Philip Selway se toma un tiempo de Radiohead y muestra sus nuevas canciones

El baterista acaba de publicar su tercer disco solista, “Strange dance”. En diálogo con Infobae Cultural, contó el proceso creativo del álbum, sus influencias new wave y los planes futuros de la gran banda del rock británico

Philip Selway: “Quería hacer un disco que sea un espacio de refugio” (Foto: Gettyimages)

Philip Selway es conocido principalmente por ser el baterista de Radiohead, una de las bandas más influyentes y reconocidas del rock y la música británica de las últimas tres décadas. A su vez, al igual que todos los miembros de la banda, desarrolló en paralelo una carrera solista que lo llevó a publicar Familial en 2010, Weatherhouse en 2014, y el hace un par de semanas, su tercer disco, Strange Dance.

Radiohead no toca en vivo desde 2018 y todos sus músicos llevan adelante distintos proyectos que demuestran la versatilidad y potencia propia de todos ellos.

Selway no es la excepción, y en esta entrevista con Infobae Cultura cuenta cómo fue componer y grabar en momentos turbulentos, sus influencias, qué opina de los proyectos de sus compañeros de banda, y cuales son los planes para el futuro.

Pasaron 9 años desde tu último disco solista ¿no? Es bastante tiempo, y muchas cosas pasaron durante este período de tiempo.

— Absolutamente…

Con todo lo que está pasando en Europa, la guerra en Ucrania, Brexit, la pandemia y la post pandemia ¿Influyó el escenario político actual a la hora de componer?

— Creo que donde realmente me impactó fue cuando empecé a trabajar en el álbum, ese período donde me encerré en una habitación y solo empecé a intentar a armar las ideas. Normalmente durante ese proceso empiezas a meterte en una especie de lockdown personal de todas maneras, te aíslas de todo el mundo, básicamente. Eso lo hizo sentir más “cargado”, hay una canción en el disco, “Check the signs of life”, y esa canción es realmente sobre tratar de llegar a un acuerdo con ese período de cambio, aceptarlo, ya sea a un nivel personal o algo más amplio como lo describas vos… Así que si, hubo esa sensación de que algo importante estaba sucediendo, aún son tiempos turbulentos, y como reacción a eso, yo quería crear un espacio en el disco, casi como un refugio. El soundscape es grande, todas las voces, las texturas… Realmente me gustan los discos donde puedes caminar en ellos, y vivirlos, esa es la clase de disco que quería crear acá. Quiero que la gente pueda llegar al disco y escuchar las letras pero, sobre todo, perderse en él. Las letras no son tanto sobre mí, pero creo que proveen un marco donde la gente pueda proyectarse, proyectar sus narrativas ahí. Quería hacer un disco que sea un espacio de refugio.

La tapa de "Strange Dance", de Phil Selway, fue realizada por el artista Stewart Geddes

Ese concepto de refugio se percibe. Decías que te gustan esos discos donde te puedes perder, corrígeme si estoy equivocado pero escucho cosas de Mark Hollis ahí, de Talk Talk…

— ¡Si! Muy buenas referencias, solo podría llegar a aspirar a hacer algo como ese tipo de artistas.

¿Cuál fue la princial influencia del disco?

— Supongo que la principal influencia serían los otros músicos con los que trabajé. Tenía una idea muy clara de quien quería que esté en el disco y todos estuvieron, Adrian Utley, Quinta, o Laura Moody, con esos increíbles arreglos de cuerdas, Hannah Peel, una artista que encuentra un gran terreno entre lo electrónico y lo acústico, una increíble percusionista como Valentina Magaletti… En el corazón de eso, Marta Salogni, que produjo el álbum, la lista de gente que participó es fantástica y se fue volviendo cada vez más asombrosa. Todos ellos fueron mis puntos de referencia.

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Se percibe una dinámica colaborativa muy interesante ¿Fue así desde el principio?

