“Estoy muy contento, muy orgulloso”, dice Santiago Mitre, apenas una hora después de enterarse de la noticia de que su película, Argentina, 1985, fue nominada al Oscar a mejor film internacional. El realizador está de vacaciones en Córdoba, con mala señal de celular, y en medio de los festejos con su gente se hizo un tiempo para responder algunas preguntas. “Después de haber ganado el Golden Globe teníamos mucha expectativa y muchas ganas –agrega– y por suerte hoy se confirmó. Todo lo que se ha logrado con esta película es enorme, bellísimo y muy emocionante, así que estamos super felices”.
La nominación al Oscar –que se entregará en el Dolby Theatre de Los Ángeles el domingo 12 de marzo– es un nuevo paso, acaso el más importante, en la extraordinaria carrera de premios, ovaciones y grandes recibimientos que tuvo la película desde que empezó su recorrido internacional en el Festival de Venecia, en septiembre del año pasado. “Fue muy impresionante la manera en la que la película conectó con audiencias de diversos países desde que la pasamos por primera vez ahí y a lo largo de todo el recorrido que tuvo –comenta–. Hay algo que se condensa en el Juicio a las Juntas militares de la Argentina que evidentemente trasciende las fronteras”.
El realizador explica los motivos por los que, cree, Argentina, 1985 está logrando tantos reconocimientos internacionales. “Siento que interpela al mundo de hoy, con una democracia endeble y el crecimiento de discursos de odio, autoritarios y antidemocráticos. En los Estados Unidos hay una preocupación muy grande en relación a estos temas. A ellos les resuena ahora muy fuerte a partir de lo que pasó el 6 de enero de 2021 (cuando votantes de Donald Trump intentaron tomar el Capitolio), y por eso creo también que la película está calando ahí, más allá de las cuestiones específicamente cinematográficas”.
Protagonizada por Ricardo Darín y Peter Lanzani, Argentina, 1985 fue coescrita por Mitre y Mariano Llinás, y está actualmente disponible en Amazon Prime Video tras un muy exitoso paso por las salas de cine. La película recupera la historia íntima del Juicio a las Juntas militares por poner en marcha un plan sistemático de exterminio y persecución de personas entre los años 1976 y 1983 en los que gobernaron el país. “Quiero compartir también este reconocimiento con las personas y organizaciones que, desde la época de la dictadura, luchan por la verdad, la justicia, la memoria y la democracia –agrega el realizador, de 42 años–. Y quiero compartirlo especialmente con los que hicieron el juicio del ‘85 y, sobre todo, con los que sufrieron el horror”.
Cuenta el director de La cordillera y El estudiante que no tenía señal de internet cuando se anunciaron las nominaciones y que casi se queda sin poder verlas. “Me levanté, había una tormenta terrible y no había señal, nada. Por suerte el celular de uno de los que está acá sí tenía señal, así que vimos la transmisión con el telefonito, medio precariamente, pero cuando anunciaron la nominación pegamos un salto como locos. De hecho, me pidieron que mandara una reacción grabada si la película quedaba nominada, pero fue demasiado exaltada así que no creo que la vaya a mandar”.
Argentina, 1985 compite con otros cuatro importantes títulos en su categoría. El principal, sin dudas, es Sin novedad en el frente, del alemán Edward Berger. Este drama bélico distribuido por Netflix es el máximo candidato en su categoría ya que tiene nominaciones en otras ocho, incluyendo “mejor película” y es uno de los tres filmes más nominados en la tabla general. La terna internacional se completa con Close, del belga Lukas Dhont; EO, del veterano realizador polaco Jerzy Skolimowski y The Quiet Girl, una película irlandesa (hablada en gaélico), dirigida por Colm Bairéad. “Ni idea lo que puede pasar –comenta Mitre–. Compartí muchos paneles con el director de Sin novedad en el frente. Me cae muy bien, me alegra que tenga muchas nominaciones. Es una película grande, bien hecha. Vamos a ver”.
-¿Alguna vez te imaginaste que ibas a estar nominado a un Oscar?
-El Oscar es como una especie de ícono que uno mira desde chico, como un símbolo del cine que uno tiene desde la infancia. No sé si es algo que soñé desde que empecé a hacer cine pero me gusta la idea de participar de un evento que vengo siguiendo toda mi vida. Así que me voy a empilchar y voy a pasarlo bien”.
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