Libros que exploran temas que van desde William Shakespeare y los Beatles hasta el atractivo del Everest y la vida dentro de uno de los Estados más herméticos del mundo compiten por ser nombrados el mejor ganador de la historia del principal premio británico de libros de no ficción.
El Premio Baillie Gifford celebra su 25.ª edición con el galardón Ganador de ganadores. Tres escritores estadounidenses, dos canadienses y uno británico figuran en la lista de finalistas anunciada el jueves para el trofeo de 25.000 libras (30.000 dólares).
El premio se creó en 1999 para recompensar libros en inglés de cualquier país sobre temas de actualidad, historia, política, ciencia, deporte, viajes, biografía, autobiografía y arte.
Los jueces han elegido a seis de los 24 ganadores anteriores del premio –conocido hasta 2015 como Premio Samuel Johnson– como finalistas para este galardón único. El ganador se anunciará el 27 de abril en una ceremonia en Edimburgo (Escocia).
La ecléctica lista de finalistas incluye el caleidoscopio cultural One Two Three Four: Los Beatles en el tiempo, de Craig Brown, el único escritor británico en la lista. Además de los libros de los autores canadienses son la odisea montañera Into the Silence, de Wade Davis, y la historia de las conversaciones de paz posteriores a la Primera Guerra Mundial, Paris 1919, de Margaret MacMillan.
Los finalistas estadounidenses son Nothing to Envy: Real Lives in North Korea, de Barbara Demick; Empire of Pain, de Patrick Radden Keefe, sobre la familia Sackler y sus vínculos con la crisis de los opioides; y 1599: Un año en la vida de William Shakespeare, de James Shapiro.
Solo dos de los seis libros están escritos por mujeres, lo que refleja un desequilibrio histórico en la publicación de obras de no ficción que, según los organizadores del premio, se está corrigiendo. En la última década, el 40% de los ganadores han sido mujeres.
El editor Jason Cowley, presidente del jurado, declaró que, a pesar de sus temas dispares, “hay un parecido de familia” entre los seis libros.
Dijo que las obras combinan la distinción literaria con “una especie de innovación formal”.
“Todos los libros transmiten muy bien lo que Hilary Mantel llamó la presión atmosférica de la época”, afirmó.
Fuente: AP.
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