— Bueno, la etapa inicial fue aislarme en mi estudio, armando las canciones. Quería estar en un punto donde cuando fuera al estudio con todos, las canciones se pudieran sostener por derecho propio. Que si las tocaba yo solo con una guitarra acústica o un piano se puedan sostener solas. Si tienes una idea fuerte, después puede empezar a desmantelarla pero el núcleo de la idea está. Cuando entramos al estudio, empezó una dinámica colaborativa muy buena manteniendo la mente abierta respecto de dónde podía ir la canción. Todos son músicos inmensamente talentosos y queríamos aprovechar sus fortalezas, porque son asombrosas. En el estudio nos entendimos muy bien, y de hecho, fue un proceso muy rápido una vez que estuvimos ahí. Las ideas parecían provenir como un torrente una vez que entramos a grabar. La colaboración fue el corazón del proceso.

Philip Selway - "Check For Signs Of Life", del disco Strange Dance

También colaboraste con el artista Stewart Geddes en una exhibición. Él es autor del arte de tapa de Strange Dance ¿Cómo fue esa experiencia?

— Fue una colaboración muy importante para el disco, antes que nada somos amigos. Cuando se produjo el lockdown nos pusimos a trabajar en nuestros respectivos estudios y empezamos a “romper” el aislamiento teniendo una reunión por zoom al final de cada semana, para hablar de lo que estábamos haciendo. Y después de varios meses nos dimos cuenta que nuestros trabajos se estaban moviendo en paralelo, así que fue un paso muy natural pedirle que haga las pinturas que se convirtieron en el arte del disco. En ese sentido, fue una colaboración muy importante para mi. Fue realmente inspirador ver la forma en que Stewart respondía a la música con texturas y tonos en su trabajo, y yo respondía a eso. Mucho salía de ahí, trabajaba muy bien en conjunto, la música y el arte respondían entre sí. Es un proceso en el que estoy muy familiarizado porque así trabajamos en Radiohead con Stanley Donwood, así que fue un proceso creativo muy rico.

Mencionaste a Radiohead ¿Cuál es la principal diferencia entre escribir para la banda y para tu trabajo solista?

— Creo que cada proyecto toma distintas partes de mi musicalidad. En Radiohead, Thom es el principal compositor y todos traemos nuestro aporte, y nos maravillamos del enorme talento que tienen todos. Todos traemos lo nuestro y tenemos nuestro rol dentro de ese proceso, en mi caso, especialmente las partes de batería y percusiones en ese proceso. Eso es una parte de mi musicalidad. Con mi material solista, es una posibilidad de traer mis propias canciones, de explorar otras colaboraciones y texturas, así que ambas tienen sus diferentes aspectos.

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Ya tienen una carrera bastante larga, hace poco se cumplieron 30 años de Pablo Honey

— Sí

¿Cómo cambió tu relación con la música durante estos años? ¿Disfrutas de la misma manera?

— Creo que llegué a un punto donde lo disfruto más que nunca. Ahora tengo una experiencia mucho más rica. Cuando empecé a hacer música mi ambición era tocar la batería y escribir canciones para estar en una banda. No estoy seguro si tenía la confianza… Miro hacia atrás y puedo ver que lo que hacía era bastante musical. Pero creo que ahora si puedo decirme a mí mismo “si, soy un músico, tengo algo”. Es una forma particular de pensar, me siento muy confiado ahora mismo. Esa es la diferencia clave respecto de cuándo empecé. Recuerdo mi primer recital, estaba tocando en mi banda de la escuela, nunca había tocado un kit de batería completo. Estaba en el escenario y pensé “si, puedo hacer esto” y funcionó. Ese tipo de sentimiento es algo que estuve persiguiendo desde entonces por el resto de mi carrera musical. Si pudiera volver y embotellar eso, y tomar un trago de eso todos los días, sería muy feliz.

