Edimburgo (R.Unido). Hogar de Trainspotting y Braveheart, la variopinta belleza de Escocia ilumina a las grandes producciones cinematográficas del momento, acoge a Outlander en sus Tierras Altas, o inspira al universo Harry Potter de J.K. Rowling con su icónica Victoria St. de Edimburgo, lugar también de persecuciones en Fast and Furious.
La versatilidad de su topografía y tejido urbano hacen posible, por ejemplo, que el centro de la ciudad de Glasgow pase a ser Gotham en The Batman (2022), o escenario de la última aventura del mítico explorador Indiana Jones, el próximo verano.
“No ha habido nunca mejor momento para grabar en Escocia”, dijo a EFE un portavoz de Screen Scotland, el organismo que promueve la industria cinematográfica escocesa, confirmando la época dorada que atraviesa el sector.
The Avengers, Da Vinci Code o James Bond en No time to die, en la gran pantalla, como también Peaky Blinders en la pequeña, eligieron de una forma u otra enclaves escoceses.
El valor que genera la industria superó antes de la pandemia los 560 millones de libras (649 millones de euros), según su último estudio, que ve potencial de “duplicarlo” a los mil millones en 2030 “si continúa el nivel de inversión”, sostiene su directora, Isabel Davis.
Estos números llegan tras un esfuerzo de posicionamiento en los principales festivales de cine como Berlín o Cannes, explican desde el organismo, al igual que una “colaboración estrecha” con la Comisión del Cine Británico en Londres y con la meca del cine, Los Angeles.
Uno de sus atractivos, la serie Outlander –en su séptima temporada–, y su repercusión en el sector prueban que “Escocia tiene lo necesario para crear televisión exitosa de alto nivel”.
La atracción de Edimburgo
A la vez proporcionan fondos específicos a grandes producciones con un “gran impacto” y un amplio catálogo de localizaciones regionales, con sus principales oficinas en Glasgow o Edimburgo, ambas cunas de Trainspotting (1996), agrega su portavoz.
La versión cinematográfica de Danny Boyle de la novela de Irvin Welsh “no necesitó ningún tipo de apoyo. Fue una pequeña producción, pero su impacto continúa a día de hoy”, declara a EFE Rosie Ellison, responsable de la comisión en Edimburgo.
“Años más tarde seguimos teniendo peticiones de gente para grabar” en la ciudad debido a Trainspotting, revela Ellison, quien se encarga de “atraer y facilitar la grabación en Edimburgo y ciudades de la región”.
Los productores “proporcionan una descripción del tipo de localizaciones que buscan”, y reciben una respuesta “con muchas sugerencias, fotografías e información sobre las diferentes opciones” ofrecidas, detalla.
“El casco histórico de la ciudad (...) atrae a las grandes producciones de Hollywood”, afirma Ellison, ya que “te lleva de vuelta al medioevo. El empedrado y los edificios siguen como si fuera en el siglo XVI”, describe a los pies de la catedral de St. Giles, en la emblemática Royal Mile, donde los escoceses dijeron adiós este año a Isabel II de Inglaterra.
El mismo enclave atrajo al universo Marvel en Avengers: Infinity War o Fast and Furious”, la saga de coches más famosa de la gran pantalla.
Los responsables de esa saga “buscaban varias calles donde realizar escenas de persecuciones”, y utilizaron hasta 18 localizaciones, entre ellas la icónica y colorida Victoria St, que a su vez es también “inspiración del Callejón Diagon de Harry Potter”, apunta Ellison.
Otro de los atractivos de Edimburgo es el acceso a “colinas, costas, campo, playa, montañas, castillos… a “media hora de viaje”, enumera.
Así sucedió con The Avengers, cuyos creadores estaban “interesados en el centro de la ciudad, pero también en un pueblo pesquero” para recrear el Nuevo Asgard en su película Endgame.
El comercio local también se beneficia de ello. “Hoteles, restaurantes, clubes nocturnos… todos tienen invitados sorpresa” que generan unos 13,8 millones de libras (15,81 millones de euros), según el último informe.
“Cuánto más grande es la película, más expone a la ciudad”, lo que contribuye al objetivo final de Screen Scotland, reconoce Ellison.
Fuente: EFE
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