Desde adentrarse en sus cuadros hasta visitar su estudio, pasando incluso por cada etapa de su vida. Buenos Aires recibe a la muestra Meet Vincent Van Gogh, una experiencia artística que permite ponerse en la piel del artista. Lejos de quedarse únicamente con los hechos, los datos y sus obras, la propuesta invita a ver la vida desde los ojos del pintor del siglo XIX.
Ubicada en el Campo Argentino de Polo, en Buenos Aires, la exposición oficial del Museo Van Gogh de Ámsterdam cuenta con representaciones de sus trabajos más famosos como El dormitorio en Arlés, recreaciones de sus paisajes y salas inmersivas. Y si bien tiene una duración promedio de una hora, la muestra seduce a tomarse el tiempo de vivir el arte y no solo admirarla, como se acostumbra.
Además, los visitantes podrán hacer el recorrido en compañía del ‘propio van Gogh’, ya que la experiencia está ideada para que el artista cuente en primera persona cómo vivió cada una de las etapas de su vida. A su vez también intervendrán su madre, su cuñada y su hermano menor Theo –el cual fue un gran apoyo para el pintor en los momentos más complicados de su vida– mediante la narración de las cartas que se enviaban constantemente.
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Con los auriculares puestos, los cuales se entregan a cada visitante al comenzar la muestra, la primera parada es un recorrido por su círculo íntimo, su familia. Desde sus padres hasta sus hermanos. Luego haciendo un repaso por todos los países en los que vivió y trabajó, entre ellos: Londres, Ramsgate, París, Auvers-sur-Oise, Ámsterdam, La Haya, Amberes, Bruselas y más.
Hay una sola regla en esta experiencia: ‘tocar’. Con la idea de explorar y no limitar la curiosidad, la propuesta busca que el visitante sienta, escuche y se traslade por las vivencias de Vincent van Gogh. Así podrá percibir la esencia de piezas como La noche estrellada, Los comedores de patatas o Autorretrato.
La muestra se divide en seis etapas de la vida de van Gogh: ‘Primeros años’, 1853-1879; ‘Artista Emergente’, 1880-1885; ‘Artista Emergente’, 1886-1887; ‘En el Sur’, 1888; ‘Enfermedad y Creatividad, 1889-1890; ‘Éxito’, 1891-presente.
Uno de los principales espacios donde puede experimentarse esta sensación es la primera etapa de ‘Artista Emergente’, donde el visitante podrá recorrer un espacio ambientado en aquellos años. Con sillas y mesas de 1880 se puede ver y tocar los elementos con los que el pintor trabajaba e incluso ver las fotos y cartas que se enviaba con sus familiares. Una de ellas, escrita el 14 de febrero de 1886 y dirigida a Theo, destacaba: “Al relacionarse con las mujeres, uno aprende mucho, especialmente sobre arte”.
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En ese marco una de las principales paradas es en la mesa del artista donde una breve introducción al uso de la perspectiva introduce al visitante a sentarse, tomar el lápiz y dibujar alguno de los paisajes de los que se rodeaba el artista en esta época.
El siguiente ambiente artístico propone apreciar las tonalidades de las obras, centrarse en el color y destacar la práctica del retrato, una de las etapas artísticas de Vincent que comenzaría con el apoyo de vecinos y conocidos que se prestaban a ser representados sobre el lienzo. Así es como sentados en una mesa, con un espejo enfrente, la muestra posibilita al visitante tomar dimensión de este método al pintar su propia imagen.
El recorrido continúa con diversos espacios que dan libertad al descubrimiento y la experimentación artística como un lienzo digital que la persona puede pintar a través de los movimientos de sus brazos. También la posibilidad de adentrarse en la famosa obra El dormitorio en Arlés. Desde sentarse en aquella famosa cama de acolchado rojo hasta apreciar las pinceladas y los colores sobre las paredes.
Pensado tanto para adultos como para chicos, la experiencia inmersiva cambia la forma de adentrarse en el arte. Además logra dar a conocer otra perspectiva de la vida del artista y conectar con él en distintos momentos de su vida. La empatía no se logra únicamente desde el lado artístico sino también desde el humano. Tal como destacó su bisnieto, Willem, su obra resalta por encontrar belleza en los objetos cotidianos: “Son cosas de todos los días; cada persona se siente identificada porque sus cuadros pueden ser tus propios espacios, ahí donde vivís”.
De esta manera, la experiencia llega a Buenos Aires después de visitar ciudades como Beijing, Barcelona, Londres, Lisboa, Madrid y Santiago de Chile. Argentina es el segundo país de Sudamérica que recibirá en 2023 esta exposición. La misma estará disponible hasta el 30 de abril.
Esta muestra se podrá visitar desde el próximo viernes, con turnos y una capacidad de 175 personas cada media hora. El precio de las entradas para adultos, los miércoles, jueves y viernes, es de $ 3.900 y $ 4.500 pesos los sábados, domingos y feriados. Los menores de 10 años es de $ 2.500 todos los días.
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