Juan Bautista Stagnaro siente que “Natalia Natalia” es como si fuera “una ópera prima”

Para el realizador que vuelve a estrenar luego de 13 años, es un policial que sigue una premisa de Borges y Piglia. “Hay una historia manifiesta y otra que va por abajo y emerge sorpresivamente al final”, asegura

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Juan Bautista Stagnaro estrena este
Juan Bautista Stagnaro estrena este jueves el policial negro "Natalia Natalia" (Foto: Télam S. E.)

Trece años después de su última película, el veterano director y guionista Juan Bautista Stagnaro estrena Natalia Natalia, un policial negro protagonizado por Sofía Gala Castiglione, quien encarna a la ex esposa de un policía que se ve arrastrada por un enigma del que aún sin saberlo intentó escapar toda su vida.

Con una extensa carrera como director de películas como Fontana, la frontera interior (2009), El séptimo arcángel (2003), La furia (1997) y Casas de fuego (1995) y también como guionista de títulos como Camila de María Luisa Bemberg (1984), Policía corrupto de Carlos Galettini (1996), Cabeza de tigre de Claudio Etcheberry (2001), y Las manos de Alejandro Doria (2006), entre otras colaboraciones, Stagnaro cuenta los años que le llevó concretar Natalia Natalia y su admiración por el cine negro.

Sofía Castiglione es protagonista de
Sofía Castiglione es protagonista de "Natalia Natalia", de J. B. Stagnaro (Foto: Télam S. E.)

”Este es un proyecto que lo vine pensando hace mucho tiempo, que nació con la idea de alguien que se creía muerto pero que vuelve a aparecer”, recuerda el director en la sede de Directores Argentinos Cinematográficos (Dac), en el barrio porteño de Villa Crespo. ”Pero no encontraba bien el mecanismo narrativo, hasta que hace un par de años llegué al cierre de la historia”, completa Stagnaro, que con humor califica como “opera prima” a su filme, “principalmente por el tiempo trascurrido desde mi última película”. Natalia Natalia, que además de Sofía Gala Castiglione cuenta en su elenco con Diego Velázquez, Valentina Bassi, Demián Salomón y Tony Lestingi, se estrena comercialmente el próximo jueves.

—¿Por qué decidiste volver después de 13 años con un policial?

—Me gusta mucho el policial, pero lo que me gusta es pensar que es un cine de personajes que ocasionalmente son policías. Otras veces ya había avanzado en proyectos de policiales con guiones que me gustó mucho trabajar, como Policía corrupto o La furia, pero en este caso la película está orientada al cine noir, el cine de los norteamericanos del 30 al 50 y también las nuevas versiones que le dieron algunos directores franceses, como Louis Malle en Ascensor para el cadalso, que tiene un poco la misma estructura de Natalia Natalia.

"Me gusta el cine de
"Me gusta el cine de personajes que ocasionalmente son policías", dice Juan Bautistas Stagnaro (Foto: Télam S. E.)

—El rasgo distintivo de la película es que sigue las reglas del cine negro pero sin embargo la protagonista es una mujer, algo que no es usual en el género.

—Lo que me gusta del cine negro son las características que lo diferencian del policial, como los claroscuros, la humedad de las calles nocturnas, pero sobre todo la poca diferenciación entre personajes positivos y eventualmente negativos, con héroes que también son antihéroes. Dentro de este esquema del cine noir tradicional, la mujer tenía el rol objeto, es la prototípica rubia fatal. Lo que me pareció interesante fue invertir esto, que la protagonista fuera una mujer y le sumamos eso de querer escapar del destino aunque igual va a su encuentro, que es un poco el fatalismo que carga su personaje. Y Sofía Gala es ideal como protagonista, uno le cree, tiene una mirada muy directa y muy potente y te diría que ella misma en persona tiene un peso importante.

Para Juan Bautista Stagnaro, "Sofía
Para Juan Bautista Stagnaro, "Sofía Gala es ideal como protagonista, uno le cree, tiene una mirada muy directa y muy potente" (Foto: Télam S. E.)

—En el texto enviado a la prensa sobre la película hablás de “no hacer cine de espaldas al público”. ¿A qué te referís?

—Creo que el cine nacional tiene un amplio espectro y una política cinematográfica en donde se promovió la producción de más de 200 películas por año. Pero eso creó una especie de competencia no deseable, es decir, un problema para las películas y para el cine. Aclarado esto, sí, a veces se hace un cine con un exceso de personalismo, pero ya no lo atribuyo a una intención, sino a una consecuencia, porque a veces siento que se podría trabajar mucho más con los guiones para que no exista esa distancia y no se haga realidad esa frase hecha que dice ‘yo no veo cine argentino’, porque eso deja un espacio que es ocupado por otros cines. Pero lo fundamental es que el cine argentino tiene una vitalidad enorme, siempre hay alguna especie de unicornio, como Argentina, 1985, que más allá de la evaluación que uno puede hacer, reencuentra al público con el cine argentino. También hay que señalar que las decisiones de producción de las películas se fueron desplazando hacia las plataformas, y ahí quienes deciden la realización de los proyectos a veces están haciendo su primera experiencia y eso hace que en muchos casos se hagan películas con problemas de guion o de realización, que en vez de convocar al público lo termina alejando.

—¿Evaluaste en algún momento que la película se estrene en alguna plataforma?

—No, siempre fue para ver en salas, pero obviamente, si después la película se puede exhibir en las plataformas, maravilloso. Hay dos caminos, uno es generado por la plataforma y otro es donde uno le lleva un proyecto a la plataforma que lo evalúa. Yo estoy en el segundo grupo.

”Este proyecto lo vine pensando
”Este proyecto lo vine pensando hace mucho tiempo, nació con la idea de alguien que se creía muerto pero que vuelve a aparecer" (JB Stagnaro)

—Más allá del paso del tiempo y de que hablás de Natalia Natalia como una opera prima, ¿en qué se parece al resto de tu obra, tanto como guionista como director?

—No tiene muchos puntos en común, inclusive en los guiones del policial más clásico en donde hay múltiples puntos de vista, con un director que se pone como un Dios que mira desde arriba el relato, sabe lo que hace el policía, sabe lo que hace el bandido y sabe en dónde está la bomba, como decía Hitchcock. A mí me gusta más el rigor de contar una historia desde un solo punto de vista, es un desafío y significa un maridaje total con la protagonista, en este caso Sofía Gala, que está prácticamente en todas las escenas. Se trata siempre de la mirada de ella. Y este proyecto me permitió aplicar dos conceptos de los que hablaba Jorge Luis Borges y también Ricardo Piglia, que decían que en toda historia hay una historia manifiesta y otra que va por abajo y emerge sorpresivamente al final.

Fuente: Télam S.E.

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