Cuando Amanda Gorman fue invitada a leer un poema en la Asamblea General de la ONU, la joven poeta analizó en profundidad cómo varios problemas sociales, como el hambre y la pobreza, han impactado en la preservación de la Tierra.
Al igual que con su conmovedor poema de inauguración el año pasado, Gorman se sintió obligada a expresar el impacto de la unidad a través de sus palabras poéticas el día de la inauguración de la 77ª sesión. La poeta de 24 años creó “An Ode We Owe (”Una oda sobre lo que debemos”) con la esperanza de unir a todas las naciones para abordar varios problemas de disparidad y preservación del planeta.
Gorman una vez más apareció en el centro del escenario frente a los líderes mundiales. Su fama había explotado después de que recitó su poema “The Hill We Climb” (”La colina que escalamos”) en la toma de posesión del presidente Joe Biden, lo que la convirtió en la poeta más joven en la historia de los Estados Unidos en tomar ese lugar. Su poema encabezó rápidamente las listas de los más vendidos y la convirtió en una de los personajes más solicitados, colocándola en otros grandes escenarios, como el Super Bowl, y en una entrevista con Oprah Winfrey.
En esta entrevista, Gorman habla sobre sus esperanzas con el poema de la ONU, sus planes futuros para ser presidenta, el resentimiento que siente por su éxito comercial y su deseo de escribir una novela algún día.
—¿Qué quieres que los oyentes se lleven de tu poema?
—Espero que la gente pueda deducir del poema que si bien los problemas del hambre, la pobreza y el analfabetismo pueden sentirse como Goliat y son tan grandes, no necesariamente son demasiado grandes como para ser conquistados. Pero son, sí, enormes para alejarse de ellos.
—¿Qué tan importante es tener una voz joven como la tuya para hablar en la Asamblea General de la ONU?
—Cuando estaba escribiendo este poema, seguía teniendo recuerdos de hace varios años, cuando estuve a Nueva York por primera vez. Tenía 16 años y fui como delegada de las Naciones Unidas para la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer. Esa fue la primera vez que realmente me comprometí con la ONU. Solo recuerdo no haber visto gente tan joven como yo. También me veía como si tuviera 11 años en ese momento. Empecé a tener esta idea de “Quiero volver algún día en el futuro. No solo quiero ser delegada. Quiero ser presentadora”. No estoy aquí para hablar en nombre de los jóvenes, sino para hablar junto a ellos y con ellos.
—¿Por qué te has referido a los Objetivos de Desarrollo Sostenible en tu poema?
—Porque creo que hay sectores de la población que aún no se han comprometido, informado o activado en torno a los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Mucho de lo que me gusta hacer en el poema es crear conciencia sobre estos temas y mostrar que estos objetivos existen.
—¿Cómo has manejado la transición para llegar a ser una celebridad de alto nivel?
—Todavía estoy aprendiendo y creciendo mucho. Creo que una de las cosas que cambió para mí fue la privacidad. De repente, me convertí en alguien, lo que realmente nunca esperé necesariamente, por ejemplo ser reconocida en la calle. Si voy a un restaurante, incluso si estoy usando barbijo, la gente es muy buena para ver mi cara o reconocer mi voz. Estoy muy agradecida por ese tipo de visibilidad, aunque a veces extraño la privacidad. Pero eso significa que estoy en una plataforma de visibilidad que podré usar para siempre.
—¿Cómo se te acerca la gente en público?
—Tuve una experiencia el pasado sábado por la noche. Estaba comiendo en un restaurante y una mujer se me acercó y comenzó a llorar y a decir cuánto significaba mi poesía para ella. Eso es alucinante para mí, aunque ya no es algo raro en mi vida. Mis amigos comenzaron a llorar a mi alrededor al ver la emoción de esta mujer. Fue una gran conversación con ella, y tuve que tomarme un momento para pensar en el hecho de que tal vez haya muchas personas en todo el mundo que probablemente piensan y sienten lo mismo que ella. Quiero hacer justicia por ellos cuando escribo. Quiero honrarlos cuando escribo. Esa es una misión realmente importante. Pero también creo que es un privilegio. Con eso obtengo poder cuando escribo.
—¿La fama ha cambiado tu forma de escribir?
—Creo que no ha cambiado en el sentido de que mi voz y estilo siguen siendo los mismos, porque las raíces de donde vengo todavía están ahí. Pero sí creo que me hace pensar de manera más creativa e imaginativa sobre las formas en que puedo difundir estos poemas en el mundo.
—¿Es mucho más difícil escribir en estos días?
—Creo que la principal dificultad para escribir poesía para mí es, sí, que están pasando muchas cosas. Pero incluso si soy capaz de encontrar tiempo y espacio para escribir, creo que el mayor desafío que puedo enfrentar a veces es mi propio autosabotaje, en el sentido de que siento tanta presión y tantos ojos sobre mí.
—¿Cómo evitar las distracciones?
—Soy como una persona de 70 años en un cuerpo de 11. Tengo músculos para alejarme de la tecnología y fingir que no está allí. Como si no existiera. Cuando escribo, tiendo a poner todos mis dispositivos en “No molestar”.
—¿Ha tenido que lidiar con algún resentimiento de la comunidad poética, que a veces no ve con buenos ojos el éxito comercial?
—El único tipo de crítica que experimenté en realidad no vino de otros poetas. Es de gente que no escribe poesía. Escucho algo así como “Lo que hace Amanda Gorman no es tan difícil. No entiendo por qué es famosa”. No tengo mala voluntad hacia esas personas. De hecho, en cierto sentido, me siento mal por ellos, porque, en la mayoría de los casos, se trata de personas que no han estado expuestas a mucha poesía en sus vidas, que no han sido alentadas ni desafiadas a escribir poesía.
—¿Qué piensas de esos escépticos?
—Creo que lo único que tengo que decirles a esas personas sería si están leyendo mi trabajo y dicen: “La escritura de Amanda Gorman es muy fácil para mí y puedo hacerlo mejor”. Ay dios mío. Los necesitamos. Necesitamos que tomen un bolígrafo y escriban. Eso significa que van a ser la próxima gran voz de la literatura. Me encantaría que encontraran una manera de, a falta de un término mejor, destronarme.
—¿Todavía planeas postularte para presidente algún día?
—Sí, ese sigue siendo un objetivo para mí. Obviamente tengo un largo camino por recorrer, no solo en términos de años, sino en términos de aprendizaje.
—¿Hay un calendario para ese objetivo?
—No, solo estoy viviendo y enriqueciendo mi vida con la comprensión de “Wow, niña, eres un arma de poder cultural y poético. Aquí es donde decides qué hacer con él”. Si eso conduce a que efectivamente algún día sea candidata a la presidencia o si surge un camino un poco menos ortodoxo y tradicional de lo que hemos visto, creo está por verse.
—¿Aspiras a escribir algo además de poesía?
—Amo la poesía, pero amo todas las formas de escritura. Cuando era más joven, en realidad quería ser escritora de novelas. Las novelas toman, para mí, más tiempo que un solo poema. Así es como funciona mi cerebro y mi escritura. Pero me encantaría sacar algo más de prosa, algo más de redacción de ensayos.
—¿Qué tipo de novelas?
—Realmente me gusta inspirarme en lo que considero mis antepasados literarios, Zora Neale Hurston o Toni Morrison, quienes escribieron esa hermosa prosa, que creo que surgió de una cultura del lenguaje que extrajeron de la comunidad afroamericana. Pienso en esos titanes de la escritura cuyos pasos me encantaría seguir.
Fuente: AP.
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