El próximo 24 de febrero se cumplirá el primer aniversario del comienzo de la guerra que Rusia desató en Ucrania. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) realizó junto a expertos un balance el estado de tres grandes áreas: la cultura y el patrimonio, la educación y el trabajo de la prensa.
Respecto al primer sector, Krista Pikkat, directora de cultura y situaciones de emergencia, resaltó que, desde el comienzo de la guerra, fueron 239 los “sitios culturales que han sido dañados y destruidos”, si bien ninguno de los que figuran en las listas de patrimonio de la humanidad se ha visto impactado. Además, remarcó que 3.000 escuelas fueron dañadas en todo el país, de las cuales 240 se quedaron totalmente destruidas, y alertó que un 75 % de los jóvenes en edad escolar sufren “estrés crónico”.
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Entre los lugares afectados está la ciudad portuaria de Odesa, cuyo centro histórico fue declarado patrimonio mundial el pasado 25 de enero por el procedimiento de urgencia de la Unesco para lugares amenazados. Allí, solo la cúpula de cristal del Museo Nacional de Bellas Artes había sufrido “daños menores” y ya fue reparada. El trabajo en materia cultural de la organización no incluye solo restauraciones, sino también trabajos de prevención, inventario de colecciones, digitalización y apoyo a profesionales del arte, entre otros. Por otra parte, estiman que un 37 % de los profesionales del sector creativo ucraniano perdieron sus empleos y que un 20 % huyó a otros países.
En cuanto a la educación, además de los daños, preocupa la continuidad de la formación y la salud mental de alumnos y profesores. Se alcula que un 75 % de los estudiantes ucranianos sufren “estrés crónico”, un problema que puede dejar secuelas “serias y duraderas”, según Paula Klenner Forttes, responsable del programa de respuesta educativa de la Unesco para Ucrania y recalcó: “el proceso de educación no debe detenerse, incluso en guerra (...) Cuando la educación se detiene, la rehabilitación no es posible”.
Respecto al trabajo de los periodistas, el aspecto “informativo” está siendo “particularmente importante” en este conflicto, precisó Guilherme Canela, jefe de la sección de libertad de expresión y de seguridad de la prensa de la Unesco. Destacan que se está viendo una cobertura mediática mucho más “significativa” que en otros conflictos, va desde proporcionar formación a material de protección (como cascos o chalecos) y a documentar los ataques contra la prensa, que en un año hubo diez muertes. A du vez, destacan el apoyo a los profesionales locales que pasaron de un día para otro de cubrir “asuntos cotidianos” a informar de una gran guerra.
Todos estos esfuerzos movilizaron unos 18 millones de dólares en 2022 y, de cara a 2023, la Unesco celebró un acuerdo recién firmado con Japón para la donación de un fondo de 10 millones de dólares.
Fuente: EFE
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