Desde este viernes y hasta el domingo 5 de marzo, el Festival Internacional de Buenos Aires (FIBA) presenta más de 1500 artistas en más de 300 eventos, que incluyen 17 proyectos internacionales, 26 proyectos transnacionales y 59 proyectos nacionales, englobando lo más interesante tanto de la escena mundial como de la argentina.
Desde las palabras de su director artístico, Federico Irazábal: “Es el momento para que los artistas escénicos argentinos ofrezcan su talento al mundo que nos visita, para ver eso que sabemos hacer tan bien en nuestro país y que es una marca fundamental de nuestra cultura”.
Te puede interesar: Así será la programación del FIBA 2023
Esta edición profundizará y potenciará diferentes ejes que desarrolló en las últimas ediciones como la integración federal, la perspectiva de género y las políticas de diversidad e inclusión LGBTIQ+, la búsqueda de una comunicación sustentable y el cuidado del ambiente mediante medidas que contribuyan a la reducción de la huella de CO2, la tecnología como una aliada de la cultura que la potencia y la transforma, y la accesibilidad como una parte fundamental de la construcción de un evento cultural. Según el Ministro de Cultura de la Ciudad, Enrique Avogadro, “el FIBA es un festival que nos invita a sentir el poder transformador de la cultura”.
Otro punto fuerte del FIBA serán las producciones argentinas que llegan a Buenos Aires desde otras ciudades. Se presentarán, entre otras: La sapo, de Ignacio Tamagno (Córdoba), Obstrucciones para actuar, de Beatriz Catani (La Plata), Red Phone, proyecto canadiense con textos de Nelson Valente (Banfield), y Vendo Humo, de Juan Onofri (Río Negro).
La apertura del festival será con By Heart, de Tiago Rodrigues (director del Festival d’Avignon, en Francia), en el Centro Cultural 25 de Mayo. En esta obra, el director les enseña un poema a 10 personas, mientras cuenta historias de su abuela que pronto quedará ciega e historias de escritores y personajes de libros que están conectados tanto con su abuela como con él mismo.
Te puede interesar: “Lola Mora, un ángel audaz”, una mirada actual sobre una artista adelantada a su tiempo
La programación internacional tendrá 17 propuestas cuyos creadores provienen de los siguientes países: Alemania, Brasil, Canadá, Chile, Corea, España, Estados Unidos, Francia, Grecia, Italia, Nueva Zelanda, Portugal, Reino Unido, Suiza y Uruguay. Destacamos Antigone, interrupted, de Joan Clevillé (España), obra en la que se reimagina la tragedia clásica desde el mundo contemporáneo. En la misma línea está Hamlet, de Boris Nikitin (Suiza), en la que el punk, lo queer y la pregunta por la identidad atraviesan al texto shakesperiano.
La programación nacional contará con 59 proyectos seleccionados por convocatoria, coproducciones e invitadas de diferentes provincias. Dos de ellas son Jardín fantástico, de Agostina Luz López, en donde un grupo de adolescentes decide dejar de lado a sus familias para reunirse en una casa-jardín e inventar una nueva forma de vivir juntos, y a Les reyes, una farsa casi isabelina en donde dos monarcas se debaten por la corona. Además, habrá producciones argentinas como La traducción, Rota y Precoz que vuelven para funciones únicas.
La programación transnacional tendrá 26 proyectos que establecen cruces entre artistas de Argentina, Alemania, Bolivia, Brasil, Canadá, España, Nueva Zelanda, Suiza y Uruguay. Teatro Bombón Gesell, curado por Monina Bonelli y Sol Salinas, reúne 10 piezas teatrales creadas en residencia por dramaturgos iberoamericanos que exploran sobre la violencia y justicia en el territorio iberoamericano, con un dispositivo performático que sintetiza la cámara gesell. Con la colaboración del Gobierno de Nueva Zelanda, se presentará [OTHER] Chinese, resultado de la primera exploración que la artista Alice Canton realizó con la comunidad china en Buenos Aires.
La clausura del festival será el 5 de marzo estará dividida en dos. Por un lado, se presentará Palmasola, un pueblo prisión, de Christophe Frick, que será presentada en la Ex-Cárcel de Caseros, que cerró sus puertas en el año 2001 y desde ese entonces significa un espacio detenido en el tiempo, lleno de historias y de memoria. Y, por otro, estará Carbonio, dirigida por el italiano Pier Lorenzo Pisano, en el Teatro Coliseo. La obra narra un hipotético encuentro entre la humanidad y otras formas posibles de vida.
Seguir leyendo