De Sexto sentido a La edad, el director M. Night Shyamalan ha cosechado una serie de éxitos sin parangón, pero en la actualidad trabaja al margen del sistema de estudios de Hollywood, del que dice que se ha vuelto “enfermo”. Equilibrar el arte y el comercio siempre ha sido el gran juego de Hollywood y pocos lo han jugado tan bien como Shyamalan, que volvió a los cines con el cuento de terror apocalíptico Llaman a la puerta.
Con sólo 52 años, Shyamalan ha cosechado éxitos de taquilla cada dos años desde la emblemática Sexto sentido en 1999, pasando por El protegido, Señales, La aldea y muchas más. Han sido casi totalmente originales, rara vez basadas en franquicias preexistentes o personajes de superhéroes en los que ahora confían los grandes estudios.
Ver cómo ha evolucionado Hollywood en ese tiempo lo tiene profundamente desilusionado. “Si nos fijamos en la industria actual... hay películas que parecen incestuosas, simplemente masturbatorias... Es Hollywood hablándose a sí mismo”, explica. “Y luego hay películas en las que dicen: el público es tonto, así que vamos a quitarle toda el alma y vamos a hacerlo por los números”. “Son signos de disfunción total”, dijo.
Viendo hacia atrás, el director indio-estadounidense se maravilla de su año de despegue, 1999, cuando los estudios respaldaron varias películas muy originales como Belleza americana, Magnolia, ¿Quieres ser John Malkovich? y El informante. “La industria era diferente entonces. Su objetivo era: ¿cómo conseguir que los mejores narradores cuenten historias para el mayor público posible? Ahora no es así”, dijo Shyamalan.
Enormes riesgos
Su respuesta fue actuar libremente, aunque eso signifique renunciar a los grandes presupuestos. “He descubierto que la única manera es salir del sistema y pagármelo yo mismo... Hacer películas pequeñas pero asumir enormes riesgos: no tener que preguntar si les gusta tener una pareja gay en el centro, o si debo contratar a un luchador...”, dijo. “Esta es mi forma de mantenerme sano después de pasar mucho tiempo en una especie de industria enferma”, añadió.
Llaman a la puerta está protagonizada por el ex luchador Dave Bautista. Es la historia de una familia aislada en el bosque, que es tomada como rehén por un grupo armado y a la que se le dice que debe sacrificar a uno de los suyos para evitar el apocalipsis. Según Shyamalan, el núcleo de la historia es una pregunta que resuena en esta “era de la posverdad”: ¿confiamos los unos en los otros?
“¿Cree el marido en el otro marido? ¿Creen en lo que dicen los desconocidos? ¿Creemos en nuestra sociedad y en lo que estamos viendo?”. Y, por supuesto, tratándose de una película de Shyamalan, hay un montón de giros, que a él le sigue encantando escribir.
“Esa es la parte divertida”, dice. “Incluso hasta bien avanzada la escritura de la película me preguntaba: ¿cuántas veces puedo darle la vuelta de un lado a otro? Porque ya había pensado en otra forma, y me preocupaba que al público le diera un latigazo cervical si hacía una más”, dijo.
Fuente: AFP
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