Muchas de las personas que caminan apuradas por la avenida Córdoba al 2400 deben mirar el edificio art decó de mitad de cuadra sin saber muy bien qué es todo lo que pasa allí dentro. Otros muchos sí lo deben saber: es la sede del Departamento de Artes Musicales y Sonoras “Carlos López Buchardo”, que depende de la Universidad Nacional de las Artes (UNA). Y, además de las carreras de grado —con licenciaturas en Composición, Dirección Coral, Dirección Orquestal, etc.—, funciona la Compañía de Ópera del DAMus.
Con la dirección musical de Marta Blanco y la dirección escénica de Bea Odoriz, la Compañía de Ópera es un proyecto pedagógico que tiene por objeto hacer que los estudiantes tengan la experiencia de atravesar un proceso creativo en un marco universitario, de encontrarse con el público, de actuar y cantar ópera. “Intentamos des-solemnizar la interpretación lírica”, explican en la web, “visitando óperas de repertorio y acercando el género a nuevos públicos e intérpretes”.
Desde que fue creada, la Compañía presentó producción de “La scala di seta” e “Il matrimonio segreto” en el Complejo Cultural 25 de Mayo, “L’enfant et les sortilèges” en la Legislatura Porteña y el Teatro del Globo, y otros espectáculos como “Ópera a la carta” en la Usina del Arte. Ahora presentan un nuevo trabajo: este sábado a las ocho de la noche, con entrada libre y gratuita, darán la función de “Hansel y Gretel. Ópera en tres actos”, en el Centro Cultural Haroldo Conti. Con más de 30 músicos y 15 intérpretes en escena, la Compañía ya se presentó esta semana en una función para escuelas donde actuaron antes casi 200 chicos y volverá presentarse en la Sala Caffarena el viernes 28 (para escuelas), el sábado 29 (para el público) y otra vez el domingo 30 (pero esta vez sólo acompañados por un piano).
En esta adaptación, que tiene la particularidad de ser muy respetuosa con la ópera original de Humperdinck de 1893 y a la vez ser capaz de una actualidad urgente, no hay una madrastra mala que envía a los niños al bosque sino una madre desesperada que, en medio de una discusión y sin conciencia del peligro, les pide buscar comida. La familia es muy pobre; se dedican a fabricar y vender escobas y juntar cartones.
Una ópera que habla de chicos perdidos en un marco de vulnerabilidad social y que se presenta en el predio de la ex Esma, donde la última dictadura llevó a cabo un plan de apropiación de menores, tiene una carga simbólica enorme. Sin embargo, como explica Marta Blanco a Infobae Cultura, no fue algo buscado. “A esta ópera, la empezamos a estudiar antes de la pandemia y ahora, buscando dónde presentarla, aparecieron las fechas del Conti y en Caffarena”, dice. Pero Daniela Ruesja, la soprano que lleva el papel de la Bruja, dice que el hecho de hacerlo allí tiene un efecto insalvable: “Para nuestro elenco sí significó una carga emocional muy importante. Y, si ya de por sí son excelentes, en el Conti redoblaron la apuesta”.
—¿Cómo se trae Hansel y Gretel al presente?
Marta Blanco: Acontece por el mismo texto.
Daniela Ruesja: Como todas las obras que hacemos, Hansel y Gretel tiene como objetivo la creación de nuevos públicos. Eso implica que tiene que ser algo con lo que una persona que lo está viendo se vea reflejado. No podés hacer el folklore de hace 200 años. Tenés que hacerlo con la actualidad: cuál es la actualidad de nuestros niños, la actualidad del país, qué ven y dónde está el imaginario de nuestros chicos.
MB: No hay cosas duras con los padres. Es gente necesitada y de pronto aparece algo o alguien que se puede llevar a los chicos. Y la Bruja es un ser fantástico, es la atracción de lo no permitido.
DR: Con la Bruja se rompe el estereotipo. Si lo malo se asocia a la fealdad, aquí ese canon se rompe y ella es bella, opulenta, es lo más hermoso y de repente le sale la maldad.
—¿Cómo fue el desafío de montar en el Conti?
MB: La ópera tiene la problemática de que a veces no es tan fácil de resolver, porque en un escenario no convencional, si ponés la orquesta adelante, no se ve o no se escucha. Hay que hacer una triquiñuela. Pero ya está, se hizo.
—¿La función para los chicos fue sólo con piano?
DR: No, con la orquesta completa. La idea de hacerlo para los chicos es que sientan que es un espacio que les pertenece. La ópera ya no es —ni queremos que sea— para la burguesía o para cierta clase de gente. La ópera es para todo el mundo.
MB: Yo, de hecho, había pensado que la obertura era un poco larga, pero los jóvenes que también dirigen me dijeron que era muy linda, y la verdad que sí es muy linda. A los chicos les impacta escuchar una orquesta en vivo y eso también es algo que les tenemos que dar. La obertura dura 7 u 8 minutos, además. En esas cosas hay que ir para adelante.
DR: Tiene que ser la experiencia completa. Que el sonido sea realmente mágico para ellos. A los chicos se los prepara para que entiendan la ópera. Si no les explicás, es cómo “¡A dónde me trajiste!”. El objetivo es que se interesen, se involucren.
MB: Nosotros no sabíamos cómo era la acústica y allá me preguntaron si íbamos a usar micrófono. A mí me saltó un ¡No! No se usan micrófonos porque el cantante tiene que llegar igual.
Todavía no hay una decisión sobre qué puesta se realizará el año próximo, pero sí una novedad: la Compañía de Ópera propuso realizar un Concurso de Composición con tema libre. Si producir una ópera es muy costoso en presupuesto y energías, esta es una oportunidad que se le da a los compositores. Está pensada para estudiantes y graduados de hasta hace cuatro años. “Que sea para alguien que está en la casa o que es todavía muy cercano”, dice Blanco. El premio: nada menos que poner la ópera en escena, grabación y filmación.
* Hansel y Gretel. Ópera en tres actos con música, por la Compañía de Ópera del DAMus y la Orquesta Académica “Carlos López Buchardo”, se presenta este sábado a las 20 hs. en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti (Av. del Libertador 8151, CABA). Más información aquí.
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