La última película de Pasolini que nadie jamás pudo ver

Cuando fue asesinado en 1975, el proyecto “Porno-Teo-Kolossal” quedó trunco. Es la historia de un cuarto Rey Mago napolitano, que ahora emerge publicado en un libro que incluye otros textos y cartas del poeta y realizador italiano

Pasolini murió en 1975, antes de poder rodar su guión "Porno-Teo-Kolossal"

Pier Paolo Pasolini murió asesinado en la madrugada del 2 de noviembre de 1975, homicidio que concluyó así con una vida de innumerables intervenciones como poeta, escritor y realizador de más de una veintena de películas que incidieron en el debate intelectual y político italiano y europeo de su época. Cuando fue arrollado por uno de los ragazzo da vitta que tan bien había retratado en films y novelas, contaba con 53 años de existencia y no pudo llegar a ver estrenada Saló, o los 120 días de Sodoma, su último film que trasladaba la efímera república fascista de Saló a los escenarios imaginados por el marqués de Sade y que se vería en las salas cinematográficas tan solo tres semanas después de su muerte.

Sin embargo, no fue Saló su último proyecto cinematográfico. El poeta friulano había planificado desde hacía más de una década rodar una película más, llevar al celuloide un guión que rondaba su cabeza desde 1965, anterior incluso a La trilogía de la vida y a la Abjuración de la trilogía de la vida, perceptibles ambos proyectos en Porno-Teo-Kolossal, exuberante despliegue con el que Pasolini se despediría del séptimo arte y cuya estructura narrativa se sostiene en un cuarto Rey Mago en camino al nacimiento del Mesías guiado por un cometa refulgente. El guión de Porno Teo Kolossal, escrito a la manera pasoliniana (es decir, sin indicaciones precisas sobre diálogos sino más bien como un fluir de la conciencia cinética mediante ritmos, imágenes y escenas), acaba de ser publicado en la Argentina por Interzona e incluye el texto El cine, de Pasolini, notas críticas de Guillermo Piro (que realizó la traducción) y cartas al actor Eduardo de Filippo y a su amiga Giulia María Crespi, que había prestado su mansión como locación para varios proyectos, a quien detalla la idea del film.

Con "Porno-Teo-Kolossal", Pasolini se despediría del cine. El guión fue publicado en español por Interzona

El argumento es sencillo, sumergido en un mar de complejidad política, conductual y religiosa. Epifanio es un rey mago napolitano (recuérdese que Nápoles implica la Italia pobre y atrasada frente a la sofisticada e industrial Milán) que recibe el llamado para dar la bienvenida al Mesías recién nacido. Junto a su fiel servidor Nunzio, Epifanio seguirá el rastro de un cometa que los guiará hasta el pesebre campesino donde estaría naciendo Jesús. En el trayecto atravesarán ciudades utópicas ubicadas en el norte italiano, tan extravagantes como peligrosas. Llegarán a Sodoma, urbe donde las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo marcan la norma de sus habitantes y donde quienes no las practiquen viven en el Barrio Burgués.

El sexo es un juego que se realiza con la mayor de las libertades e incluso el castigo para quienes establezcan amoríos heterosexuales son más bien simbólicos. Sodoma se caracteriza por ser una ciudad compuesta por minorías no sólo sexuales, sino también étnicas y religiosas que conviven en libertad. Sin embargo, también es cierto que la desobediencia a la norma se resuelve en una fiesta popular en la que la muchacha en falta y el muchacho en falta, frente a una multitud de 80 mil personas, son entregados a los deseos de unas fogosas mujeres lesbianas y a tres jóvenes y musculosos dotados hombres que los tomarán sexualmente frente a la multitud.

El objetivo de Pasolini era dedicarse a la escritura poética cuando terminara de realizar su último proyecto cinematográfico

Epifanio y Nunzio deben dejar la ciudad y recalan en Gomorra, donde el sexo entre hombres está prohibido bajo pena de muerte. El acercamiento amoroso entre un obrero y un joven estudiante es percibido y castigado por las autoridades con la mayor crueldad. La proximidad del castigo desata el caos, un caos virulento en el que se saquean armas, en el que la ciudad tiembla de temor.

Escapando de esa urbe peligrosa, y siguiendo al cometa, el rey mago napolitano y su sirviente llegan a Numancia, que se asemeja a una ciudad francesa dividida entre quienes apoyan al Eje y quienes son partidarios de la Resistencia. Sin embargo, la compulsa parece mayoritaria para los fascistas, lo que provoca que los resistentes deban decidir entre morir dominados por aquellas banderas u opten por el suicidio colectivo. Esta opción será la mayoritaria y Numancia será entonces una gran ciudad de cadáveres. Epifanio y Nunzio deberán enterrar muertos antes de que el cometa los impulse a seguir.

Pasolini no llegó a ver estrenado "Saló, o los 120 días de Sodoma", su último film que trasladaba la efímera república fascista de Saló a los escenarios imaginados por el marqués de Sade

Pero ese camino los conduce a la decepción. Ya ha nacido el Mesías, se dan cuenta, y ya la gente se ha olvidado de él. Frente a esta perspectiva, el rey Mago y su servidor deben decidir qué hacer, esperar, avanzar, tratar de alcanzar el paraíso. Pero la última versión de este guión es de 1975, ya no hay paraísos posibles.

Como se dijo, el proyecto es anterior a la Trilogía de la Vida, compuesta por Los cuentos de Canterbury, Las mil y una noches y el Decamerón, que marcaban la celebración de la libertad sexual y la inocencia de los juegos amatorios juveniles, a la vez que precedía a la Abjuración de la Trilogía de la Vida, en la que Pasolini denuncia la mercantilización de los cuerpos y el control de la sexualidad en la población. Como se ve, estas coordenadas conviven en Porno Teo Kolossal, como si Pier Paolo Pasolini hubiera anticipado los caminos de la vida sexual de su época con una antelación asombrosa. El objetivo de Pasolini era dedicarse a la escritura poética luego de realizado este, su último proyecto cinematográfico, su última película, cuyo asesinato impidió verla. Pero como si desafiara ese destino, hela aquí publicada para gloria y goce de los seguidores de Pasolini, irrepetible hombre renacentista en pleno siglo XX.

Seguir leyendo