Willy Chirino celebra el “sueño de libertad” cubanoamericano en una muestra sobre su vida

El Museo HistoryMiami exhibe fotos, letras y trajes del cantante de salsa, leyenda de la música latina en Estados Unidos y uno de los 14 mil niños que abandonó su país en 1960, durante la llamada “Operación Peter Pan”

Willy Chirino y su esposa, Lisette, asisten a la exposición del Museo HistoryMiami "Willy Chirino: 50 años de música" en Miami (Foto: World Red Eye)

El Museo HistoryMiami inauguró una nueva exposición dedicada a Willy Chirino con objetos personales del artista entre los que se destacan trofeos y discos de platino. El favorito del cantante cubano es quizá el más discreto: la billetera de su padre. En su interior, llevaba un recorte de un periódico que relataba cómo su hijo ayudó a rescatar a dos hombres cuyo vehículo cayó en un canal de Miami en 1976. “Ningún trofeo o récord podría compararse a este momento en los ojos de mi padre”, dijo Chirino, de 75 años, a The Washington Post y agregó: “Era como si esto demostrara que todo aquel esfuerzo por emigrar de Cuba había valido realmente la pena”.

La muestra destaca los hitos de los 50 años de carrera del músico y también muestra una historia de esperanza familiar para muchos que han cruzado el Estrecho de Florida. “La vida de Willy no es sólo la historia de Miami. Es la historia de Estados Unidos”, contó Natalia Crujeiras, directora ejecutiva de HistoryMiami.

Su historia comenzó en Pinar del Río, región del oeste de Cuba y corazón de los campos de tabaco del país, donde Wilfredo José Chirino nació. Más precisamente en la ciudad de Consolación del Sur en 1947. Su infancia estuvo llena de risas, maratones de películas en el cine local y golpes en ollas y sartenes que se convertían en tambores improvisados. “Ya en aquella época estaba claramente obsesionado con la música”, afirma Chirino.

La exposición presenta una serie trajes que Willy Chirino ha vestido en conciertos a lo largo de sus 50 años de carrera (Foto: World Red Eye)

Pero el mundo de Chirino dio un vuelco poco antes de cumplir 12 años, cuando Fidel Castro tomó el poder en 1959. El pánico por el futuro de la isla provocó un éxodo. Él fue parte de los más de 14.000 niños que viajaron solos a Estados Unidos como parte de la “Operación Peter Pan”, haciendo referencia conocido personaje del niño mágico que nunca creció. Fue considera una de las mayores operaciones de rescate de niños. Chirino se subió a un avión con destino a Miami y dejó todo atrás. “Pensamos que sería temporal, que volveríamos a una Cuba post-Castro. Pensé que aprendería un poco de inglés durante seis meses y volvería a casa”, contó Chirino.

En lugar de eso, fue una partida sin retorno

Un año después, Chirino se reunió con sus padres en Miami. Empezaron a echar raíces en una ciudad, por entonces un pueblo tranquilo de jubilados, que pronto se convertiría en un crisol de culturas tras nuevas oleadas de inmigración desde Cuba y otras naciones latinoamericanas.

Muy pronto, ese mestizaje cultural se extendió a la música, dando lugar al “Sonido Miami”, una fusión única de ritmos caribeños con rock, pop, jazz y música disco, popularizada por artistas de la talla de Chirino, Carlos Oliva y Gloria Estefan. Para Chirino, todo empezó con “una mentirita”.

“Un grupo de amigos querían formar un grupo y yo les dije que sabía tocar la batería”, cuenta Chirino riendo. En realidad, nunca había tocado ese instrumento, pero acabó convenciéndoles de que podía hacerlo. La “mentirita” le ayudó a conseguir un trabajo en un club de Miami Beach por el que pagaban 75 dólares a la semana. “Ese dinero fue un regalo del cielo para mi familia”, sentencio el músico.

Willy Chirino en bicicleta en Consolación del Sur, Cuba, en 1959 (Foto: Zarabanda Productions)

Su primer álbum, “One Man Alone”, salió en 1974. Desde entonces, Chirino ha publicado más de 20 álbumes. Ganó un Grammy en 2006 y tiene calles en Nueva York y Miami que llevan su nombre. La música de Chirino ha hecho que la gente mueva sus cuerpos por todo Estados Unidos y Latinoamérica.

