El Museo Histórico Nacional celebra los 150 años del Martín Fierro con una maratón de lectura

Desde las 12 de este sábado hasta pasadas las 21, más de cien referentes de la cultura leerán de principio a fin el libro emblema de los argentinos y se invita al público a entonar algunas estrofas frente al Parque Lezama. Mariano Llinás y El Pampero Cine filmarán la jornada

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Libreta en la que José Hernández escribió "El gaucho Martín Fierro" –la primera parte del poema– en 1872 (Museo Histórico Nacional)
Libreta en la que José Hernández escribió "El gaucho Martín Fierro" –la primera parte del poema– en 1872 (Museo Histórico Nacional)

Por estas fechas se cumplen 150 años de la publicación de la primera parte del Martín Fierro, el gran poema patrio que José Hernández comenzó en una habitación de hotel del centro porteño hacia 1872. Más que ningún otro, el libro que narra las adversidades del gaucho matrero en la frontera con los indios sirvió para sentar las bases de la identidad nacional en tiempos de constitución del estado moderno argentino, aunque esa ejemplaridad la ganaría bastante después de su temprano éxito. Las sucesivas interpretaciones y reapropiaciones del texto, desde el mismo Hernández hasta Jorge Luis Borges, pasando por Ricardo Rojas y Leopoldo Lugones; o más acá en el tiempo, desde la versión cinematográfica en clave peronista de Pino Solanas (Los hijos de Fierro) hasta la épica queer de Gabriela Cabezón Cámara (Las aventuras de la China Iron), prueban su impacto en la cultura popular y parecen confirmar aquella frase de Borges de que continuar una tradición es rebelarse un poco contra ella.

Para celebrar el aniversario, este sábado 29 de octubre a partir de las 12 y hasta pasadas las 21 horas, el Museo Histórico Nacional abrirá sus puertas sobre el Parque Lezama a una maratón de lectura del poema. Tanto La ida del Martín Fierro como La vuelta –publicada siete años después– serán leídos de principio a fin al aire libre, con la participación de más de 100 personalidades de la cultura y también del público, al que se invita a acercarse con equipo de mate. Entre varios otros, entonarán el canto escritores como Martín Kohan, María Pía López, Federico Jeanmaire, Tamara Tenenbaum y el poeta Guillermo Saavedra; académicos de letras, historia y otras disciplinas (Julio Schvartzman, Hilda Sábato, Alejandro Grimson, Fabio Wasserman, Pablo Alabarces, Omar Acha); actrices (Alejandra Flechner, Susana Pampín, Maruja Bustamante); cineastas (Mariano Llinás, Albertina Carri, Sergio Wolf); artistas plásticos (Daniel Santoro, Nora Iniesta, Eduardo Stupía); músicos (Raúl Illescas, Tomi Lebrero, Yamila Cafrune, Lucho Guedes); periodistas (Hinde Pomeraniec, Esteban Castromán) y funcionarios (el ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer).

Copia de edición ilustrada de La ida de Martín Fierro por mano anónima, 1878 (Museo Histórico Nacional)
Copia de edición ilustrada de La ida de Martín Fierro por mano anónima, 1878 (Museo Histórico Nacional)

“Hay algo en relación con la apropiación del texto del Martín Fierro que no sucede, por ejemplo, con el Facundo de Sarmiento. Todo el mundo lo siente propio con mayor o menor conciencia, como si hubiera un acuerdo tácito inicial de aceptación de la obra”, le dice Adriana Amante, titular de una de las cátedras de literatura argentina del siglo XIX en la Universidad de Buenos Aires, a Infobae Cultura. Su cátedra ya había organizado en mayo la lectura de ese otro texto fundacional de nuestras letras en el Museo Histórico Sarmiento, un poco con el propósito –acrecentado en este caso– de sacudir la inercia que genera el status casi sagrado de estos libros. “El punto es recuperar el tono de la primera parte del Martín Fierro, es decir el comienzo de una obra que inicialmente es un texto de denuncia social sobre males que afectan a una parte de la población que está desprotegida por el Estado Nacional”, agrega Amante. Para Gabriel Di Meglio, director del Museo Histórico Nacional, ese componente “es lo que lo convierte, más allá del tiempo, en un texto que tiene vigencia”.

