Antonio Massa, el hombre que retrató más de medio siglo de cultura popular argentina

La muestra “Un obrero de la fotografía” y un libro de 500 páginas, recorren una obra que incluye imágenes icónicas de Sandro, Goyeneche, Charly García, Mercedes Sosa y más. “Saqué todas las fotos que quise”, dice el autor

La muestra “Antonio Massa: un obrero de la fotografía” se exhibe, con entrada libre y gratuita, en la fotogalería del Teatro San Martín, Av. Corrientes 1530, CABA (Foto: Catalina Serrano Massa):

Se llama Antonio Massa y es una de las personas más influyentes de la Argentina moderna. Todos, absolutamente todos hemos visto sus fotos: Sandro desde la época de Sandro y los de Fuego, los comienzos de Diego Torres —y de toda La banda del Golden Rocket—, Luca Prodan, la reunión de Serú Girán en 1992 y también los grandes del tango como Pugliese y el Polaco Goyeneche, además de actrices, cantantes, modelos. La cultura y el espectáculo encontraron en Massa un cronista fiel que los acompañó durante 60 años.

Hay un efecto paradójico en las fotos donde la cámara retrata al modelo pero también lo crea, lo re-crea. Esa imagen que aparece en miles de paredes y de remeras es la que, de alguna manera, compone un ideal. Esta semana se inauguró la muestra “Antonio Massa: un obrero de la fotografía” en la fotogalería del Teatro San Martín (Av. Corrientes 1530): una cantidad apabullante de fotos que muestran claramente cómo el ojo de Massa fue nuestro ojo. “Yo tuve la suerte de agarrar a los cantantes cuando recién empezaban”, dice Massa en diálogo con Infobae Cultura, “y lógicamente son más abiertos a hacer las cosas que creés que le pueden hacer bien en la imagen”.

Antonio Massa hoy, a sus 83 años, retratado por su nieta (Foto: Catalina Serrano Massa):

La muestra viene acompañada de un libro de más de 500 páginas, que indica, además, que es el primer tomo. ¿De cuántos? Podrían ser seis o siete; incluso más. El recorte de este primer volumen fueron fotos de músicos y cantantes. Afuera quedaron, por ejemplo, el mundo del teatro y también el de la política —y de la violencia—. “En los setenta me llevaron preso por sacar fotos en la calle”, cuenta. En ese entonces, una disposición de la Secretaría de Informaciones prohibía que se sacaran fotos en la vía pública, pero Massa, que trabajaba en la Confederación General Económica, estaba autorizado. Pero un sello mal puesto en la credencial y el celo excesivo del policía que lo detuvo lo terminaron dejando incomunicado durante horas y acabó el día en un calabozo.

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Tal vez la más famosa o bien, la más reproducida fotografía que tomó Antonio Massa: Roberto "El Polaco" Goyeneche besa en la mejilla a Osvaldo Pugliese. Más allá de la grandeza de los dos, simboliza el mito de la buena suerte atribuido al pianista

La cárcel no era el único miedo de aquella época: “Durante la dictadura, yo hacía fotos para el Ministerio de Economía y siempre que iba pensaba que podían poner una bomba. ¡Qué tenía que ver yo! Sólo hacía las fotos que me mandaban. Y, otra vez, antes, cuando hice el servicio militar, me llamaron para cubrir los fusilamientos que por suerte no fueron ese día”.

¿Fusilamientos?

—Sí, cuando fusilaron a Cogorno y Valle —recuerda. Fue en 1956, un grupo de militares se habían sublevado con la intención de tomar el poder para que volviera Perón, pero fueron derrotados y los líderes condenados a muerte—. Hice el servicio militar en el Servicio de Informaciones del Ejército y me dijeron que fuera con las cámaras y los rollos a Campo de Mayo. Estuve sacando fotos en unos galpones que habían sido bombardeados, hasta que un superior me gritó: “¡Pibe, no te muevas! Hay un montón de bombas que no estallaron”. Despacito y rezando salí de ahí. Llegué a ver a los prisioneros, que los llevaban cruzando el playón.

