El chileno Sebastián Lelio, ganador de un Oscar por Una mujer fantástica (2017), viaja en su nueva película, El prodigio (The wonder), a la Irlanda rural del siglo XIX para dejar en evidencia el peligro de estar atrapado en un sistema de creencias, tanto hace dos siglos como en la actualidad. “Las creencias son extremadamente peligrosas, pestañeas y pierdes 50 años de conquistas de derechos sociales”, señaló el director, en referencia al retroceso del derecho al aborto en Estados Unidos.
Protagonizada por la británica Florence Pugh y recién estrenada en Netflix, la película está basada en una novela de Emma Donoghue, la misma autora de The room cuya adaptación en 2015 le valió un Oscar a la actriz Brie Larson.
La trama se desarrolla en la región irlandesa de las Midlands en 1862, donde una enfermera inglesa (Pugh) es reclutada para observar a una niña de 11 años, que se mantiene viva a pesar de llevar meses sin comer, y dilucidar si hay truco o es un verdadero milagro, como creen en el pueblo.
La necesidad de creer
Dice Lelio que lo que le conectó con la historia fue la relación que se crea entre ellas, esa “sororidad transgeneracional” frente a un sistema patriarcal y, por otro lado, la confrontación entre la fe y la ciencia, sin que ninguno de las dos caminos les sirva para salir adelante en la situación a la que se ven abocadas.
Te puede interesar: Una charla con Sebastián Lelio, el director que ganó un Óscar y provocó el avance de la ley trans en Chile
“Trato de hacer películas donde todos cometen aciertos y errores, no hay villanos”, señala el director, “lo que me interesa es por qué necesitamos un sistema de creencias para operar en un mundo que puede que no tenga sentido”.
Lelio empezó a despuntar internacionalmente con su cuarto largometraje en solitario, Gloria” (2013), cuya protagonista, Paulina García, ganó el Oso de Plata a la mejor actriz en la Berlinale y de la que él mismo dirigió una versión estadounidense en 2018, con Julianne Moore al frente.
Una mujer fantástica, que gira en torno a una mujer transexual, obtuvo el premio al mejor guion en Berlín e hizo historia al ser el primer filme chileno en ganar el Oscar a la mejor película de habla no inglesa.
El prodigio tiene elementos en común con esta última, como el hecho de que se trata de cuerpos femeninos en disputa por diferentes fuerzas sociales y de mujeres que toman un camino distinto al mandato social, que representan un grupo de varones.
Pero Lelio es más radical esta vez y rompe la cuarta pared para incidir en lo que cree que es el mensaje principal de la película: en tiempos de “fake news” y de “multiplicidad de relatos colectivos” en las redes sociales, más que nunca “hay que ser responsable con aquello que uno cree”.
“Cuando decides creer en algo le das poder, es importante tener el coraje de pensar por uno mismo y elegir conscientemente en qué creer porque es un acto de responsabilidad política”, subraya.
Te puede interesar: “El prodigio”, el nuevo thriller de Netflix protagonizado por Florence Pugh
Chile, en proceso hacia un relato colectivo
Toda esa reflexión tan en boga sobre la guerra narrativa y quién controla el relato, según Lelio, es válida para analizar la situación social y política en Chile en los últimos años, tras el estallido social de 2019 y el aparentemente contradictorio rechazo en referéndum de la nueva Constitución.
“En mi opinión el proceso de escritura del texto se radicalizó, se hizo una lectura maximalista y el mismo pueblo, con gran sensatez, dijo ‘no’, no queremos un cambio de la noche a la mañana sino gradual, creo que hoy Chile es un país más de centro izquierda que de extrema izquierda, que es como se sintió ese texto”, señala.
“Lo hermoso es que estamos en un proceso de escritura de un relato colectivo, sabiendo que ha de ser una historia capaz de cohesionarnos durante las próximas décadas, es un proceso difícil, desafiante y lleno de contradicciones pero es un ejercicio admirable”, sostiene.
Fuente: EFE
Seguir leyendo