Con un formato híbrido, llega una nueva edición del Festival de Cine Cannábico a Buenos Aires

La cultura cannábica ha crecido en los últimos años, sin embargo, todavía sigue siendo un tema tabú en muchos sectores o sigue estando relacionada con las adicciones o la criminalidad del consumo. Por esa razón, el Festival de Cine Cannábico busca ampliar esa mirada desde un enfoque social y comprometido que logra mayor alcance a través de lo audiovisual, así como a través de debates y reflexiones.

En ese sentido, la tercera edición del festival se desarrollará en Buenos Aires entre el 15 y el 26 de febrero de 2023 y continuará entre el 20 de febrero y el 6 de marzo de forma virtual, por Octubre TV.

“Cuando arrancamos a gestar el festival con Alejo Araujo no teníamos una idea real de la importancia que tenía el mismo. Recién cuando lo concretamos tomamos conciencia de que era necesario el espacio porque nos agradecían los participantes y un montón de gente nos decía lo que había aprendido con las películas y con las charlas. Además, sirvió como un lugar de encuentro para muchas organizaciones. Tomamos conciencia de todas las movidas que hay alrededor del cannabis, y como estuvieron tapadas por los prejuicios de la ilegalidad, la clandestinidad o la desinformación”, contó a Infobae Cultura Malena Bystrowicz, directora y coordinadora de programación del festival. Y agregó: “Lo que queremos es poner en debate a través del cine el prohibicionismo, la salud mental, el sistema en el que vivimos que en el que todo es mercado, el cuidado del medio ambiente la conexión con la naturaleza, la reducción de daños, y que no haya más presos por usar drogas o por cultivar lo que sea que cultive cada uno”.

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El festival exhibirá 35 películas provenientes de 16 países y tendrá entrada libre y gratuita. Además de proyecciones habrá mesas de debate con invitados especiales para discutir la cultura cannábica en el mundo contemporáneo. Este año tendrá como sedes la Casa Nacional del Bicentenario, el Complejo Histórico Cultural Manzana de las Luces y el bar Cave Canem.

“Es un festival que se realiza también en Uruguay, Chile y pronto en Brasil. Abrimos una convocatoria en agosto y se inscribieron un montón de películas, que se fueron visionando por el equipo de programación. De todos modos, estábamos al tanto de todo lo que se está produciendo para ver si queremos convocar a algún film o director en particular. Buscamos que en los materiales se hable del cannabis pero en un aspecto más amplio y con calidad artística cinematográfica propia de un festival de cine. A su vez, queremos que haya un equilibrio en cuanto a diversidad de temas, género y países. Tiene la particularidad de traer películas que probablemente sea la única oportunidad de verlas en la Argentina. Hay películas que el equipo el festival tradujo por primera vez al español, o sea que no se vieron nunca en Latinoamérica”, remarcó Bystrowicz acerca de los criterios que tienen año a año a la hora de programar.

Entre la competencia oficial de largometrajes de ficción se destacan la colombiana Fósforos mojados, de Sebastián Duque; La uruguaya, dirigida por Ana García Blaya y basada en la novela homónima de Pedro Mairal; y Las cosas donde ya no estaban, de Fabio Vallareli.

Con respecto a los documentales está Espíritu inquieto, de Eli-u Pena y Matías Guerrero, que recrea el universo artístico del “Príncipe” Gustavo Pena, el mismo será presentado por su directora que es hija del recordado músico. Además, en Eu no me calo, de Dellani Lima, Kátia Caliendo y Rafael Morato Zanatto, se podrá ver un retrato del activismo cannábico y el movimiento antiprohibicionista en Brasil.

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Otro de los documentales recomendados, que llegan por primera vez a la Argentina, es La danza del cocuy, de Gabriela Fuentes y Yuruami Rodriguez. Allí se recrea la lucha de dos mujeres por la legalización y legitimación del cocuy en Venezuela, una planta ancestral utilizada por los pueblos originarios para ritos y con muchas propiedades curativas. También habrá competencia de cortometrajes y proyecciones de films fuera de competencia.

En cuanto a las actividades paralelas, habrá conciertos de Recórcholis, proyecto musical de Ignacio Lois que mezcla rock, jazz y música clásica contemporánea; y para el cierre, realizará una presentación la banda Kumbia Queers. Habrá una jornada de arte con la exposición de cuadros de Muriel Fuentes Palma, artista plástica chilena; exposición de arte textil con fibra de cáñamos producido por Andariegas Hemp una cooperativa de mujeres uruguayas. Una muestra fotográfica a cargo de la artista argentina Lelén Ruete, acompañado de una reflexión de su autora sobre las formas en que representa el cannabis y cómo influye el cannabis en ella como artista y ponencias del escritor, guionista y director de cine Santiago Van Dam que reflexiona sobre el cannabis en el arte, los artistas y el imaginario.

Entre los encuentros se destacan el de “cannabis y gastronomía”, que permitirá a quienes asistan acercarse a propuestas, ideas y experiencias del uso del cáñamo y el cannabis en la gastronomía. A su vez, habrá un conversatorio sobre “cannabis, drogas y derechos humanos” y darán talleres con expertos en cultivos en interior y exterior.

Con respecto al las personas que se acercan y eligen el festival, la directora comentó: “Tenemos un público muy ecléctico. Hay uno fijo que está esperando el festival, que son los más militantes. Después, hay uno cinéfilo, habitué de los espacios donde hacemos el festival y algunos que se acerca por alguna actividad en particular, como los conciertos, y descubren que hay un sinfín de actividades. Lo que si nos dimos cuenta es que año a año va creciendo y las personas que vienen cada vez están más informadas sobre el tema y se van complejizando y enriqueciendo los debates”.

Sedes:

Casa Nacional del Bicentenario (Riobamba 985, CABA).

Complejo Histórico Cultural Manzana de las Luces (Perú 294, CABA).

Cave Canem (Chile 308, CABA).

Para más información se puede visitar su web.

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