Jovencísimos Soda Stereo, retratados por Antonio Massa en 1984

Más que mil palabras

Dice que no tiene deudas pendientes, que les sacó fotos a todos los que quería. Y que siempre recibió mucho amor —salvo por un único caso que no quiere revelar—. Dice que para esta muestra eligió fotos tomadas con negativos; nada digital. No lo dice, pero lo da a entender: eligió como subtítulo la palabra “obrero”, pero considera que su trabajo es de un artesano. Dice que hacía el trabajo completo, que ahora se pueden sacar muchísimas fotos pero que en su época usaba un rollo de 12 y que a veces sacaba tres rollos y tenía que compensar la diferencia de tonos en el laboratorio. Dice que, como trabajó para Aerolíneas, a veces les pedía a las azafatas y comisarios que le trajeran rollos y drogas para el revelado. Dice todo esto y a su lado está Catalina Serrano Massa, que es su nieta y también es fotógrafa —las fotos de esta nota son de ella—, que lo mira como alguien que ya escuchó todo esto mil veces pero que también lo escucha por primera vez.

¿Qué intenta contar en una foto?

—Tiene que tener algo, un atractivo. Tiene que ser algo que te guste ver, algo que la define. El tema es que a nosotros nos dan las caras, no las buscamos. Nos dicen: “Hay que hacerle una foto a fulano de tal”, que puede ser para medios, para promocionar un disco, y ahí hay que empezar a trabajar, hay que encontrar un lugar para lograr una foto. A mí me salvó un poco la autopista porque me generó nuevos lugares; Buenos Aires durante muchos fue siempre igual y era difícil encontrar un lugar nuevo.

Mercedes Sosa en todo su esplendor, sobre un escenario, según Antonio Massa

¿Salía a buscar locaciones?

—Cuando empecé con esto, cada uno tenía su especialidad. El tango usaba ladrillos y el folklore los arbolitos. Después entró el rock y ahí se empezó a mezclar todo. Había que caminar y tener presente qué era lo que ya habías sacado y lo que habías visto. El puerto no se modificó, pero había cien motivos distintos. San Telmo es parecido, pero podías encontrar una gama variable en todo el costado del riachuelo. Hubo que andar mucho. Muchas de esas fotos estaban en la conferencia de prensa.

¿Cuál es la diferencia entre un músico de tango y uno de rock?

—El de tango preferentemente siempre trata de mostrar su instrumento: el bandoneón, el piano. Trata de que la imagen esté relacionada a su instrumento. El músico del rock busca siempre lo que viene de afuera, pero yo he probado hacer fotos similares y las tuve que tirar. Salían duros, totalmente posados. Hay algunas poses que son características. Siempre tenés que buscar algo para que el modelo entienda tu intención y entre en lo que querés lograr.

Roberto Sanchez, Sandro, según la mirada de Antonio Massa en los años 60

Cuando le sacaba fotos a Sandro, que fueron tantas a lo largo de los años, ¿cómo encontraba decir algo nuevo?

—Tengo casi la vida entera de Sandro. Fueron muchos años. Era una persona muy dúctil para trabajar y nos llevábamos muy bien. Nos ayudamos mutuamente. Como saqué a tantos artistas, trabajé con varias grabadoras al mismo tiempo y mi material iba a los medios, que entonces no eran tantos, y entonces no podía usar los mismos lugares. No podía ir con Sandro a donde ya había ido con Sergio Denis. Había un compromiso en pensar cómo hacer una buena nota y que nos luciéramos todos. Mucho de mi material iba a los medios, pero también muchas veces ese material se utilizó para tapas y afiches de prensa.

Hay una foto en la que Pugliese está delante del Congreso, como si estuviera rezando. ¿Cómo la hicieron?

—En esa foto, Pugliese me está diciendo: “Por favor no me saqués más fotos”.

* La muestra “Antonio Massa. Un obrero de la fotografía” está abierta al público, con entrada libre y gratuita, de martes a domingos de 14 a 20 hs en la Fotogalería y el Hall Alfredo Alcón del Teatro General San Martín, Av. Corrientes 1530, C.A.B.A

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