Esas influencias internacionales están presentes en la nueva exposición: en fotos y banderas firmadas. Los recuerdos del pasado de Chirino ilustran la constante evolución de las historias de los inmigrantes, afirmó Crujeiras, director ejecutivo del museo, especialmente en un momento en el que la inmigración ocupa un lugar destacado en el discurso político.

“A pesar de todas sus complejidades y defectos, Miami y Estados Unidos en general han sido, a lo largo de la historia, terreno fértil para que gente de todas partes florezca, encuentre su lugar y haga el bien”, dijo Crujeiras. “Eso es exactamente lo que muestra esta exposición: que es importante comprender el pasado para avanzar hacia el futuro”.

La alcaldesa del condado de Miami-Dade, Daniella Levine Cava, que asistió a la exposición, declaró que la vida de Chirino “es un testimonio del Sueño Americano que tantos buscan cada día”. Su música, añadió Levine Cava, es la banda sonora de la historia de Miami-Dade.

Willy Chirino recibió en 2014 un premio Grammy Latino a la excelencia

“La que creo que mejor representa a Miami-Dade es ‘Pa’lante’. Encarna la fuerza y la resistencia de nuestra comunidad, y cómo seguiremos adelante sin importar los obstáculos a los que nos enfrentemos”, afirmó sobre el título de una canción que significa adelante o ve a por ello.

En Cuba, las canciones de Chirino y su trasfondo político se convirtieron en símbolos de disidencia, gritos de libertad e inspiración para huir de la isla en busca de un futuro mejor, explica Amalia Daché, académica afrocubanoamericana y profesora de educación superior en la Universidad de Pensilvania.

Por ejemplo, la popular canción de Chirino de 1991, “Nuestro Día (Ya Viene Llegando)” -que significa “nuestro día está llegando pronto”- se convirtió en un himno para un grupo de balseros que huyeron de Cuba en la década de 1990, explicó Daché.

“Estos balseros llevaban más de 48 horas atrapados en el mar y se habían unido a otra balsa, porque habían perdido el agua y la comida”, explicó Daché, que recopiló testimonios de refugiados cubanos para un proyecto de investigación.

“Hubo un momento en que sentían que no lo iban a lograr y uno de ellos dice ‘No, no, no ya viene llegando’ como la canción. Así que todos empezaron a cantar y a animarse con Willy Chirino. Fue el momento más alegre y esperanzador que tuvieron en su viaje”, añadió. “Y sólo unos momentos después, dijeron que un barco estadounidense fue a ayudarles. Ahora viven aquí, en Estados Unidos”.

Pero cantar las letras de Chirino también conllevaba riesgos para los que estaban en Cuba, dijo Daché: “Su música estaba prohibida y te podían detener porque te consideraban alguien que intentaba escapar o derrocar al gobierno. En ese sentido, su música incluye estas canciones icónicas de resistencia, pero también canciones que representan una inmensa esperanza de experimentar la libertad sobre la que canta”.

Willy Chirino junto a Celia Cruz, circa años 80

Chirino conoce bien esas historias. Dijo que un montón de balseros le contaron sus experiencias cuando celebró un concierto para ellos en Guantánamo en 1994. “Conocer a gente que se arrojó al mar sin saber siquiera si sobreviviría fue extremadamente hermoso y conmovedor; es decir, por eso hago música. Pero en la otra cara de la moneda: ¿Qué pasa con los miles y miles de ellos que hicieron lo mismo y perecieron en el océano? ¿Y si fue mi canción la que les inspiró a emprender ese viaje?”. dijo Chirino, con la voz entrecortada.

Es un pensamiento que le ha pesado durante décadas, comentó Chirino y finalizó: “Pero nunca dejaré de cantar a Cuba. Tampoco dejaré nunca de cantarle. Como alguien que tiene voz, la usaré para elevar nuestro dolor, nuestra alegría y nuestro sueño de libertad.”

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