Radiohead en vivo, con Selway en batería (Foto: Getty)

Es como la luz verde del Gran Gatsby, siempre la estás persiguiendo…

— ¡Si! Así es, absolutamente.

Imagino que cuando empezaste a escuchar música y a tocar era la época de la new wave, ¿quién te influenció como baterista?

— Es así, estaban todas las bandas new wave, bateristas como Stewart Copeland, Stephen Morris de New Order… Todos grandes músicos con voces muy distintivas, bateristas con los que me siento conectado, después tu gusto se expande, terminas sacando inspiración de gente como Tony Allen, Elvin Jones, o bateristas con los que terminé trabajando como Glenn Kotche de Wilco o Chris Batalario, Valentina Magaletti que hizo un trabajo maravilloso de percusión en Strange Dance. Pero creo que cuando toco, todavía hay una gran parte de ese adolescente en mí. Con ese tipo de energía de los bateristas de la new wave que me gustan tanto. Creo que esa es la presencia que quiero tener en mi forma de tocar.

¿Cómo te sentiste al dejar de lado la batería en este disco? ¿Fue una decisión consciente o se dio de forma natural?

— Fue natural, de hecho empecé a tocar la batería. Pero mi mente estaba realmente en las canciones y no venía ni pensando en partes de bateria. Asi que no estaba sucediendo lo suficientemente rápido para mi, quería aprovechar el momento en las sesiones. Quería unas texturas particulares en el disco, así que tuve una conversación con Marta Salogni y ella sugirió a Valentina con quien trabajó mucho. Cuando llegó fue como una fuerza viva que de repente entró en el disco. Trabaja realmente rápido, y con una forma muy única y vibrante que provee una base brillante para todo lo que se construye a partir de eso. Fe probablemente una bendición que yo mismo no haya armado mis partes de batería… Algunas pequeñas partes en el disco son mías, pero no podría haber funcionado igual sin Valentina.

Además de la gente con la que has colaborado en el disco ¿Te gusta algún artista nuevo?

— Creo que entre los álbumes que han destacado mucho para mí en los últimos años se encuentra Little Simz, su disco Grey Area es increíble. En su último disco hay una canción, “Gorilla”, que es alucinante. Y hace unas semanas fui a ver una banda que me pareció realmente muy buena, se llaman Dilettante, muy buenos. Sucede que he estado muy concentrado en mi propio disco este último tiempo y ahora estoy de nuevo en un momento donde puedo volver a descubrir nueva música, es como un ciclo.

"Llegué a un punto donde disfruto la música más que nunca", dice Selway (Foto: Gettyimages)

El último disco de Radiohead fue en 2016, y vos y tus compañeros de banda han estado muy ocupados. Thom y Johnny con The Smile, que tienen un componente muy groovero ¿Te gustan?

— Sí, absolutamente, siempre es fascinante para mí ver que hace cada persona en cada contexto particular, te da un gran sentido de su musicalidad. Por ejemplo Ed O’Brien trabajando con su nuevo disco después de Earth que fue genial… Pude ver a The Smile el año pasado y creo que son fantásticos. Tom Skinner es un baterista increíble, fue interesante para mi ver la dinámica entre él y Thom (Yorke) y Johnny (Greenwood), creo que es fantástico. Amo los grooves en el disco de The Smile.

Y Collin con Nick Cave.

— ¡Si! Con Nick Cave y Warren Ellis, lo que parece un emparejamiento hecho en el cielo.

Casi parece natural.

— Absolutamente, creo que todos nos apoyamos mucho entre nosotros con nuestros proyectos fuera de la banda.

¿Tienen planes de volver en el futuro como banda?

— Siempre estamos hablando de planes futuros, de lo que podríamos hacer. Todo lo que puedo decir es que el deseo colectivo de hacer música de nuevo juntos, de alguna manera, está ahí. En el futuro cercano todos estamos aún enfocados en nuestros propios proyectos, pero más allá de eso veremos qué sale.

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