“André Mehmari es uno de los mayores referentes actuales de la música brasileña”. Quien afirma esto es Wilson Garzón, crítico de Belo Horizonte y uno de los más lúcidos analistas de la nueva música popular del gigante sudamericano. Lo cierto es que con solo 45 años y más de 50 discos a su nombre, el pianista y compositor asume una inquietud artística que va a la par de su talento. Y que lo lleva del jazz a la música de cámara. De los dúos y los tríos a las grandes orquestas. A revisitar la obra de Astor Piazzolla o de Hermeto Pascoal y a tocar y grabar con Maria Bethania, Milton Nascimento o Egberto Gismonti.
Hasta aquí, y en el puñado de años que marcan su trayectoria artística, Mehmari se ha presentado en Italia, Estados Unidos, Japón, China, Canadá, Argentina, Chile, Ecuador, Noruega, Holanda, Finlandia, Suiza, Luxemburgo, Alemania, Francia, Austria, Irlanda, Bélgica, Portugal, España, Dinamarca, y en espacios como Salle Gaveau (Paris), Kennedy Center (Washington), Lincoln Center (Nueva York), Umbria Jazz, Sala São Paulo y Sala Cecilia Meirelles, entre muchos otros.
Ese camino creciente lo trae por segunda vez en el año a Buenos Aires, donde ofrecerá tres shows en el Bebop Club de Palermo, este viernes 2 y sábado 3 de diciembre. Al frente del trio que completan Neymar Días en bajo eléctrico y acústico y viola caipira y Sergio Reze en batería y percusión, Mehmari repasará sus versiones del cancionero de Milton Nascimento y ofrecerá sus nuevas composiciones para esta formación.
–André, esta no es tu primera visita a la Argentina, pero sí tu debut al frente de tu propio trío.
–Así es. Estuve en junio pasado, haciendo un hermoso proyecto Piazzolla, que pudimos tocar y grabar en el centro cultural Haroldo Conti con la Orquesta A Saidera. Hicimos arreglos de la obra de Astor para tocarlo con ritmos brasileños. Fue una hermosa experiencia. También estuvimos en Rosario y La Plata y en el Bebop de Buenos Aires, donde ahora regreso y lo hago con mi propio trío por primera vez.
–¿Desde cuando tienes este trio?
–Llevamos mucho tiempo juntos. Hace 25 años que estoy con Sergio Reze, el baterista del trio y hace unos 12 años que está integrado el bajista Neymar Días. Es mi formación más antigua, y nos da verdadero placer tocar juntos. Es un trío con mucha intimidad musical y ellos son músicos muy talentosos, con muchísima experiencia, que han tocado con las principales figuras de mi país.
–El trio piano, bajo y batería es la formación emblemática del jazz. ¿Qué elementos dirías que diferencian a tu grupo de la tradición del género?
–La sonoridad. Es una formación tradicional de piano jazz trio, como dices, pero la sonoridad es muy personal, muy propia. Porque inclusive tenemos backgrounds muy distintos entre nosotros. No solo tenemos formación en jazz sino también en el formato canción en la música clásica y en otros géneros. Creo que la concepción de nuestro grupo sería la de música de cámara. Por eso La inspiración puede ser jazzera, pero la sonoridad no. Además, usamos sintetizadores, viola caipira y un concepto de batería alejado de lo tradicional. El set de nuestro baterista es muy distinto al del jazz. Con una disposición de los instrumentos muy diferente. Esta sonoridad ha sido construida a lo largo de muchos años. Por eso es también para mí una formación muy especial.
–Tu abordaje siempre es muy melódico, muy trabajado. ¿Qué incidencia tiene entonces la improvisación en tu propuesta?
–La improvisación está allí. Pero no de la forma que se espera en el jazz. De la manera tradicional de improvisar. Esto es tema-improvisación-tema. Si en cambio lo que nosotros hacemos es interpretar el tema de forma libre. Por ejemplo hay canciones de Milton Nascimento en nuestro repertorio en las que no hacemos impros tradicionales en la armonía, como sí se hace en un standard de jazz. Pero sí improvisamos cadencias, como si fuera un concierto. Entonces sucede que el componente melódico está allí siempre y se vuelve más importante que la improvisación.
–¿De qué manera influye tu formación como pianista clásico, en la música que hacés y tu abordaje de distintos géneros?
–Más que un pianista te diría que soy un compositor de música clásica. Hace más de 25 años que vengo componiendo para orquestas, para conciertos, para músicos clásicos. Por eso mi producción como pianista está muy ligada a mi tarea como compositor clásico, por así llamarlo. Creo también que todas mis vivencias, como compositor y como instrumentista, concluyen luego en el piano. Las vivencias de compositor, de arreglador, de tocar otros instrumentos, todas llegan finalmente al piano.
