“¿Te considerás un héroe?” La pregunta que Nicolás Canale introduce sobre el final de 1982: La gesta, entre los testimonios de veteranos de Malvinas que reúne su documental, recibe un no casi unánime y rotundo: héroes fueron los que murieron en el combate. Las respuestas, no obstante, sirven para destacar aún más el temple de los entrevistados y para terminar de armar un relato que sí los retrata como héroes, en un claro intento de desarticular el foco victimizante con que se los ha representado en las películas que más trascendieron sobre la guerra. Además de darle voz a ex combatientes del Ejército, la Fuerza Aérea y la Marina –algunos más recordados que otros por sus proezas, como el teniente primero Horacio Lauría, o el piloto Carlos Tomba, que se eyectó de un Pucará a metros de estrellarse– para reconstruir a través de las vivencias los principales hitos del conflicto bélico, el documental estrenado este jueves extiende su mirada hacia el tiempo presente para señalar la vigencia de la causa Malvinas y añorar la unión de la sociedad. Días atrás, Canale respondió las preguntas de Infobae Cultura.
—¿Cómo se inició el proyecto de este documental?
—La idea surgió el año pasado con un grupo de amigos malvineros con los que veníamos hablando de hacer algo con el tema. Como se venían los 40 años, quisimos aprovechar la ocasión para honrar a los héroes de Malvinas y nos pareció que un documental era lo más cercano en tiempos y económicamente para poder estrenarlo este año. Por otro lado, queríamos ir dejando un archivo de entrevistas y testimonios de estos héroes que dentro de un tiempo ya no van a estar. Así que de alguna forma matamos dos pájaros de un tiro, pudimos hacer las entrevistas y después un documental que ahora llega a las salas y que da cuenta de lo que fue la gesta de Malvinas.
—La película construye su relato apoyándose principalmente en el testimonio de veteranos. ¿Por qué elegiste ese punto de vista?
—Queríamos que la cuenten ellos, porque las producciones sobre Malvinas que se hicieron en las últimas décadas, que a mi modo de ver son muy pocas, quizás no reflejan muy bien lo que por lo menos yo venía escuchando de ellos mismos en charlas, conferencias o libros. Durante muchos años se transmitió una idea un poco distorsionada y victimizante de los conscriptos como “los chicos de la guerra”, y la verdad es que hablando con ellos supe que se sentían avergonzados de que les dijeran así. Estaban orgullosos de haber peleado y muchos fueron voluntariamente.
—¿Cómo te acercaste a ellos y con qué criterio seleccionaste los testimonios?
—A algunos ya los conocía, pero el criterio fue poder cubrir todos los hitos de Malvinas, por eso buscamos veteranos de las tres fuerzas para que contaran lo que pasó en la guerra desde distintos ángulos. Al principio la lista de entrevistados era más extensa, pero hubo que reducirla para organizar el rodaje, que fue muy milimétrico para aprovechar el cronograma al máximo.
—El documental reivindica el rol de las Fuerzas Armadas en el conflicto bélico. ¿Sentiste en algún momento el riesgo de que pueda ser vista como una película patriotera?
—La verdad que no pensé en ese riesgo antes de hacer la película. Quizás sí en algún momento del rodaje, pero terminamos encontrando una unanimidad en muchas de las respuestas de los veteranos y un mensaje muy claro de que hay que evitar la guerra. Ninguno pretende volver a recuperar las islas por la fuerza, sino que el deseo es encontrar el camino a través de la paz. Ellos son los que le pusieron el pecho a la situación, dejaron a sus seres queridos y fueron a arriesgar la vida dándolo todo, y eso es lo que quisimos rescatar. Hay que separar un poco la causa Malvinas de lo que era la dictadura y reconocer a nuestros soldados.
–Este estreno coincide con el éxito de Argentina, 1985. ¿Esperás que tu película pueda sumarse al rescate de ciertos valores e ideas que se suponen de consenso en la sociedad argentina?
–Ojalá, me gustaría mucho que la gente que ya está viendo Argentina, 1985 y se entusiasmó un poco más por la historia argentina reciente se entere de que también está 1982: La gesta, que nos habla de otra temática cercana, y la vayan a ver. Tenemos muchas menos salas que 1985, pero espero que a algunos les surjan las ganas de verla. Algo que comparte esta película es que hay mucho interés por parte de los colegios y municipios en mostrarla. Es también un documental bastante didáctico en ese sentido.
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