La escritora nicaragüense Gioconda Belli rompió su pasaporte en televisión para mostrar su rechazo al gobierno dictatorial de Daniel Ortega y Rosario Murillo, tras que las autoridades del país centroamericano decidieran retirarle la nacionalidad “por traición a la patria” y confiscaron sus bienes, tal como hicieron con otras 93 personas entre opositores y críticos.
“Cuando la historia haya olvidado a estos tiranos yo voy a seguir existiendo en mis libros como poeta nicaragüense”, aseguró en una entrevista en un programa de Televisión Española.
El miércoles pasado 94 personas fueron condenadas por “traición a la patria”, y le fueron incautados todos sus bienes. En el caso de la poeta, el dinero que tenía en las cuentas bancaria y todo lo que había en su casa de Managua. El escritor Sergio Ramírez, Premio Cervantes de Literatura en 2017, también recibió el mism ocastigo por sus opiniones crítcas al actual gobierno.
En un momento del diálogo televisivo Belli tomó las tijeras y explicó: “Realmente, este papel, que es el pasaporte nicaragüense, no me hace a mi nicaragüense ni me da la nacionalidad. Este documento lo voy a romper aquí mismo, en directo, porque quiero que quede claro que yo no soy este documento. Yo soy Gioconda Belli, soy una poeta nicaragüense, y cuando la historia haya olvidado a estos tiranos yo voy a seguir existiendo en mis libros como poeta nicaragüense”.
Te puede interesar: El escritor Sergio Ramírez será ciudadano colombiano, anunció la Cancillería: “Bienvenido a su segunda patria”
Y agregó: “Que quede claro que no me van a amilanar, no voy a dejar de ser quien soy por no tener este documento. Este documento, además, está emitido por un gobierno que desconozco, porque es un gobierno que ha asesinado, que nos ha quitado la nacionalidad y nos ha llamado traidores a la patria sin ninguna razón”.
En otro momento de la entrevista, Belli sostuvo que los ideales del movimiento sandinista desaparecieron por las ansias de poder de Ortega. “Fue hace 30 años, en 1979, cuando luché contra un tirano, así que de mi participación en la revolución no tengo ningún problema ni ningún arrepentimiento. Son 30 años de la revolución sandinista, que fue hermosa e importante, pero que se frustra porque en 1990 Daniel Ortega toma el partido y lo convierte en un adefesio para satisfacer sus ansias de poder. Y lo que es la vieja guardia sandinista lo deja. Todos nos fuimos, porque no quisimos seguir siendo cómplices de lo que él estaba haciendo. Me da mucha tristeza cómo en nombre de esa organización, por la que murió tanta gente, se está haciendo todo esto”.
Con respecto a la posición de los países latinoamericanos con respecto a la violación de derechos humanos en Nicaragua destacó la labor de Chile, Colombia y Uruguay.
“Los tres países de América Latina que se han pronunciado en contra son Boric, en Chile, que para mi representa la esperanza; Petro, en Colombia, que hizo un comunicado; y Uruguay. En América Latina no nos vamos a salvar cada uno por nuestra cuenta, sino todos juntos; por eso, aceptar estos atropellos a los derechos humanos es aceptar que somos países bananeros, que no somos serios…”
Seguir leyendo