La fortaleza siria de Saladino resistió a múltiples asaltos a lo largo de su historia pero sus murallas de piedra se están agrietando a causa del sismo del 6 de febrero que, además de dejar miles de muertos en Siria y Turquía, dañó numerosos sitios antiguos.
En una colina de la provincia de Latakia, en el oeste del país, Zuhair Hasun observa, con semblante preocupado, las torres de esta fortaleza de la época bizantina, construida en el siglo X. “Todas las torres de la fortaleza corren peligro, una de ellas incluso se hundió después del sismo”, cuenta Hasun, guardia del monumento.
La fortaleza de Saladino, que se libró de la guerra civil que asola el país desde 2011, estuvo abierta a los visitantes hasta que se produjo el terremoto, que mató a casi 46.000 personas en Turquía y, al menos, a 6.000 en Siria.
El temblor causó daños en 40 sitios arqueológicos e históricos de Siria, según la Dirección General de Antigüedades y Museos (DGAM). Paredes, techos y torres de castillos históricos se llenaron de grietas o se derrumbaron parcial o totalmente, indicó la DGAM, según la cual hay iglesias, mezquitas y museos -algunos de la época medieval- que también fueron dañados por el sismo.
Avanzando con cautela, Zuhair Hasun pasa bajo tres arcos agrietados y muestra la fachada de la inmensa fortaleza, incluida desde 2006 en la lista de patrimonio mundial de la Unesco y, desde 2013, en la clasificación de patrimonio en peligro de la misma organización.
“Cada bloque de piedra pesa al menos una tonelada”, subraya. “Las partes pequeñas de la fortaleza que acaben rodando hasta el valle no se podrán recuperar”. Y, augura: “habrá necesariamente derrumbamientos en caso de fuertes lluvias o de una nueva sacudida, es solo cuestión de tiempo”.
“Inestimable”
En el museo nacional de Damasco, el director de la DGAM, Nazir Awad, rodea en un mapa las seis provincias más afectadas por el sismo. Entre ellas, está la de Latakia. “Hemos contado más de una cuarentena de sitios dañados”, explica, agregando que la ciudadela de Alepo y su Ciudad Vieja se vieron fuertemente impactadas por el sismo.
Algunos daños requieren “una intervención urgente para que esos tesoros inestimables no se pierdan”, añade. Según Awad, poco después del terremoto, una delegación de la Unesco visitó Alepo para inspeccionar los daños causados a la ciudadela y la Ciudad Vieja (ambas inscritas en la lista de patrimonio en peligro desde 2018) y sus madrasas (las escuelas religiosas del islam).
El terremoto causó sobre todo daños en el molino otomano, en fortificaciones del noreste de la ciudadela y en la cúpula del faro de la mezquita ayubí. En las áreas que no controlan las fuerzas gubernamentales, algunos sitios de la provincia de Idlib (noroeste) y del norte de Alepo registraron “graves daños”, afirma Awad, basándose en el testimonio de habitantes de la zona.
Entre esos sitios, figura la iglesia bizantina de San Simeón el Estilita, en el noroeste de la provincia de Alepo, inscrito en la lista del patrimonio mundial de la Unesco porque forma parte de las aldeas antiguas del norte de Siria.
Cerca de la frontera turca, en Harem, una ciudadela centenaria también reviste graves daños: de algunas de sus paredes y arcadas no quedan más que ruinas.
“Que un edificio se hunda es algo normal. Pero [que le ocurra a] una ciudadela que ha resistido asaltos durante cientos de años, es extraño y triste”, comenta Firas Mansur, profesor en Harem y gran amante de la arquitectura antigua.
Fuente: AFP
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