Seis esculturas de mármol del Museo Nacional de Bellas Artes de Chile, que habían sido tomadas por la dictadura de Augusto Pinochet hace casi medio siglo y fueron trasladadas a la Escuela Militar de ese país, fueron restituidas este mes a su lugar de origen, luego de un largo proceso, que contó con la reticencia de los militares.
Las seis obras en mármol, de entre una y tres toneladas, son en su mayoría reproducciones de piezas clásicas emblemáticas de la Grecia Antigua y forman parte de la colección fundacional del Museo Nacional de Bellas Artes de Santiago, inaugurado en 1910.
Algunas son versiones de autores sin identificar, fechadas cerca de 1900 y en el siglo XIX y también hay copias de obras de los artistas italianos Antonio Canova y Ernesto Gazzeri: “Lacoonte y sus hijos”, “El gladiador herido” o “Gálata Morente”, “Apolo Musageta” o “Apolo Citadero”, “Venus de Médici”, “Damoxenos”, y “Creugas”. Todas se presentan en la muestra “Paulonia. Colección de esculturas MNBA”.
Las esculturas fueron retiradas del museo en octubre de 1973, semanas después del golpe de Estado perpetrado por Pinochet, cuya dictadura se extendió por 17 años y produjo más de 3.200 víctimas, entre muertos y desaparecidos. “El regreso de las obras es un acto de reparación”, dijo la ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio chilena, Julieta Brodsky.
“El contexto en el que se dio el préstamo de estas obras a la Escuela Militar es parte de una historia muy oscura para nosotros como país. (...) Es importante ir restituyendo aquello que se tomó en esa época”, agregó, según consignó la agencia de noticias AFP.
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Las autoridades del Museo desconocen los detalles del operativo que las trasladó a la Escuela Militar de Santiago de Chile, pero de acuerdo a un documento del recinto castrense, del 28 de octubre de 1973, se determinó que las esculturas quedaban ahí “en calidad de préstamo temporal”. “Ya no hay muchos testigos” vivos de lo que ocurrió entonces, explicó el actual director del museo, Fernando Pérez.
El regreso de las obras a su lugar de origen comenzó a gestarse en octubre de 2021 cuando el director del museo pidió formalmente su devolución para exhibirlas en una exposición sobre la mirada del arte europeo desde América Latina, pero eso no fue posible debido a la negativa inicial de la Escuela Militar a devolverlas.
“Hubo una resistencia total”, dijo Pérez quien recordó que las autoridades militares en su negativa a devolverlas argumentaron que esas esculturas formaban parte “del acervo paisajístico, psicológico y mental de los militares”, y que no podían deshacerse de ellas.
El Ejército se quejó por el pedido de restitución ante el gobierno del entonces presidente Sebastián Piñera, y al museo se le comunicó que el Ejército iba a solicitar formalmente que la propiedad de las piezas fuese transferida a esa rama de las Fuerzas Armadas.
La situación se revirtió tras la llegada al poder en marzo pasado del presidente izquierdista Gabriel Boric, y entonces ante un nuevo reclamo, el Ministerio de las Culturas logró que el Ejército accediera al pedido. La mudanza de las obras contó con el aporte financiero de privados, y el embalaje y el traslado de las obras desde la Escuela Militar al Museo Nacional de Bellas Artes, a unos 7 kilómetros de distancia, tomó 13 días.
En una comunicación oficial, el Ejército informó de la devolución de las seis esculturas “que se encontraban en préstamo y exhibición en el Instituto de formación de los oficiales”. En el texto, el director de la Escuela Militar, coronel Fernando Silva, expresó su “reconocimiento al museo por la confianza depositada en la Escuela Militar durante 49 años”, y las esculturas se exhiben al público desde el 20 de diciembre pasado.
Fuente: Télam
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