El pasado y el futuro del cine se mezclan como un par de cinéfilos en un acalorado debate en el Festival de Cine de Nueva York, que comenzó su 60.ª edición con el estreno de la adaptación de Noah Baumbach a la novela de Don DeLillo White Noise (conocida en español como Ruido de fondo).
En esas seis décadas, el festival que se celebra en el Lincoln Center ha sido el principal destino del cine en Estados Unidos, creando año con año un retrato vibrante de la producción cinematográfica con películas de todo el mundo, estrenos anticipados y clásicos restaurados. Pero es un festival que suele estar más lleno de preguntas que de respuestas.
“Una pregunta que nos hacemos es: ¿Cuál es una película principal del Festival de Cine de Nueva York? No debería ser algo esperado”, dijo Dennis Lim, director artístico del evento. “No debería ser algo que automáticamente parece como que debería pertenecer al olimpo”.
El canon —y ampliar sus definiciones— siempre ha sido una de las prioridades del Festival de Cine de Nueva York, donde películas de Satyajit Ray, Akira Kurosawa, Agnès Varda, Pedro Almodóvar y Jane Campion se han presentado a lo largo de los años. En su primera edición, en 1963, el festival mostró filmes de Luis Buñuel, Yasujirō Ozu, Robert Bresson, Roman Polanski y el recientemente fallecido Jean-Luc Godard. El NYFF, como se le conoce por sus siglas en inglés, no da premios y no tiene un mercado para la industria, es estrictamente definido como una vitrina de lo que los programadores consideran lo mejor en el cine.
“Honramos esos sesenta años de festival al seguir fieles a su misión, por lo que fue creado, para lo que se buscaba que sirviera, y la relación, primero y por encima de todo lo demás, que ha tenido con la ciudad de Nueva York”, dijo Eugene Hernandez, director ejecutivo del festival. “Es un puente entre los artistas y las audiencias, y así lo ha sido por sesenta años ya”.
En los últimos dos años, Lim y Hernández buscaron reconectar el festival con Nueva York, expandiendo su huella en la ciudad. Pero la pandemia dificultó esta misión. El festival de 2020 se realizó de manera virtual y en autocinemas en la ciudad. El año pasado el festival volvió a tener público, aunque con muchas precauciones, por el COVID-19. “Ha sido un viaje de tres años para llegar a este momento”, dijo Hernandez, quien se despide de Nueva York este año para encabezar el Festival de Cine de Sundance.
La 60.ª edición del NYFF, que tendrá funciones en los cinco distritos de la ciudad del viernes 30 de septiembre al 16 de octubre, enfatiza este año esas conexiones de Nueva York con una serie de galas de cineastas locales. Estas incluyen la película inaugural de Baumbach; la presentación del documental de Laura Poitras sobre la artista Nan Goldin y su lucha contra los opioides All the Beauty and the Bloodshed; la película de clausura semiautobiográfica de Elegance Bratton The Inspection; y una celebración de aniversario con Armageddon Time, de James Gray, un filme basado en su infancia en Queens. Otra historia prominente de Nueva York, She Said, un drama sobre las periodistas de investigación del The New York Times que ayudaron a exponer a Harvey Weinstein, es otro de los estrenos importantes del festival.
En gran medida pocas cosas han cambiado en sesenta años, incluso Godard estará de vuelta este año con funciones gratuitas continuas de su filme de 2018 Le livre d’image (El libro de imágenes). Quizá lo que más ha cambiado es que el festival se ha hecho más grande, con más eventos paralelos y una programación principal más ajetreada.
“En gran parte de su vida el festival tenía solo 20 o 25 películas en su selección principal. Creo que si tratas de hacer eso ahora no tendrás una imagen completa del cine contemporáneo”, dijo Lim. “El paisaje es tan inmenso”.
El NYFF suele traer una mezcla de autores maestros y cineastas más jóvenes, pero la dicotomía entre ambos es especialmente rica este año. Fuera de veteranos consagrados como Claire Denis (Stars at Noon) y Park Chan-wook (Decision to Leave), el festival volverá a recibir a Frederick Wiseman (A Couple) y a Martin Scorsese, con Personality Crisis: One Night Only, un documental sobre el cantante de Nueva York Dolls David Johansen, y a Paul Schrader (Master Gardner). El cineasta polaco de 84 años Jerzy Skolimowski (EO) y el estadounidense de 94 años James Ivory (A Cooler Climate) volverán después de participar en la tercera edición del Festival Cine de Nueva York hace medio siglo.
Una película como EO, que sigue a un burro entre interacciones brutales con humanos, está directamente vinculada con la historia del cine, rindiendo homenaje a Au Hasard Balthazar (Al azar de Baltasar) de Robert Bresson. Pero también crea su propio camino, algo que Schrader, el guionista de Taxi Driver y reciente creador de First Reformed (El reverendo) y The Card Counter (El contador de cartas, ha hecho, con tortuoso rigor por décadas. Estos son cineastas para quienes el cine es una cruzada sin fin, llena de dolor y trascendencia.
Otros cineastas están más al comienzo de sus carreras. Varios de los filmes destacados del festival son debuts. El primer filme de ficción de Bratton, The Inspection, es muy personal para el director y fotógrafo de 43 años. Encabezado por una impresionante actuación de Jeremy Pope, dramatiza la experiencia de Bratton como un hombre gay en un campamento de entrenamiento militar. El trato que le dan es brutal, con ecos a Full Metal Jacket (Cara de guerra) de Stanley Kubrick. Pero de alguna manera, es algo mejor que la dura realidad que vive en casa.
La cineasta escocesa Charlotte Wells también aborda una experiencia personal en su ópera prima brillantemente compuesta y agudamente devastadora Aftersun, protagonizada por Paul Mescal y Frankie Corio como padre e hija de vacaciones en Turquía. La película está impresionantemente sincronizada con cada gesto tenue entre ambos y las fuerzas que los separan.
La intimidad podría parecer menos relevante para Till, el drama sobre Emmett Till, un chico negro de 14 años que fue secuestrado, torturado y linchado en Mississippi en 1955, que tendrá su estreno mundial en el festival. Películas sobre momentos tan definitorios en la historia estadounidense suelen tener un lente de gran angular para capturar el momento social. Pero la película de la directora Chinonye Chukwu, que sigue a su filme revelación de 2019 Clemency, se centra en la madre de Till, Mamie Till-Mobley, interpretada espectacularmente por Danielle Deadwyler. Till es un recordatorio de lo poderosos que pueden ser los testimonios personales.
Fuente: AP.
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