El Instituto Cervantes de España guarda ya en su Caja de las Letras, en concreto la 1542, el legado “in memoriam” del escritor argentino Ernesto Sabato, una de las “grandes voces de nuestra lengua, de nuestra literatura” pero también una figura que se “convirtió en una referencia ética fundamental”. Así lo destacó el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, durante la cita en la que el hijo del escritor, el cineasta Mario Sabato, introdujo en la caja situada junto a la que guarda el legado de la Universidad de Buenos Aires un ejemplar de Uno y el Universo, la primera obra de Sábato, publicada en 1945.
También fueron guardados, entre otros, un ejemplar del ensayo Heterodoxia (1952), el poemario de Matilde Sabato Cenizas y plegarias, un ejemplar de El Pantanillo, algunas cartas y fotografías con sus compatriotas, el también escritor Jorge Luis Borges y el bandeonista Aníbal Troilo, cantando el único tango que escribió. “Si su literatura se caracteriza por la capacidad de interiorización en los personajes para indagar en la ética, su comportamiento como ser humano se convirtió en una referencia fundamental en toda Latinoamérica y en Argentina cuando se trató de reivindicar los derechos humanos y los valores de la democracia”, afirmó García Montero.
Acompañado también por Esteban Avilés, presidente de la Agencia Córdoba Turismo (Argentina); Sebastián Boldrini, secretario de Secretario de Turismo, Deporte y Cultura de Villa Carlos Paz (Argentina); y Pedro Jorge Solans, periodista y escritor; Mario Sábato recordó momentos de su niñez junto a su padre. “Me gustaría pensar -dijo- que la memoria sirve para cuidar la historia”. Palabras que expresó para recordar cómo el pensamiento político de su padre (Rojas, 1911) se vio reflejado no solo en su vida, sino también en su obra, por la que recibió el Premio Cervantes -máximo galardón de las letras en español- en 1984.
También subrayó sus valores contrarios a la política dictatorial argentina, que le llevaron a presidir, ese mismo año, la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas (CONADEP), donde se redactó el Informe Sábato, conocido también como Nunca más. “En casa recuerdo que veíamos partir a papá con su chófer, y mi hermano y yo temblábamos porque era de la policía, y dejar la custodia de alguien a la policía era un suicidio en aquel momento. Y él volvía y nos hacía recordar a Joseph Conrad porque decía ‘el horror, el horror’, las palabras finales del libro El corazón de las tinieblas, dijo sobre la “cruzada” que emprendió su padre.
Asimismo Mario Sabato destacó el amor de su progenitor al Instituto Cervantes y a la lengua española, que es lo que ha “unido” a toda América Latina. “El español fue lo que nos legó la conquista, que fue atroz en muchos casos, pero ahí fue fantástica”, concluyó.
Fuente: Efe
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