el pelo simulaban un combate de lucha libre sobre un cuadrilátero, ante la mirada de otras que hacían el rol de espectadoras.
Las cholitas “representamos a la mujer boliviana” y antes “no había una representación” así de Barbie, comentó la luchadora Ángela, que hace siete años se dedica a esos combates, y es hija de “Ángela, la folclorista”, otra histórica luchadora de quien heredó esa pasión.
Símbolo de revolución
En uno de los puestos estaba la exhibición de Juana Martinet, una coleccionista de accesorios de Barbie entre los que destacan unos 2.000 pares de zapatos junto a una cantidad similar de carteras y perfumes, que sumados a otros artículos muestran la transformación que tuvo Barbie en el paso de las décadas.
Martinet contó que los materiales han cambiado con los años, que al inicio eran “rústicos” con pocas variantes y que poco a poco se han vuelto “sofisticados”. La coleccionista destacó que Barbie es un “símbolo de revolución” ya que la muñeca muestra el rol de la mujer que no se limita a “aprender a ser mamá”. “Barbie es mamá, astronauta, periodista. Hay mil profesiones que la mujer puede llegar a ser, incluso presidenta”, remarcó Marinet.
La Barbie vino al mundo en una Feria Internacional del Juguete de Nueva York el 9 de marzo de 1959 a través de la empresa Mattel. La creadora Ruth Handler notó que mientras su hijo tenía muñecos de pilotos, bomberos o policías, en el caso de su hija las opciones se reducían a ser mamá o cuidadora, por ello creó una muñeca que mostrará a las niñas que “podían ser lo que quisieran”, según la reseña de la firma. Anualmente se venden unos 53 millones de ejemplares de la muñeca en más de 150 países del mundo.
Fuente EFE
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