En 1960 el cineasta Michelangelo Antonioni rompió el paradigma establecido en la industria cinematográfica con el lanzamiento de La aventura, la primera parte de su famosa “Trilogía de la incomunicación”. En este film, el director italiano narra la desaparición de Anna, protagonizada por Lea Massari, y cómo su amiga Claudia, protagonizada por la icónica Mónica Vitti, la termina reemplazando.
Sesenta años más tarde, Laura Citarella emprende un viaje similar y estrena Trenque Lauquen, su película con Laura Paredes que trata la desaparición de una mujer del mapa, y cómo a partir de ella se desprenden otras subtramas. Además de su protagonista, el relato cuenta con la participación de Elisa Carricajo, fiel compañera de Paredes en Petróleo (la obra del grupo teatral Piel de Lava), Verónica Llinás, Ezequiel Pierri, Rafael Spregelburd, Juliana Murras y Cecilia Rainero.
La obra de Citarella llega a la cartelera del MALBA este sábado, y tendr en la Sala Leopoldo Lugones a partir del próximo viernes 10. Fiel al estilo de Mariano Llinás, pero no igualándolo a la década que llevó filmar su aclamada La Flor, la directora tardó cinco años en rodar su película. El resultado es una obra de casi cinco horas, dividida en dos partes.
La trama narra la fuga de una mujer de su pueblo natal, y cómo dos hombres que la aman comienzan a seguir las pistas para poder encontrarla. Es el recorrido sin rumbo que realiza el personaje de Laura Paredes, en la búsqueda de su identidad propia y escapando de todo rastro que la ata a su pasado. En ese sentido, el film funciona como una segunda parte de Ostende, la ópera prima de la cineasta, que también es protagonizada por la misma actriz perteneciente al colectivo artístico Piel de Lava.
Para la directora, Trenque Lauquen es “una suerte de road movie que fue mutando”, según el diálogo que mantuvo con Infobae Cultura de cara a la premiere mundial de Trenque Lauquen en Venecia. Respecto al rodaje, su duración terminó siendo más larga de lo que se esperaba. “Tuvo sus mutaciones y su reestructuración. En un momento empezó a quedar vieja y hubo que repensarla un poco”, explicó.
Sobre la dupla que hace con Laura Paredes, que el año pasado también se puso en la piel de Adriana Calvo de Laborde en Argentina, 1985 y dio una de las actuaciones más impecables en el film sobre el Juicio a las Juntas, la cineasta señaló que, hoy por hoy, la actriz pasó a ser una suerte de “socia” creativa dentro del proceso de producción. “Íbamos escribiendo y probando las escenas e íbamos encontrando muchas cuestiones y respuestas en la filmación”, consideró.
En ese sentido, la película fue un viaje para ambas Lauras. Es que “pasó de todo” en esos largos años de rodaje: las dos gestaron sus respectivos embarazos y se convirtieron en madres. La misma sensación causa ver Trenque Lauquen, siendo un film en donde además de tratar una desaparición, también hay historias dentro de otras historias, cartas, conspiraciones, mapas, un amor prohibido, una biblioteca, espionaje, escapadas a distintos lugares del mundo y un suspenso hipnótico que hacen que las cuatro horas de duración parezcan unos pocos minutos.
Como un gran homenaje a Antonioni, el capítulo que abre el film de Citarella lleva el nombre de La Aventura, un detalle curioso si se tiene en cuenta que en Ostende -su opera prima- también hay una gran influencia en Blow-Up, la obra cumbre del cine moderno que estrenó el cineasta italiano en 1966, y que adaptó del famoso cuento “Las babas del diablo” de Julio Cortázar.
En ese contexto, así como Monica Vitti y Gabriel Ferzetti buscan al personaje de Lea Massari que desaparece de manera misteriosa en el mar, los dos amantes de Laura la buscan por cielo y tierra y se enfrentan a un sinfín de preguntas sin respuestas que logran traspasar hacia el espectador: ¿Por qué desapareció? ¿Quién es la persona que está enfrente nuestro? ¿Qué pistas hay que seguir? ¿Qué tanta responsabilidad tenemos los que jamas abandonamos la ciudad? ¿Quién es el verdadero protagonista en una historia donde colman las ficciones?
Así, aparecen Carmen Zuna, la destinataria de unas cartas eróticas escritas por su amante; Rafael, su expareja que protagoniza una historia de espionaje que más se le asemeja al tercer episodio de La Flor de Mariano Llinás, la icónica película de 15 horas de duración que irrumpió en el cine argentino hace un par de años y en donde Paredes hace de una espía, entre otros papeles; también aparece Ezequiel, el otro interés amoroso de Laura. El espectador se lanza a la travesía y elije la trama que más le gusta, siempre sintiéndose interpelado por la búsqueda interior que realiza Laura en su espíritu escapista.
Laura Paredes, de Piel de Lava a Borges
Paredes abandona el drama político y la responsabilidad de mantener viva la memoria tan caracterizada en Argentina, 1985 y se pone en la piel de una mujer misteriosa que se obsesiona por todo a su alrededor. Lo hace con la idea de escaparse y desaparecer, y se consume en el suspenso alrededor de una correspondencia de amores a distancia que parece nunca terminar, y de la que también se siente parte.
Laura es Lea Massari en La aventura. También es Kim Novak en Vértigo (1958) de Alfred Hitchcock y Sophie Renoir en El amigo de mi amiga (1987) de Éric Rohmer. Todas mujeres que deciden desaparecer del mapa y, mientras quedan fuera de campo y buscan el verdadero significado de su identidad, al mismo tiempo son el catalizador de una seguidilla de hechos que contribuyen a la ficción dentro de la ficción. ¿Cómo saber si son reales? Sólo ellas mismas lo saben.
El concepto de desaparición en el cine no es casual: los personajes no sólo se ponen en campaña por la búsqueda del que se fue, sino que también queda expuesta la pérdida de identidad de uno mismo. Si el que estaba acá ya no lo está, entonces ¿quiénes somos los que quedamos en la ciudad? Así, la fragilidad de los cuerpos se destapa.
Laura Paredes protagoniza una total experiencia sacada de un universo similar al de Jorge Luis Borges, en donde las ficciones abundan, y le da al espectador una experiencia cinematográfica imborrable. Aquí, el espectador no es indiferente, y forma parte de la historia. Es responsable de hacer encajar las piezas de un rompecabezas que están desordenadas sobre la mesa e invitado a hacer el mismo viaje que hace Laura. Después de las cuatro horas de Trenque Lauquen, difícilmente será el mismo.
* Trenque Lauquen se proyecta todos los sábados de febrero a las 20 hs. en Malba Cine (Av. Figueroa Alcorta 3415). En la Sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín (10° piso de Av. Corrientes 1530) tiene funciones programadas el viernes 10, domingo 12, viernes 17, domingo 19, viernes 24, domingo 26 de febrero y domingo 5 de marzo a las 18 hs.
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