Luciano Cáceres se asoma a la locura en “El desarmadero” y vive para contarlo

El popular actor y director teatral dice que afrontó un “gran desafío” actoral en el thriller psicológico dirigido por Eduardo Pinto, que se estrena en cines este jueves. Es parte de su oficio, afirma: “Tengo 34 años de actor, y llevo 25 de director, mi vida está dedicada a esto”

Tráiler de la película "El desarmadero", dirigida por Eduardo Pinto y protagonizada por Luciano Cáceres

Luciano Cáceres vuelve a la pantalla grande con El desarmadero, una película independiente de género thriller psicológico dirigida por Eduardo Pinto. Su interpretación del personaje, en un limbo entre la lucidez y la locura, brilla con luz propia. Pero eso no es todo. Luego de 34 años en el mundo de la actuación, pronto dará el paso hacia la dirección cinematográfica: “El año que viene empezaré a cocinar mi primera película para 2024″, anuncia durante el diálogo con Infobae Cultura.

Luego de su paso por el 36º Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, el Festival Rojo Sangre, y el Festival de Cine de las Alturas, en donde fue aclamado por los espectadores, el film se estrena en salas de todo el país con un elenco que -además de Cáceres- está integrado por Clara Kovacic, Malena Sánchez, Diego Cremonesi y Pablo Pinto, entre otros. El desarmadero narra la historia de Bruno, un artista plástico que luego de ser el sobreviviente de una tragedia que se llevó a su esposa y a su hija, debe pasar por una rehabilitación psiquiátrica. Semanas después de estar aislado, el personaje decide dejar de crear para refugiarse en un desarmadero de autos y trabajar para su amigo Roberto.

Allí, una vez instalado y conseguida la paz (o eso es lo que parece), este hombre angustiado sumergirá su atención en cada vehículo abandonado y su historia detrás, y comenzará a tener alucinaciones que lo llevarán a estar al filo de la vida y la muerte. Se trata de una película que mezcla el terror, el thriller psicológico y el drama, y narra la búsqueda de un hombre que intenta ser entendido en un mundo que le da la espalda. Al fin y al cabo, es una persona que solo ansía dejar de estar solo.

En "El Desarmadero", Luciano Cáceres compone un personaje al borde de la locura

Cáceres no se priva de nada, y siempre da el presente en diferentes producciones, ya sean independientes o de más alto presupuesto. Para él, cada experiencia hace valer “una vida dedicada a este oficio”, que comenzó desde que actuaba en su infancia, y planea seguir experimentando y reinventándose. “Para mí, el caso de Bruno fue un desafío grande”, dice.

En diálogo con Infobae Cultura, abordó la construcción de su personaje en El desarmadero, su despliegue pasional y artístico en el mundo del teatro, cine y televisión y una deuda que tiene con la dirección cinematográfica.

—¿En qué momento de tu carrera te encontrás?

—No lo veo como una carrera, esto lo aprendí de Marita Ballesteros. No hay por qué correr, yo estoy en mi caminito, tranqui... En agosto cumplí 34 años de actor, y llevo 25 de director teatral, así que más que una carrera es mi vida dedicada a este oficio. Yo lo vivo así, como un oficio en el buen sentido de la palabra.

Muchas veces cuando dicen “este laburo de oficio” es medio despectivo, y para mí es algo noble tener un oficio, y la responsabilidad de estar atento a las nuevas tecnologías, a las nuevas herramientas, a qué está pasando con la dramaturgia internacional, qué está pasando con el cine que hacen mis compañeros.

Yo me nutro mucho de los que tiene mucha trayectoria y de los que están arrancando. Por eso me ves tanto en películas independientes, como esta, o me podés ver ganando el Martín Fierro como mejor actor de ficción por la tele en el horario prime time y de golpe hago una película gratis e independiente. Yo me nutro de cada uno, y obviamente hay desafíos más grandes que otros, lugares que no son tan comunes.

"Cumplí 34 años de actor, y llevo 25 de director teatral, así que más que una carrera es mi vida dedicada a este oficio, dice Luciano Cáceres (Foto: Franco Fafasuli)

—¿Cómo llegó el papel de Bruno a tu vida?

