Madrid es una ciudad muy teatral, pero aún así se sorprenden cuando ven las características del vestuario que trajimos”. La que habla, desde la capital española, es Silvina Vicente, curadora de Colección Tesoro, muestra que el Complejo Teatral de Buenos Aires presenta en las salas Camoens e Inca Garcilaso del Palacio Linares, sede de Casa de América, en el marco del programa artístico-cultural Conexión Buenos Aires – Madrid, creado por la Ciudad de Buenos Aires.
La muestra, que se puede ver hasta el 15 de marzo en Madrid, reúne 31 trajes del Fondo Tesoro de Vestuario conformado por 600 prendas que fueron seleccionadas por sus características o su historia entre las 45 mil que reúne el Centro de Vestuario del Complejo Teatral de Buenos Aires.
“Fue difícil hacer la selección porque todas las prendas son impactantes y especiales. Busqué que tengan una convivencia estética en la sala, donde el conjunto realce y luzca, pero también quería que estén presentes prendas de distintas épocas de teatro”, cuenta en diálogo con Infobae Cultura.
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Entre los trajes exhibidos se encuentra el que utilizó Alfredo Alcón y Elena Tasisto en la puesta de Enrique IV del año 2005 dirigida por Rubén Szuchmacher, con vestuario de Jorge Ferrari. El diseño de Fabián de Luca que uso Mía Maestro en la puesta de Lulu del año 1998 dirigida por Alberto Felix Alberto.
También la camisa de seda pintada a mano diseño de Gioia Fiorentino que utilizó Susana Rinaldi en La Opera de Dos centavos dirigida por Daniel Suárez Marzal en 1988 y el vestido de El jardín de los cerezos dirigido por Helena Tritek que utilizó Cristina Banegas, diseño de Eugenio Zanetti.
Otra pieza clave de la muestra es el traje usado por Francisco Petrone en Tungasuka en 1963, así como también el vestido que usó María Onetto en Bodas de sangre dirigida por Vivi Tellas, diseñado de Pablo Ramírez. “Veníamos a España y quería que esté Lorca”, confiesa Vicente.
Con sus frescos y ornamentos, el Palacio Linares tiene una arquitectura imponente. Para pensar la muestra se tuvo que hacer una pregunta: “¿Qué traje llevo a este lugar para que no queden invisibilizados ante tamaño arquitectura? Aún así, los trajes lucen muy bien, y la gente se queda sorprendida por el nivel de detalle de la confección. Da orgullo que todo esto se confeccione en la sastrería del teatro. Como argentina, me hace sentir muy orgullosa”.
Todo empezó hace algunos años. “Cuando se inauguró el Centro de Vestuario en 2015 yo fui convocada e hice un desfile. El proyecto fue progresando, fue creciendo y se pasó de 30 mil prendas a 45 mil. Es una colección viva porque a medida que se genera nuevo vestuario se va catalogando”, asegura.
Como “el vestuario teatral no es moda, porque tiene un camino totalmente diferente”, el objetivo era “que estén presentes nombres de diseñadores de vestuario que tengan una trayectoria en el teatro”. Y sentencia sobre esta exhibición: “Acá, argentino es todo, porque argentino es el talento”.
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Los españoles que asisten a la muestra, cuenta Vicente, “están muy sorprendidos por el nivel de realización de las prendas: les impacta. También les sorprende que tengamos una colección tan importante: les llama que sea tan grande y que todo sea producido en el teatro, el concepto del teatro fábrica”. Además, cada traje tiene un código QR para que la gente pueda ver el figurín del diseñador que hizo la prenda.
“Ahora se está trabajando en todas las carpetas técnicas, en la digitalización. Esto es fundamental porque el vestuario y la documentación es el resguardo de la memoria del teatro público. Se trata de dar testimonio de la historia y que esa historia esté accesible. Es que el teatro es un arte efímero, entonces es fundamental poder hacer este trabajo de conservación”, cuenta sobre el espacio diseñado para la preservación de textiles así como el sistema digital denominado Xirgu —en homenaje a la actriz y directora española Margarita Xirgu— que organiza el catálogo y almacena el historial de cada prenda.
“En la historia del teatro uno siempre habla del texto, pero hay toda una realización técnica que es importante que esté documentado y que forme parte de la historia del teatro porque es parte constitutiva”, concluye desde Madrid.
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