El regreso a un lugar de la infancia, ya sea la propia casa o un lugar querido, suele estar cubierto por una pátina de melancolía que llena y conmueve –como sucede en la novela gráfica La casa, de Paco Roca, sensación que le evocó a la autora de esta líneas–. Caro y José retornan a un espacio conocido, habitado por recuerdos que, en cierto momento de la historia, se transforman en mágicos, con pinceladas de humor y ternura.
Basado en el cuento “Ad Astra” (Hasta las estrellas), de Haroldo Conti, El vuelo de Basilio inauguró la Fiesta del Teatro de CABA en el Centro Cultural Haroldo Conti y se presenta durante marzo y abril en el Centro Cultural de la Cooperación. Cuenta con el apoyo de Proteatro, y es uno de los proyectos ganadores del concurso Vida Narrada, de la Fundación Williams, en 2021.
Este último detalle no es menor, si se tiene en cuenta que la narración, el relato, lo contado, como memoria, tiene especial relevancia en la obra. De hecho, cuenta Analía Fedra García, la directora y adaptadora de la pieza, que el punto de partida de su adaptación era incluir la narración dentro de una ficción.
Así fue ese proceso de selección, adaptación y dramaturgia: “Primero leí todos los cuentos completos de Haroldo Conti, porque hacía mucho que quería hacer algo con su obra y teatro. Y este cuento, ‘Ad Astra’, a mí me interesó, sobre todo, por el personaje de Basilio Argimón, por esta idea de crear una máquina para volar. Y con el cuento lo que hice fue extraer boyas o núcleos que a mí me parecía que armaban escena o que podían armar escena. Así que ese fue el trabajo, por un lado, extraer del cuento la mayor cantidad posible de personajes, y por otro, rescatar momentos en los que yo notaba que había escena y que había una cosa más dramática en el sentido teatral”.
Es interesante conocer cómo fue el proceso de creación, porque el público al que está dirigida la pieza –niños y niñas en general– puede ser muy franco con la crítica. Y El vuelo de Basilio no solo logra salir airoso, sino que genera tema de conversación al finalizar la función.
La obra entrecruza el teatro y los títeres de varilla en una historia que narra la visita de Caro y José adultos al taller de Basilio Argimón. A partir de ese momento, reconstruyen, narran y juegan con los títeres que encuentran allí. Música, color, risas y ternura confluyen para sostener un mensaje en el que identidad y convicción son su centro.
En la historia de Conti también aparecen dos personajes, dos amigos que espían a Basilio Argimón cuando está construyendo una máquina para volar. En la adaptación de Fedra, sus los protagonistas son dos hermanos. “José, de hecho, el nombre de uno de los nenes, es el mismo. Y Caro lo tomé un poco como un homenaje por lo del Álamo Carolina. Desde el principio sabía que quería trabajar con dos intérpretes, entonces, al saber hacer esa combinación de dos intérpretes, títeres y narración, con esa dramaturgia más el cuento y las escenas que iba escribiendo y armando, se produjo la obra”, cuenta.
Tener dos intérpretes brinda la posibilidad de sumar más títeres para manipular más títeres para manipular, explica Fedra, además de permitir desdoblarse entre la narración y los títeres. Y así sucede la magia. Intérpretes y muñecos interactúan y desaparecen según lo exija la dramaturgia. Por momentos, Caro y José conviven en escena con sus alter egos de la infancia, para luego ser Caro y Josecito, o Caro y José. Sobre esto, la directora reconoce como influencia la película Lily (1953), en la que su protagonista “habla con los títeres como si fueran reales”.
Entonces sucede un ida y vuelta, una superposición de planos, en donde los personajes despliegan sus dotes. “[Alejandro] Bracchi se basó en fotos del actor y de la actriz para diseñar los títeres”, continúa Fedra García. La búsqueda apuntaba a ese juego que, en niños y adultos, causan sorpresa, emociones y risa.
Finalmente, como sucede en los espectáculos destinados a las infancias, la música cumple un rol importante, con melodías pegadizas que los actores entonan en vivo y que enmarcan un final triunfal que desatará los merecidos aplausos.
El vuelo de Basilio es una adaptación de “Ad Astra”, de Haroldo Conti, de Analía Fedra García, Fedra; interpretación: Manuel de la Serna y Florencia Sartelli; diseño de vestuario: Paula Molina; diseño de escenografía, títeres y objetos: Alejandro Bracchi; música original: Miguel Angel Pesce, dirección: Analía Fedra García, Fedra.
* El vuelo de Basilio se presenta los sábados a las 16 en el Centro Cultural de la Cooperación, en Av. Corrientes 1543, C. A. B. A. Funciones: hasta el 29 de abril.
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