–¿Qué otros instrumentos tocás?
–Toco cuerdas: viola, violín, cello, guitarra, mandolina; también clarinete, clavecín en música barroca y algunos instrumentos de percusión. Soy multintrumentista hace muchos años. Pero el piano es el principal. Es donde me siento más a gusto, con mayor dominio técnico.
–Grabaste una enorme cantidad de discos a dúo. Con cantantes, como Monica Salmaso o con instrumentistas, como la violinista Catarina Rossi o el chelista Rafael Cesario. ¿Qué buscás en esas sociedades mínimas?
–Sí, los dúos son una constante en mi producción. Me satisface mucho hacerlos. Tanto con cantantes como con instrumentistas. Yo te diría que es como una conversación entre amigos. Es un momento de mucha intimidad musical. De intercambio de información. De cruces de historias de cada uno. Yo estoy muy abierto a estas conversaciones. Cada músico que elijo para hacer el dúo, como los que vos nombraste, trae su propia historia. Su historia de vida, su música, su sonoridad. Por eso yo siempre estoy muy abierto a escuchar al otro. No solo a tocar con ese otro. Escuchar es fundamental. Y es muy estimulante también.
–Más allá de las diferencias, esa importancia asemeja el lenguaje musical con el hablado.
–Claro, porque ambos son comunicación. Pero para mí la música es un lenguaje mucho más profundo que el de la palabra. Siento mucha más intimidad hablando a través de la música que a través de las palabras. Y el dúo es la formación que te permite una mayor intimidad y profundidad en el diálogo.
–¿Y el trío no tiene esa intimidad?
–Si, también, aunque no tanta como la formación de dúo. A cambio el trío entrega una sonoridad más plena, más amplia. Entonces allí lo que cambia es la idea musical. La propuesta de un trio, el ideal, siempre será sonar como un único instrumento.
–“Meu Brasil”, “Milton”, “Arco de Rio” y “Agora aquí”, cuatro de tus últimos discos tienen como fecha de edición 2021. ¿Fueron realmente producidos ese año o son composiciones anteriores?
–Sí, son composiciones de ese año. Estábamos todos encerrados por la pandemia, así que componíamos y grabábamos todo lo que podíamos. Milton es el único anterior. Fue grabado en el 2020 y nació como un especial de Youtube junto con Mónica Salmaso y luego, como nos había gustado, lo sacamos digital y físico.
–¿Ese material sobre Milton es el que vas a hacer ahora en Buenos Aires?
–Vamos a hacer dos repertorios distintos pero muy ligados. Por un lado, nuestra mirada sobre la temática de Milton, pero por otro mis propias composiciones. La labor de compositor es central en mi vida, por eso uno de los shows en Bebop con el trío va a estar integrado por temas propios de mis últimos discos, como Música Para Uns Tempos De Cólera.
–¿Seguís publicando tus discos en formato físico?
–Desde Nocturno, mi disco de piano solo del 2021, no hicimos más versiones físicas de los discos. Durante la pandemia no había donde venderlos, porque no había shows. Y ahora porque el formato físico está desapareciendo. A mí me encanta el formato físico. Me gusta el disco, la información, el proyecto gráfico. Pero el streaming es muy fuerte y además la gente ya no tiene reproductor de Cds, ni en sus computadoras, ni en sus autos. Es la realidad. Es todo un cambio cultural, que no solo es muy fuerte, sino también muy rápido. Muy violento e irreversible. Y yo no tengo cómo luchar contra eso.
–Quizás más que oponerse, lo que a esta altura sería estéril, habría que mejorar los beneficios económicos para los músicos.
–Totalmente de acuerdo. Eso sería central para los artistas. Y además un mayor respeto integral por nuestro trabajo. Publicar la información de los discos, los créditos, la ficha técnica y demás. Para mí un disco es como un libro. No puedes comprar un libro con un capítulo menos. ¿Porque entonces aceptar un disco sin gráfica, sin información? Esto sucede porque el streaming fue creado con una concepción Pop. El del single que viene y pronto desaparece suplantado por otro. Esto no es así para todo tipo de música. Ahora, mientras esto ocurre también estamos viendo un renacimiento del vinilo y eso si me alegra. Porque justamente tiene todo lo que señalamos que falta en el streaming.
*André Mehmari Trio. Viernes 2 de diciembre a las 20 y sábado 3 de diciembre a las 20 y 22.30 en Bebop Club, Uriarte 1658 (Palermo, CABA). Entradas desde $ 3800 a través de www.bebopclub.com.ar o por boletería, de martes a domigos de 17 a 20.
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