—Primero tenía unas ganas terribles de filmar. Veníamos de la pandemia. Si bien yo tuve la suerte de protagonizar una peli en Roma, en plena pandemia, acá no se estaba rodando, teníamos muchas ganas, y dijimos “vamos a filmar”. Yo llegué a mediados de noviembre, nos encontramos en diciembre, y el 2 de enero estábamos arrancando el rodaje. Teníamos un corralón que nos prestaban, y así apareció El desarmadero.

Nosotros veníamos desarrollando una idea con las autopartes de serie y cómo de golpe un accidente con esta ruina y esta chatarra tienen una historia detrás. Con base en eso queríamos jugar con el género, y así apareció Bruno. Para generar más construcción quisimos aportarle al personaje un padecimiento psiquiátrico, que es algo que yo ya venía investigando bastante en la época que dirigí 4.48 Psicosis, la obra de Sarah Kane que interpretó Leonor Manso.

Cáceres afirma que la dirección cinematográfica para él está “cada vez más cerca”

Al personaje se lo trata casi físicamente, anímicamente: durmiendo, despertando, estimulando, calmando. Pero ese dolor no tiene cura. Eso me pareció un re buen disparador para llevarlo a Bruno. Y también, las películas de Pinto siempre hablan de los seres marginales y cómo hay una necesidad de retratar este mundo. Todo lo que no está dentro de una “correcta normalidad” ya es extraño.

—¿Te inspiraste en algún personaje del cine o la literatura?

—No, pero a Bruno lo conozco. He tratado con gente que tiene un dolor que no tiene cura, y muchas veces, por mi oficio, esas personas son artistas también. Hay grandes artistas, tanto en la poesía como en la pintura y en la música, que parecería que están atravesados por la locura, y en realidad es por un dolor existencial muy grande que va por otro lado.

—¿Considerás que es importante no privarse de nada a la hora de ser actor?

—Para mí es vital. Hay algo que sucede para el afuera y para uno mismo, y es que si vos no hacés, no sos. Es muy raro, porque hay cosas que se pueden desarrollar igual en otros oficios. El nuestro es actuar, y salvo que seas medio un loco y estés actuando solo para el espejo, se necesita de un público y de un set.

Me agarra mucha tristeza, pero sé que soy un privilegiado, tengo un montón de laburo, puedo elegir y también me puedo dar estos permisos de decir “bueno, en enero no hago algo por dinero y luego puedo hacer una peli independiente”, como me pasa con el teatro independiente y demás.

Yo siempre voy a aplaudir al que hace más allá de los resultados, y obviamente, el que hace muchas veces se equivoca, pero también acierta. Es una felicidad estar con un compañero rodando una película y poder crecer en este oficio. Eso es impagable, más allá de que le guste o no a alguien.

—Tenes una larga trayectoria en el teatro, la televisión y el cine, ¿con cuál de los tres ambientes te quedas?

—Con todos de manera alternada. Como dije, tengo el privilegio de ser convocado para todo, entonces teatro hago menos. Pero vengo de tres años con Desnudos. Dirijo hace 25 años y el año que viene sí o sí voy a volver a hacerlo porque no estreno desde el 2019. Si bien esas obras giraron y se siguen representando nuevas, no tengo ninguna. Así que el año que viene como prioridad tengo volver a la dirección y por qué no en algún momento dirigir cine, que es la cuenta pendiente.

Luciano Cáceres apunta a 2024 para poder rodar su primera película como director (Foto: Franco Fafasuli)

—¿Dirías que el año que viene vas lanzarte como director?

—Obviamente es un poco más complejo, porque es un equipo más grande de gente y muchas cuestiones técnicas. Pero sí, se viene. Creo que está cada vez más cerca. Soy muy exigente y tengo esta duda de si quiero hacer algo más referencial o si directamente decido filmar la obra de otro. Estoy en eso, ya tuve propuestas un poco más “industriales” para acompañarme en el proyecto, pero ya venía con guion armado y hay que ver si eso me representa como para hacer mi ópera prima.

Quizás es el paso para tener la primera experiencia y yo creo que se viene. No digo el que viene, pero el otro es posible. Para el año que viene planeo seguir las órdenes de los directores con quienes ya cerré, y empezaré a cocinar mi primera película para el 2024.

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