La artista y periodista kurda Zehra Doğan, exiliada en Berlín, untó las rejas de la embajada iraní en Berlín con henna y sangre menstrual para protestar por la muerte de Mahsa Amini el 16 de septiembre pasado, cuando estaba bajo custodia policial en Teherán, luego de ser detenida por llevar mal puesto el velo con el que las mujeres musulmanas cubren su cabeza y cuello.
Amini murió en un hospital iraní después de ser detenida por la policía de moralidad del régimen por supuestamente no cumplir con las regulaciones del país sobre el hiyab usado por las mujeres con un valor cultural y religioso.
La muerte de Amini provocó protestas masivas en Teherán y en ciudades como Yazd, Isfahan y Bushehr, que se extendieron durante más de diez días, y donde 76 personas murieron en la represión estatal contra la disidencia que vio restringida el acceso a WhatsApp e Instagram.
Para repudiar esta muerte, Doğan untó las rejas del exterior de la embajada de Irán en la capital alemana, con una mezcla de henna, cabello y sangre menstrual, creadas durante su detención en Turquía, en 2019, explicó la vocera de la artista.
El tuit dice: “Berlín, [Embajada] iraní. Estamos frente a ellos con lo que maldicen; sangre menstrual, henna y cabello. ¡No estamos solos, estamos en todas partes!”, según The Art Newspaper.
En tanto, el padre de Mahsa Amini acusó a las autoridades iraníes de mentir acerca de los motivos de la muerte de la joven y presentó una denuncia contra los policías que la detuvieron.
El padre de Mahsa Amini acusó a las autoridades iraníes de mentir y dijo que a su hermano Kiarash le dijeron que la habían golpeado, las autoridades iraníes dijeron que Amini no fue maltratada sino que sufrió una “insuficiencia cardíaca repentina”, según la BBC.
Doğan había sido liberada de una prisión turca a principios de 2019 después de cumplir una condena de 25 meses por “difundir propaganda terrorista”, según un tribunal de ese país.
En marzo de 2017, el segundo tribunal penal superior de Mardin en Turquía condenó a Doğan a dos años y diez meses de prisión por publicar una pintura en las redes sociales que mostraba la ciudad kurda de Nusaybin destruida, y con banderas turcas sobre las ruinas humeantes.
Mientras estuvo recluida, Doğan fabricó pigmentos a partir de sangre menstrual, hierbas y especias trituradas, desechos de la preparación del café y col rizada para pintar sobre periódicos, cartón y retazos de ropa. Con estos productos creó más de 300 obras en total, sacándolas de contrabando de su celda como ropa sucia.
Fuente: Télam
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