Cuando Antonio Hart nació, un 30 de septiembre de 1968 en Baltimore, Maryland, hacía casi una década que Ornette Coleman había sacudido los estándares de la música improvisada con un saxo alto de plástico y su The shape if jazz to come, el disco que anticipó la revolución del free jazz en todo el planeta.
Pero no fue aquella la influencia ni el camino elegido por el joven saxofonista tras su paso por el Berklee College of Music. Su pasión pronto lo llevó por los caminos del Hard Bop y su admiración se dirigió hacia figuras como Julian Cannonball Adderley, más afines a sus gustos personales y sus ilusiones de progreso.
Los años que siguieron reafirmaron aquella tendencia y Hart comenzó a construir su propia carrera en la difícil escena norteamericana, compartiendo shows y grabaciones con figuras como Dizzy Gillespie, Nancy Wilson, Dee Dee Bridgewater, Roy Hargrove, McCoy Tyner y Dave Holland. Actualmente y a tres décadas de aquellos inicios, Hart lidera sus propios grupos, con los que grabó una decena de discos a su nombre, al tiempo que mantiene una constante actividad docente.
Te puede interesar: Rosa Passos, de la bossa nova y el jazz a una celebración de 38 años de “matrimonio” musical
“La meta principal es ser honesto en mi expresión y crear algo que promueva belleza y amor”, dice Antonio Hart, entrevistado por Infobae Cultura, pocos días antes de un nuevo regreso a la Argentina, donde ofrecerá cuatro shows en el Bebop Club de Palermo, los próximos 18 y 19 de noviembre.
—Hace 30 años salía su primer álbum como lider: “For the first time”, junto a Roy Hargrove. ¿Qué recuerdo tiene de todo aquello?
—Ese fue un tiempo fantástico en mi vida, porque hice realidad mi sueño de ser un músico serio. No era mi sueño grabar y hacer giras porque arranqué tarde en el Jazz. El Creador tuvo otros planes para mí. Estoy tan agradecido a los músicos de ese proyecto y a la compañía discográfica por darme esa oportunidad.
—¿Cómo diría que evolucionó su mirada, su enfoque musical desde entonces?
—Las cosas han cambiado con la madurez, la capacidad de viajar y la experiencia. Mis viajes alrededor del mundo me brindaron otros colores para pintar. El proceso no tiene fin, y eso es lo que lo hace excitante para mí. La meta principal es ser honesto en mi expresión y crear algo que promueva belleza y amor.
—En sus visitas anteriores actuó al frente de combos pequeños y también con grandes orquestas. ¿Modifica su estilo según una u otra?
—La intención es siempre la misma, pero la experiencia sónica cambia con más instrumentos y con más público. Mi estilo podría ser el mismo, pero mi entrega va a variar al conectar con el público en el lugar.
—Hablando de conectar con el público ¿de qué manera influye en su música cada país en el que actúa?
—No puedo decir que cada país ha influenciado mi música, pero hay algunos con los que siento una conexión espiritual. Una vez que he digerido alguna de esas influencias, generalmente escribo música para expresar esa emoción.
—Volvamos a la Argentina. Usted ha tocado con varios músicos locales. ¿Diría que existe una característica que identifique a los artistas de este país?
—Todo lo que puedo decir es que todos los músicos con los que he tenido la oportunidad de tocar fueron serios y dedicados al proceso musical. Todos han sido humildes, amables, de buen corazón y talentosos, haciendo que yo me sienta bienvenido. Les estoy muy agradecido.
—Hoy el jazz es una música universal, atravesada con los distintos colores de cada geografía. ¿Cómo resguardar entonces la historia y el legado de los pioneros ante tanta diversidad?
—Aquí podríamos tener una larga conversación. Pero déjeme comentar algo que sea más que un simple discurso. Siempre vamos a hablar acerca de Louis Armstrong, Charlie Parker, Duke Ellington, etc. Usted está en lo correcto al decir que hay tantos colores, lo que puede ser casi abrumador para los jóvenes músicos hoy en día. Pero esa es la base de esta forma de arte. Y el Gospel, el R&B, y las influencias de África occidental todavía están ahí. Y los pioneros también siguen estando porque los músicos de hoy construyen sobre sus hombros.
Te puede interesar: Roy Hargrove, según Adriana Mateo: fama e intimidad del legendario trompetista de jazz
—Antonio me gustaría saber su opinión sobre las nuevas formas de circulación de la música y la lenta agonía del CD.
—No pienso acerca de la industria en estos días. Me enfoco en crear algo que valga ser escuchado. Luego pensaré sobre Streaming vs Cds.
—¿Cuál es su expectativa para los shows del 18 y 19 en Bebop?
—Espero que el público disfrute nuestra entrega musical. Como dije antes, mi acercamiento es honesto. Quiero brindar algo positivo. Espero que el público sienta el espíritu de esta forma de arte y se sienta feliz de haber asistido.
—Para estos shows viene acompañado de Vince Ector en batería. ¿Qué le diría sobre él al público argentino?
—Vince ha tocado conmigo por muchos años y se ha forjado un nombre por sí mismo en la escena musical. Le diría que vengan a escucharlo y podrán juzgarlo por ustedes mismos.
*Antonio Hart Quinteto. Antonio Hart, saxo alto y dirección / Mariano Loiácono, trompeta / Ernesto Jodos, piano / Mauricio Dawid, contrabajo. Con la participación especial de Vince Ector en batería. 18 y 19 de noviembre, 20 y 22,30 hs. Bebop Club. Uriarte 1658. Palermo. Buenos Aires. +5411 2585 3515 - info@bebopclub.com.ar
Seguir leyendo