Año 1954, gobierno de Juan Domingo Perón. Primera edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, evento que hoy es considerado uno de los 15 festivales de cine clase “A” del mundo, de acuerdo la clasificación de la FIAPF. En ese entonces no se llamaba así. Apenas nacía, no era una edición competitiva sino una muestra: “Festival Cinematográfico Internacional” era su nombre.
La organización corrió por el entonces Subsecretario de Prensa, Raúl Apold, y la elección de la ciudad tuvo que ver con una tendencia mundial de unir turismo y cultura, como ya ocurría en Cannes (Francia), Venecia (Italia) o San Sebastián (España). Vinieron grandes figuras del cine. Entre ellas, una muy especial: Gina Lollobrigida., que tenía 28 años y estaba en un gran momento de popularidad.
Explica el contexto Daniel Cholakian en una nota en Infobae Cultura: “El cine argentino había tenido un importante crecimiento durante el primer gobierno peronista, al punto que se duplicaron los estrenos entre 1944 y 1949. Sin embargo con diversas excusas se dificultó la importación de la película virgen desde EEUU, entre ellas la presencia de material potencialmente explosivo en el celuloide”.
El devenir lógico de la época era un estancamiento de la producción. Fue Apold quien le presentó a Perón el proyecto de crear un “Cannes del Cono Sur”. El objetivo era “instalar el cine nacional en el mundo y contrarrestar esta iniciativa de la industria estadounidense, que buscaba principalmente frenar el avance del cine argentino en mercados latinoamericanos, especialmente el mexicano”.
El 8 de marzo de 1954 llegaron a Mar del Plata estrellas como Mary Pickford, Joan Fointaine, la francesa Jeanne Moreau y actores como los estadounidenses Errol Flyn, Edward G. Robinson y Walter Pidgeon, el italiano Alberto Sordi y el español Fernando Fernán Gómez. A Gina la recibe una gran multitud. El año anterior, 1953, hizo cuatro películas, dos muy exitosas: Pan, amor y fantasía y La burla del diablo.
El Archivo General de Nación cuenta con un video de la época. Se la ve a ella atravesando una gran masa de gente rumbo a la Subsecretaría de Prensa. Sale al balcón y saluda al público. “Con gentil sonrisa responde a todas las preguntas que se le formulan mientras las cámaras de televisión la enfocan de todos los ángulos. Por cierto que su belleza resiste todas las pruebas”, dice el locutor del video.
También se escucha esta afirmación: “Gina se muestra encantada de su visita, aunque dice que los argentinos son un poquito demasiado apasionados”. La acompañó su marido, el médico yugoslavo Milko Skofic, con quien se casó en 1949, tuvieron un hijo y se divorciaron en 1971. En Mar del Plata, Perón se encargó de escoltarla. Hay fotos donde se los ven conversando muy amigablemente.
De la visita de Gina y de ese encuentro con Perón, surgió, dice Cholakian, ”uno de los tantos relatos de la mitología peronista, cuyo origen es bastante incierto”. Para muchos, se trata de una de las tantas fake news de la época. Pero, ¿qué dice el mito? “Perón tenía una cámara de rayos X con la cual habría fotografiado a la hermosa Gina Lollobrigida sin ropas”, cuenta el periodista.
“Lo interesante es que la vestimenta del entonces presidente y su comitiva no era atravesada por esos particulares rayos desnudadores. El mito sigue vigente y de tanto en tanto aparecen personas que dicen tener la foto original, y copias digitales de la misma están en venta en los sitios de venta online a precios exorbitantes”, completa. La imagen que circula no pasa demasiadas pruebas.
La historia quedó como un cuento bizarro. El evento era demasiado importante: se proyectaron 52 largometrajes y 49 cortometrajes de 18 países. Ingmar Bergman presentó Juventud, divino tesoro; Luis Buñuel La ilusión viaja en tranvía; Alberto de Sica Pan, amor y fantasía y Anthony Mann Música y lágrimas. Además, Luis César Amadori presentó El grito sagrado y Ernesto Arancibia La calle del pecado.
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