Veinticinco dibujos de la serie “Dibujos Moleskine” que la artista visual, curadora, escritora y gestora cultural Fernanda Laguna (Buenos Aires, 1972) comenzó en 2017, suerte de diario emocional personal, pasaron a formar parte del patrimonio del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), confirmaron hoy desde la galería Nora Fisch.
Son obras en pequeño formato, dibujos en lápiz sobre papel de 12 por 9 centímetros, que Laguna expuso en el marco de “El camino del corazón” (The Path of the Heart), una antología que presentó el año último en el Drawing Center de Nueva York, curada por otra argentina, Rosario Güiraldes.
En este reconocimiento hubo otra argentina involucrada, se trata de la curadora de arte latinoamericano Inés Katzenstein, parte del área de adquisiciones de arte de esta región en el MoMA.
Los personajes de este fragmento del extenso diario emocional de Laguna son un autorreferencial corazón peludo y un oso con anteojos que representa a su pareja. Algunos de esos dibujos formaron parte del libro Fernanda Laguna para colorear, de la colección popular de arte argentino del sello Mansalva, que recuerdan los libritos del sello Belleza y Felicidad hechos en ediciones limitadas con fotocopias que se vendían en bolsitas de celofán junto a un souvenir en el espacio cultural que Laguna fundó en 1998 con Cecilia Pavón y que ahora son objetos de colección.
La galerista Nora Fisch, representante de la obra de Laguna, destacó que “el MoMA tiene un peso simbólico particular como institución” y que “estar en su colección es altamente legitimante para el artista ya que hay procesos de selección muy estrictos llevados a cabo por equipos curatoriales especializados”.
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“De manera simbólica es como entrar a la historia del arte global. MoMA ya tiene en su colección artistas argentinos, pero de generaciones anteriores -remarcó Fisch-. Que una artista contemporánea argentina, cuya obra es muy local, muy vernácula, y a la vez muy influyente acá, entre a la colección de MoMA es un reconocimiento de lo vibrante que es nuestra producción artística actual”.
La galerista explicó que “la serie Moleskine son pequeños dibujos a lápiz que Fernanda viene haciendo hace años; una especie de diario íntimo, de registros de situaciones y sentimientos de su vida, actuados por un corazón con pelos que la representa a Fernanda, aparece a veces un oso con anteojos que es su pareja, y así... mariposas o insectos que son avatares de sus amigos y gente cercana. Es una serie muy autobiográfica pero no de manera documental o literal”.
Para la galerista “Laguna es posiblemente la artista más influyente de su generación” y “esto se ve con frecuencia en las obras de artistas mucho más jóvenes. A principios de los 2000 inauguró una manera vernácula de hacer arte donde la expresividad emocional primaba sobre la forma, una estética de la precariedad y la expresión de sentimientos”.
“Esa puerta que abrió la transitan jóvenes artistas hoy -insiste-. Ella es una original porque tiene una visión del mundo propia y busca darle forma de maneras particulares. Es una artista multifacética porque si bien se centra en la obra visual también es una escritora de novelas y poesías respetada por su estilo propio y su impacto emocional”.
A lo largo de los años, remarca Fisch, Laguna " fue creadora de varios espacios de exhibición y encuentro para la comunidad artística y además hace 20 años que lleva adelante un programa de arte muy increíble en una de las zonas más precarias de Villa Fiorito, afectando positivamente las vidas de las mujeres y niños con quienes colabora a través de conceptos traídos del arte contemporáneo”.
“Todo eso: pinturas, dibujos, poesías, espacios de arte y encuentro, talleres y proyectos en Villa Fiorito, es todo parte de práctica artística totalizadora”, concluye.
Fuente: Télam
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