Como aquella vez, la maratón será filmada por Mariano Llinás y el equipo de El Pampero Cine y cuenta con la colaboración del Museo Histórico Sarmiento y el Museo de Arte Popular José Hernández. “Tuve como una especie de intuición de que eso había que filmarlo con algún motivo que todavía no tengo muy claro. Tener como material audiovisual un libro leído en su totalidad por un montón de gente me parece en principio muy atractivo y muy interesante”, le dice Llinás a Infobae Cultura. El cineasta viene explorando desde hace un tiempo las batallas civiles del siglo XIX como material para sus películas, aunque asegura que los registros de estas maratones son aventuras para el futuro, no para el presente inmediato. “Son obras que postulan lenguajes muy distintos. Uno podría pensar que el Martín Fierro es más dócil que el Facundo para esta lectura colectiva, pero habrá que ver cómo funciona con las entonaciones que no se parecen a la versión estereotipada del paisano argentino”, señala Llinás.

El jardín del Museo Histórico Nacional, frente al Parque Lezama, acogerá a los invitados y al público (@museohistoriconacionalargentina)
El jardín del Museo Histórico Nacional, frente al Parque Lezama, acogerá a los invitados y al público (@museohistoriconacionalargentina)

La lectura al aire libre será acompañada por algunas intervenciones artísticas sorpresa y habrá ejemplares del Martín Fierro a disposición del público, aunque se invita a que cada asistente traiga el suyo. El Museo Histórico Nacional también estará exhibiendo en un sector destacado la libreta manuscrita donde José Hernández escribió y ensayó en 1872 el texto de El gaucho Martín Fierro, que junto a otros clásicos de su época, “marca la gran impronta política que tuvieron los gauchos y las clases populares en general durante el siglo xix argentino”, le dice Di Meglio a Infobae Cultura.

“Parecería que los textos más importantes de la literatura argentina están provocados por la necesidad de intervenir sobre una cuestión política. Ahora, la vigencia del Martín Fierro no puede resumirse en ese solo hecho, sino que se conjuga con su valor estético, que es lo que le da legibilidad al poema. En tiempos donde el discurso de la política está vaciado y carente de articulaciones estéticas brillantes, o al menos coherentes, esa conjugación lo mantiene absolutamente vigente”, dice Amante. Como lo señaló varias veces Borges, una de las virtudes del poema es haber prescindido del color local con el que la cultura letrada intentaba representar al gaucho. Ese acierto es lo que acerca a los lectores el mundo de las estancias y lo convierte a Fierro en un personaje de carne y hueso que trasciende a su autor.

Copia de ilustración de Carlos Clérice para la primera edición de La vuelta de Martín Fierro y sucesivas ediciones de José Hernández en vida (Museo Histórico Nacional)
Copia de ilustración de Carlos Clérice para la primera edición de La vuelta de Martín Fierro y sucesivas ediciones de José Hernández en vida (Museo Histórico Nacional)

Pronto estará en librerías una reedición del Martín Fierro publicada por Eudeba en la serie de los Dos Siglos que dirigen Sylvia Saitta y José Luis de Diego, para la cual Amante escribió el prólogo. Allí, la profesora universitaria indaga en la originalidad de la sextina hernandiana –la articulación de una estrofa particular compuesta de seis versos– a partir de la experiencia de Hernández como taquígrafo del Congreso de Paraná de la Confederación. “Ese ejercicio taquigráfico le dio a él una habilidad para el trabajo con las voces y sobre todo con la escritura instantánea de la voz, que luego se traduce en una articulación extraordinaria del verso y una gran aptitud para la construcción de la estrofa”, observa Amante en torno a la composición de este canto que culmina la literatura gauchesca.

Para Mariano Llinás, la dimensión poética del texto es la clave para pensar su adaptación al cine. “Las películas que han adaptado el Martín Fierro tienden a ser fallidas, lo han pensado como una historia o fábula y no como una obra sobre todo constituida a partir del lenguaje”, argumenta el guionista de Argentina, 1985, que afirma conocer muy bien el libro. “Soy de esas personas que memorizan largas estrofas del poema. El Martín Fierro es una de las lecturas centrales no solamente de la literatura argentina sino de mi vida. No recuerdo un momento en el que no haya estado presente para mí, y en ese sentido lo siento más como un territorio o un paisaje que como una narración”, le dice Llinás a Infobae Cultura. La tarde del sábado será una gran ocasión para atravesar esos caminos pamperos.

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